El propósito de este artículo es trascribir algunas referencias sobre Petro desde una izquierda - que lejos de ser monolítica como muchos asumen - tiene profundas divisiones. Una persona siniestra como Petro (lo que varios insinúan) suele ser una persona malévola. Posiblemente estas opiniones, por renombrados izquierdistas, le pueden ayudar a muchos indecisos entender el verdadero carácter del candidato neosocialista:
- Antonio Caballero: “No me parece que Gustavo Petro sea una buena persona, sincera y franca. Más bien lo veo como una mala persona, aunque se haya engalanado -de raponazo- con el indecente autoelogio de autoproclamar que sus candidatos al Congreso representan ‘la decencia’. No creo ni ‘el amor’ de que tanto habla. Ni ‘el saber’ que pretende transmitir. Ni ‘la humanidad’ que campea en los nombres de sus campañas. Todo eso me parece ficticio e impostado. Petro no inspira confianza.”
- Claudia López (en dos trinos): “Que vayan quedando claras las diferencias. Unos condenamos la dictadura de Maduro en Venezuela y otros la defienden. Imposible coincidir”… “Bla, bla, bla para no condenar y congraciarse con una dictadura por solidaridades trasnochadas de izquierda indeseables para Colombia y Vzla.”
- Héctor Abad Faciolince: “Recuerdo cuando mi amigo Carlos Gaviria (que falleció) me contaba, con ira, de cómo Petro cambiaba las actas del Polo, por la noche, para poner lo que no se había resuelto. Un tramposo”.
- Aurelio Suárez: “Gustavo Petro es tan descarado que dice que Carlos Gaviria lo adoraba, cuando eso no es cierto. El mismo Carlos Vicente de Roux denunció los negocios del concuñado de Petro, Carlos Alberto Gutiérrez, quien metió mano en diferentes negocios del Distrito. Esto es toda una comedia, la gente que va a votar por Petro no sabe realmente quién es él… Él es un tramposo y las personas tienen que conocerlo bien antes de votar.”
- Carlos Vicente de Roux: Petro no es un demócrata, en sus escenarios mentales solo cabe un líder grandioso y unas masas o multitudes a las que conducirá a la tierra prometida… Por eso el personaje (Petro) lleva una ventaja: sus propuestas que no miden los medios requeridos ni las consecuencias, son para ya. Esos estratos empobrecidos y aquellos nuevos ciudadanos encuentran ahora un discurso que se adecúa perfectamente a sus expectativas inmediatistas. Y esta vez, ¡ojo!, sí podrían salir a votar. Las esperanzas de Colombia no descansan en la demagogia o el populismo… Necesitamos una verdadera inclusión productiva; que la gente sin importar su raza o su ubicación en el territorio tenga manera estable de ganarse la vida y pueda ahorrar para el retiro. La experiencia de muchos países demuestra que eso no se hace como pretende Petro estatizando, colectivizando o repartiendo a la brava. Sus anuncios pueden traerle votos, pero no implicarán mejores condiciones para los presuntos beneficiados. Un programa de desarrollo rural además de tierra supone financiación, asistencia técnica, soluciones logísticas, mercadeo y precios de sustentación. Asuntos que requieren recursos ingentes y sobre los cuales el candidato calla. Conociendo los antecedentes, su concepción líquida, acomodaticia de la institucionalidad y las expresiones vertidas en su visita, no es de extrañar que Petro empezara desmontando la propiedad agraria para luego pasar a los demás sectores. Tal y como lo hiciera su entrañable amigo Hugo Chávez Frías.
- Daniel Garcia Peña: No basta con tener los principios correctos ni la razón científica. Un déspota de izquierda, por ser de izquierda, no deja de ser déspota. La democracia no es solo un ideal sino que implica prácticas de respeto y solidaridad, especialmente cuando se trata del uso del poder al servicio de la transformación social.