El 12 de Junio comenzó en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano un recuento de la modernidad en la colección de Avianca. Con el intento de colaborar con el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que recibió en comodato la colección Avinca, recogimos una parte importante de dicha colección para mostrar el desarrollo del mundo moderno que comenzó con las teorías de la crítica Marta Traba. Se le dijo adiós a muchos que creyeron de una manera remilgada —hasta los años cincuenta— en la interpretación pictórica que se movía en la zona de confort conservadora de las academias. Con la premisa de no hay atrás sino solo adelante se fueron terminando las historias de las costumbres, los paisajes, y hasta la reivindicación indígena del Muralismo Mexicano como método comprometido que irrigó las tendencias latinoamericanas.
El Salón que hizo la colección comenzó en 1980 y terminó en el 2001, en un lugar cultural de Avianca con sede en Barranquilla auspiciada por la familia Santo Domingo, dueña de la aerolínea. Durante 21 años fueron reuniendo un cuerpo de obras que muestra una nueva versión para enmarcar el mundo de las representaciones artísticas.
Se ven trabajos como el Bodegón de Alejandro Obregón donde se presiente un cubismo caribe. Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar fueron los precursores en encontrarle a la geometría precolombina una fuente de identidad. En contraposición del orden geométrico al caos de la chatarra se encuentran las esculturas de Feliza Bursztyn.
En la continuación del tejido, con la modernidad del tapiz, tenemos a la mejor representante de esta modalidad con Olga de Amaral. Dentro de la abstracción, Antonio Roda presenta la pincelada como protagonista. Como abstracto atmosférico encontramos la obra de Manuel Hernández. El sol en una geometría serena de Norman Mejía. O la rigurosa trama de color de Fanny Sanín.
En los años sesenta y setenta se desarrolló con una fuerza interna el dibujo. Vemos a Juan Cárdenas que retoma la figura clásica del siglo XIX. La alternativa hiperrealista de Gregorio Cuartas o el tema del desnudo femenino de Darío Morales.
Dentro del movimiento Pop se movieron con gran propiedad expresiones como la de Santiago Cárdenas, el mundo del dibujo de los héroes populares de Álvaro Barrios, o el universo del objeto conceptual con los mares de acero de Bernardo Salcedo.
Omitir nombres en este corto texto es solo una manera seleccionar ejemplos de los movimientos de los 21 años de colección. Faltan muchos por nombrar pero en la exposición podemos seguirle sus pistas. También incluimos nombres de artistas latinoamericanos como es el caso del dibujo social de los prototipos críticos de Sergio Camporeale, o la pintura femenina que nos habla del teatro de la vida en Delia Cugat. Además, están presentes importantes movimientos geométricos que se dieron en Argentina de la mano de Rogelio Polesello y Arcangelo Ianelli.