Convertir ideas en soluciones prácticas, generar impacto, desarrollar procesos de creación con propósito, comunicar con responsabilidad y creatividad, son sólo algunas de grandes cosas que se pueden hacer a través del diseño, y así lo demostraron los ganadores del Premio Lápiz de Acero, el evento que reconoce a los proyectos más importantes de diseño y arquitectura de colombianos en el país y en el exterior, mejora la calidad de vida de las personas, brinda alternativas de solución a problemas, aumenta la competitividad empresarial y genera grandes espacio de responsabilidad social y ecológica.
Proyectos donde se usan las semillas de papaya para la creación de biotextiles similares al cuero 100% orgánico y biodegradables; un libro táctil en tela y braille para explorar otras formas de placer; un robot autónomo que hace entregas universitarias; tazones de papel de bagazo de caña plegados como un origami; una bicicleta eléctrica colombiana de pedaleo asistido; escenarios para la revitalización y protección de recursos hídricos; diseños de salas de música; un centro de innovación y bienestar; circuitos de invernaderos; rehabilitación de casas antiguas; publicaciones científicas; miniseries web; individuales que generan conversación en la mesa; afiches; video juegos; animaciones; empaques; interfaces; piezas de joyería y vestuario con materiales naturales como lana de oveja, seda y algodón, fueron algunos de los proyectos ganadores en las categorías establecidas por el Premio Lápiz de Acero.
Vida y Obra
Este año, por octava vez, Lápiz de Acero entrega el premio Vida y Obra, el cual para esta edición fue otorgado a Nuria Carulla, una mujer con más de cinco décadas de experiencia en la joyería a la cual le imprime color, sensibilidad, autenticidad, nuevo estilo, y en la que a través de cada una de sus piezas cuenta una historia, mediante técnicas especializadas, brindando solución a problemas artísticos, sin disminuir sus grandes estándares de calidad y diseño.
Al respecto Iván Cortés, fundador Lápiz de Acero, “estamos muy felices de entregar este premio a una maravillosa mujer dedicada por 50 años a la enseñanza y a la joyería, y estamos muy orgullosos también de saber que en estos seis años que el Premio estuvo ausente, el diseño en el país no se detuvo y por el contrario nos permitió celebrar nuevamente de manera colectiva con estos increíbles proyectos. Nos permitió reconocer el aporte que hacemos desde nuestras creaciones a la calidad de vida de los colombianos y el mundo, la cual debe ser vista con entusiasmo, esperanza, nivel y altura, para seguir construyendo comunidad, alianzas y lazos, con mejores proyectos en diseño y arquitectura para un mejor país y para seguir permitiendo que el Premio promueva lo más destacado de Colombia”, afirmó
Calidad y talento
El Premio a través de su trayectoria se ha convertido en la oportunidad de reconocer el talento, la calidad y la competitividad del diseño colombiano. Ha sido, año tras año, un creador de escenarios idóneos para el reencuentro de los creativos de todos los sectores de la economía del país, los cuales mediante sus proyectos han logrado posicionarse en los mercados externos, convirtiéndose en referentes internacionales.
Al respecto María José Barreto, socia fundadora del Premio: “estos premios Lápiz de Acero y el Vida y Obra, son un gran legado y prestigio para empresarios y diseñadores. No es solo un premio, es el espacio para conocer cómo se está moviendo el mercado, ver qué está pasando en el diseño nacional, interactuar con nuevas figuras, con propuestas innovadoras. Es un termómetro del panorama nacional, de la actividad creativa en diseño. Estamos muy orgullosos, volver con los premios nos permite avanzar en el aporte a la construcción de la historia del diseño y la arquitectura del país”.
Sin duda, los Premios Lápiz de Acero, seguirán siendo referente para las nuevas generaciones y permitirán ratificar que el diseño no se detiene, continuará en movimiento y prolongará sus procesos de exploración para crear más proyectos de calidad y con perfección.