La bogotana Carolina Piñeros estaba cansada de escuchar consejos sexuales y formas de trampear en el colegio en las emisoras matutinas juveniles, que sintonizaba en los trayectos hacia el colegio de sus tres hijos. En diálogos de pasillo con otras mamás descubrió que no era la única que sentía inconformidad con El Mañanero de La Mega de RCN y La Cama de Los 40 principales y convencida de que sus niños no debían aprender esos temas de tal forma, junto a otros papás y representantes de 34 prestigiosos colegios, entre el gimnasio Los Portales, Los Nogales y La Montaña, fundaron la organización Red PaPaz para velar por los derechos de la niñez.
Aquel noviembre de 2003 dieron rueda suelta a una estrategia para evitar que ese tipo de contenidos salieran al aire y encontraron en la movilización social la fórmula para presionar a los dueños de medios para que modificaran la programación. Aunque los directivos se negaron a dialogar, consiguieron que 11 anunciantes quitaran sus pautas y así terminar de influir.
Tal fue el impacto del movimiento PaPaz que en poco tiempo comenzó a crecer. Lo que empezó con un grupo pequeño de unas 40 personas, 15 años después es una corporación con 576.833 personas de 499 colegios entre públicos y privados de todo el país. Y a pesar de que son de distintos departamentos, religiones y filiaciones políticas, han encontrado en los derechos de la niñez y la adolescencia la hoja de ruta principal.
Una de las caras visibles es la ingeniera industrial Carolina Piñeros. Y aunque sus hijos terminaron la universidad, se puso al frente de la organización y asumió la vocería ante el Congreso y los medios de comunicación. Pero desde el consejo superior la acompañan: la rectora del colegio La Montaña, María Mercedes de Brigard; el abogado y periodista Ramón Jimeno; el gerente Ernesto Vargas; la exrectora de Los Nogales, Luisa Pizano; el rector bumangués del colegio Nuevo Cambridge, Telmo Peña; el economista Camilo Domínguez; la directora de la Fundación Ellen Riegner de Casas, Diana Rivera; y el director de proyectos de la Alianza Educativa Santiago Varela.
Después del éxito de su primera campaña y con el boom de las redes sociales, se apuntaron a nuevos temas y empezaron a pedalear cruzadas sobre el consumo del alcohol, el tabaco y las sustancias psicoactivas, la violencia en entornos digitales y la que les lanzó aún más a la luz pública, la batalla contra los azúcares refinados y la comida chatarra. Un pulso que lograron ganarle a los productos Postobón cuando convencieron hace unas semanas a la Superintendencia de Industria y Comercio de que el gran emporio de los Ardila Lülle utilizaba publicidad engañosa para vender sus jugos con el slogan “Elige Hit, la fruta de verdad”.
La disputa había iniciado hace dos años cuando Red PaPaz presentó ante la SuperIndustria una queja y varios soportes entre los que se encontraba un contundente examen de laboratorio que demostraba altos niveles de azúcar en los Hit. La campaña que llamaron "No coma más mentiras" terminó por presionar incluso a Caracol y RCN a pasar un comercial en el que alertaban el sobrepeso y la mal nutrición infantil que podrían ocasionar los paquetes de comida, las gaseosas y los cereales. Ante la negativa de ambos canales al considerar que modificaría el consumo, la Corte Constitucional le dio la razón a los padres y el video terminó incluso en la Torre Colpatria.
Esta vez están midiendo fuerzas en el Congreso con la Ley de Comida Chatarra, que obligaría a las empresas a ponerle a sus productos las etiquetas de advertencia de: cuánto azúcar, sodio y grasas saturadas tienen. Un debate que ha incomodado en la industria privada antes de su discusión y que está listo para empezar en la Cámara de Representantes.
