Ojalá que los bogotanos entendamos que el buen funcionamiento del sistema TransMilenio depende también de nosotros.
Si los ciudadanos no ponemos de nuestra parte, cualquier intento que haga el Distrito por solucionar las fallas que hoy presenta este sistema de transporte masivo en la capital resulta inútil. No podemos seguir comportándonos de manera inadecuada al interior del sistema.
Con la excusa de presionar la construcción y puesta en funcionamiento de un metro para Bogotá no se puede continuar con la tendencia de destruir el sistema Transmilenio, que en un pasado fue motivo de orgullo en Bogotá. ¿Por qué no pensamos en ayudar a que este vuelva a ser lo que un comienzo fue para los habitantes de la ciudad?
El metro se necesita en Bogotá, nadie lo niega. También se requiere de un tren de cercanías, el problema es que mientras estos se construyen y se los pone en funcionamiento, el TransMilenio ha de ser el medio de transporte masivo en el que nos hemos de trasladar a nuestros lugares de trabajo y estudio en la capital.
Nuestra obligación como ciudadanos es ayudar a que este medio sea lo más llevadero posible, tanto en convivencia, como en seguridad, para que así vuelva a ser insignia de la capital de la república.
No estoy diciendo o desconociendo los problemas y fallas que presenta el sistema. La administración distrital debe poner atención y buscar la solución adecuada lo más pronto posible, antes de que estos estallen en sus manos, porque es claro que son tantos, que no dan espera.
El más visible de estos problemas es la demora en las frecuencias de los buses articulados, seguido de la saturación de pasajeros. También vemos que estaciones como la de la calle 100 por ejemplo, en horas pico colapsan.
A todo lo anterior la Alcaldía Mayor debe poner una pronta solución; mientras tanto los ciudadanos debemos cooperar. Por ejemplo, haciendo la fila para ingresar tanto a las estaciones, como a los buses articulados, lo mismo que a los alimentadores; cediendo la silla a personas adultas, niños menores de doce años, mujeres embarazadas. En pocas palabras, con una actitud adecuada.
No podemos continuar pensando o creyendo que las soluciones deben venir solo de la administración distrital. Esto se arregla de la mano de la ciudadanía. Las autoridades hacen lo suyo, pero los habitantes de la capital también tenemos un deber, y es el de cuidar del sistema TransMilenio.
Puede ser que los alcaldes anteriores se olvidaron del TransMilenio y lo descuidaron. Esa es una realidad que no se puede negar. Para que no se vuelva a repetir este hecho, los bogotanos debemos no solo vigilar que la administración distrital mejore la infraestructura de los buses articulados y construya la troncal de la Carrera Séptima, sino además colaborar con un mejor uso del sistema, mejorando nuestro comportamiento en su interior.
El TransMilenio con todo y las fallas que hoy presenta es el medio de transporte más utilizado por la mayor parte de los ciudadanos en Bogotá. Procuremos mantenerlo adecuadamente y luchemos por recuperarlo, mientras se ejecuta el proyecto de construcción de un metro.
