El desarrollo de la tecnología siempre ha sido visto como un tema positivo para la humanidad, pero al mirar las redes sociales y su avance, dejan mucho que desear. Se habla de las noticias falsas en las redes sociales y que se expanden como virus mortal, haciéndonos creer a veces lo que no es certero; y pocos hablan del impacto que tiene en aquellos que aún son vulnerables y en su crecimiento, terminan en el psicólogo y deseando hasta la muerte.
Como lo mencionó hace un par de años el columnista Juan David Escobar, en el diario El Colombiano: “Una parte importante considerable de la información que circula en las ahora llamadas redes sociales, son estiércol”, pues así suene fuerte, la verdad es que nos pueden hacer cambiar como sociedad, y para no ir muy lejos, los paros realizados en el país, nos dejan mensajes de odio a reventar, tanto así que algunos amigos y familiares, en las redes se sentían ofendidos y hasta nos bloqueaban si no opinábamos igual que ellos, o simplemente por estar en el otro bando, ya estábamos en el ojo del huracán con críticas salidas de las entrañas ponzoñosas y llenas de odio.
En Twitter los mensajes son editoriales, políticos y económicos, para gente con un grado de madurez mayor, pero con un alto número de agresiones virtuales. Mientras en Facebook, la gente se deleita mostrando su vida social, vacaciones y lujos entre otros, y es allí donde aparecen nuestros adolescentes, quienes todavía son sensibles y en su estado de aprendizaje, a veces no logran diferenciar entre la realidad y la fantasía, lo cual les causa inconformismo permanente. Ante esto, psicólogos y expertos, cada día se preocupan más por la afectación que causan las redes sociales, a diferencia de años en los que no existían. Por ejemplo, coinciden que los muchachos llegan con grados altos de frustración, porque aun viviendo en hogares dignos, muchos de clase media alta, con comodidades, siempre quieren más. Entonces maldicen el hogar donde nacieron, la familia que les tocó, el colegio donde estudian, etc. y siempre anteponen un modelo a seguir, que puede ser un influencer o personas de su edad que son ricas y famosas, que muestran la “supuesta perfección que los jóvenes quieren alcanzar”.
La inestabilidad y la falta de madurez, hace que nuestros adolescentes mantengan en constante depresión, ya que no se conforman con nada, se distraen, pero al final sigue un gran vacío. Y si se tiene en cuenta que una persona en Colombia pasa en promedio diario 10 horas y 07 minutos al día en internet (según el estudio realizado por Hootsuite y We Are Social para Digital 2021), se sabrá que las oportunidades de frustración y falta de autoestima son aún más altas y cuando no hay principios y valores arraigados en los cuales hacer un trabajo sano espiritual, adolecen de la paz interior que solo se consigue con una verdadera identidad y no viviendo de modelos exportados que contaminan su vida mental y física.
Entonces, nuevamente ponemos en la palestra a las famosas redes sociales, que bien utilizadas son informativas y cumplen su objetivo, pero que mal usadas y con un gran potencial de inmadurez más bien parecen “redes mortales”.