El trabajo del cuidado sostiene el estándar de vida de la sociedad, así como el tejido de las relaciones familiares y comunitarias. Según la encuesta del uso del tiempo realizada por el DANE, se calcula que, de ser remunerado, el trabajo del cuidado podría ser equivalente al 19.3 % del PIB Nacional, superando incluso el valor de las exportaciones.
En el Día del Trabajo no solo se busca el reconocimiento a los trabajadores formales del entramado laboral colombiano, también vale la pena revisar la labor realizada principalmente por las mujeres rurales y que busca ser reconocida como esencial en el desarrollo económico nacional.
“El Trabajo de Cuidado se asigna culturalmente a las mujeres en la mayoría de sociedades, generalmente se realiza de manera voluntaria y no remunerada. No reconocer la sobrecarga en tiempo y esfuerzo que significa realizar actividades productivas, comunitarias y de cuidado deriva en un detrimento de la calidad de vida de las cuidadoras”, aseguró Nadia Juliana B. Londoño, oficial de Género y Fortalecimiento de Iniciativas Sociales de OXFAM.
Tras esta medición de la contribución de la mujer rural al desarrollo económico y social del país, se debe avanzar en el mejoramiento de la red de atención a la población mayor o dependiente y de la niñez rural.
Aunque en Colombia se promulgó la Ley de la Economía del Cuidado (1413 de 2010), en aras de avanzar en la implementación de las políticas públicas objeto de la Ley, las mujeres rurales piden, entre otros, aligerar la sobrecarga del cuidado exigiendo que los Ministerios de Ambiente y Vivienda garanticen la cobertura de servicios de electrificación, agua potable y acueductos, para reducir el esfuerzo y el tiempo que invierten.
Voces campesinas
Como parte del trabajo realizado con las mujeres rurales de Boyacá, se llevó a cabo la entrega de implementos que les harán más fácil su trabajo dentro de los hogares, por ejemplo, lavadoras y estufas de gas que les significan muchos menos tiempo dedicadas a las labores domésticas. Esto opinan dos de las beneficiarias:
“Antes lavaba para ochos personas tres veces en la semana, a veces me tocaba ir a la loma a lavar cuando no había suficiente agua del acueducto. Ahora necesito como 20 minutos y puedo hacer otras cosas, mientras la máquina lava, también mis hijos y esposo lavan su ropa”. Rufina Fonseca
“Tenía problemas en los pulmones por el humo de la estufa de carbón y necesitaba como dos hora y media cocinando. Ahora solo necesito 30 a 40 minutos y el tiempo estoy gozándolo en otra cosas; a mi esposo ya no le da pereza acercarse al forgón, a veces él hace el desayuno o la comida, y a veces yo cuando no estoy muy ocupada en mi negocio” - Vidalina Muñoz
“Somos las primeras que nos levantamos y las últimas en acostarnos. Nuestro trabajo no es visibilizado ni es conocido. Las luchas de las mujeres han sido eso, luchas. Todo lo que hemos conseguido ha sido a través de cientos de años de sacrificios, ofrendando nuestra salud y nuestra libertad. Quienes nos atrevemos a denunciar y a exigir hasta a la muerte nos estamos enfrentando”, manifestó Matilde Moro, una de las liderezas campesinas.