El día internacional de la paz el presidente de la república Juan Manuel Santos recibió de manos de Gary E. Knell, presidente y CEO de NatGeo, un reconocimiento por liderar la promoción de políticas que fomentan el desarrollo sostenible y detienen las actividades que amenazan la salud del mundo que compartimos.
Al verlo recordé el camino que hemos emprendido en la búsqueda de la paz y en la protección de nuestros recursos naturales. Tenemos una diversidad biológica como pocas naciones, porque somos el país más biodiverso por kilómetro cuadrado del mundo. Tenemos dos mares y dentro de esos mares hay una patrimonio igual o más importante que esa riqueza que tenemos en nuestros bosques, en la Amazonía, en el Chocó.
Y es nuestra obligación protegerlos, preservarlos. Porque no es solamente una responsabilidad como colombianos, sino como habitantes de esta casa común, como habitantes del planeta.
Este es un tema que nos debe apasionar a todos: Defender nuestro patrimonio, defender nuestra naturaleza y debemos hacerlo con pasión, porque es lo más importante que les vamos a dejar a las futuras generaciones.
Por eso esta distinción es no solo el reconocimiento a nivel internacional por un trabajo en pro de la diversidad biológica de Colombia y de sus ecosistemas, sino además la mejor muestra de que el camino de la paz y de la protección de nuestro patrimonio natural es la vía correcta.
Estamos sentando las bases de un nuevo modelo de desarrollo sostenible que gira en torno a la conservación, esta es una muestra de los dividendos ambientales que vamos a tener con la consecución de la paz. El que considero el gran logro de este gobierno y que también fue tenido en cuenta para la entrega de este reconocimiento.
Con todas nuestras acciones el país le está apostando a lo que hoy se conoce como la triple cuenta: esa relación entre lo ambiental, lo social y lo económico para alcanzar la sostenibilidad.
Por eso nos hemos concentrado en tareas estratégicas como la conservación y protección de nuestro patrimonio natural, por eso seguimos delimitando los páramos, esas fábricas de agua que garantizarán el suministro para las futuras generaciones. Ya hemos delimitado 23 de los 37 ecosistemas de páramo del país y no pararemos hasta dejarlos todos delimitados antes de que se acabe este gobierno.
La protección de nuestro patrimonio natural va más allá de los páramos, se extiende a los bosques, a nuestras selvas, a nuestras áreas marinas… a diversos ecosistemas que seguimos preservando con la declaratoria de áreas protegidas.
Con la declaración de 4.5 millones de hectáreas de área marina protegida natural en el Santuario Flora y Fauna Malpelo y el Distrito Nacional de Manejo Integrado (DNMI) Yuruparí – Malpelo alcanzamos 28,4 millones de hectáreas, superando la meta de 26 millones que nos habíamos propuesto y que equivale a más del doble de las que teníamos en 2010. Un área más grande que Reino Unido, a la que se sumarán 2,8 millones de hectáreas de humedales Ramsar. Actualmente tenemos 8 humedales y a 2018 tendremos 4 humedales Ramsar más.
Uno de los tesoros naturales más sorprendentes que tenemos es Chiribiquete, que logramos ampliar a 1 millón de hectáreas con el apoyo de Amazon Conservation Team, Andes Amazon Fund y Gordon and Betty Moore Foundation.
Estas son algunas de nuestras riquezas y tenemos muchas más por descubrir, sólo en 9 expediciones en Malpelo, Cayo Serrana, Antioquia, Santander, Vichada, Caquetá, Choco y Guaviare encontramos 87 posibles nuevas especies.
Colombia es excepcional. Tenemos 311 tipos de ecosistemas continentales y marinos y aunque sólo somos 1/8 del tamaño de Brasil, ocupamos el segundo puesto en biodiversidad y el primero en biodiversidad por kilómetro cuadrado.
Tenemos 56.343 especies registradas y somos el primero en especies de aves y orquídeas; el segundo en anfibios, mariposas y peces de agua dulce; el tercero en palmeras y reptiles; el cuarto en mamíferos; el quinto en ecosistemas marinos y continentales y el sexto en área cubierta por bosque natural.
Tener todos estos tesoros naturales nos anima a desempeñar un papel de liderazgo en la agenda de protección ambiental mundial y al mismo tiempo implica un desafío en materia de protección y desarrollo sostenible, por eso lanzamos la Política de Pago por Servicios Ambientales que nos va a permitir además, no solo evitar la deforestación, sino convertirnos en uno de los países que en lugar de estar deforestando, reforesta. Nuestra meta es alcanzar para el año 2030, 1 millón de hectáreas de áreas cubiertas por pagos a familias por conservar nuestros bosques, ríos y ecosistemas estratégicos.
Ya las poblaciones indígenas del Vaupés recibieron por primera vez el Pago por Servicios Ambientales a través del esquema BanCO2 por cuidar los bosques, con lo que además de ayudar a fortalecer su calidad de vida, se contribuye a la seguridad alimentaria de 243 familias indígenas y a conservar 222 hectáreas de bosque en esta zona estratégica del país.
Tenemos un potencial inmenso para hacer una producción agropecuaria que no afecte el medio ambiente y esto también es posible por haber emprendido el camino de la paz. Este reconocimiento nos anima a seguir trabajando para garantizar que la biodiversidad pueda florecer en un país en paz.