Italia, el país donde vivo, hoy es zona roja a causa del corona virus. Somos el país de Europa que más medidas ha tomado para prevenir el contagio y nuestro sistema sanitario prioriza la atención inmediata y gratuita de todos los casos sospechosos o positivos. Nuestros médicos, enfermeras y comunidad científica están trabajando duramente. Pero todas las medidas tomadas, si bien necesarias, no han sido suficientes, pues la única arma efectiva es el aislamiento, o sea, cada uno en su casa, de aquí la urgencia de meternos todos en cuarentena y declararnos zona roja.
Esta emergencia sanitaria nos está dejando muchas enseñanzas. Una de ellas, a no subvalorar los efectos de este mal. No es una simple gripa, aunque en parte de la población se presente con síntomas similares. El virus ataca las vías respiratorias bajas, es decir, los pulmones, de ahí la dificultad para respirar.
También hemos aprendido que no importa si el virus lo creó algún mandatario para vengarse de nosotros, si un murciélago y una serpiente conspiraron para eliminar la raza humana o si es un virus más. La única realidad es que en poco tiempo hemos perdido muchas vidas. No nos consuela que en su mayoría, los muertos sean mayores de 60 años, pues esta población son nuestros padres y nuestros abuelos, pero además, cada día vienen entubados también pacientes jóvenes.
Pero la enseñanza mayor es que todos podemos ser portadores pasivos del virus y somos responsables de la vida de los demás. Y responsabilidad es la palabra clave, pues solo siguiendo en modo responsable ciertas indicaciones y modificando ciertos comportamientos sociales podemos evitar mayores contagios y mayor número de muertes. Lavarse las manos, mantener las distancias ayuda, pero no basta.
Viendo difícil que se tomen medidas así de drásticas en Colombia y sintiendo la incredulidad de mis compatriotas, me permito de darles algunos consejos:
Quienes puedan hacer tele trabajo, que lo hagan. Eviten lugares con mucha gente como centros comerciales, estadios, discotecas. Eviten abrazos, besos, saludos de mano. Exijan que en las escuelas de sus hijos se promueva la lavada de las manos, pues son los niños los principales portadores pasivos del virus.
Como posibles portadores pasivos, eviten viajar a las zonas del país más vulnerables, es decir, aquellas donde el agua escasea y no es potable, lo que dificulta una práctica adecuada del lavado de manos. Esas mismas zonas, donde a veces falta también la electricidad y donde a diferencia de algunos centros urbanos, no tienen clínicas súper modernas ni llenas de especialistas para atender la población. Menos entramos en contacto con los demás, menos contagios habrá. No esperen a que se riegue la epidemia o a que el gobierno imponga normas restrictivas, quizás en tiempo tardío. Entiendan que cada uno de nosotros es responsable de la salud de los demás.
Desde una península que hoy se colorea de rojo, los saludo, convencida de que el auto aislamiento momentáneo del pueblo italiano nos ayudará a vencer la batalla contra el Covid-19, así como lo está logrando el pueblo chino.
Para todos nosotros esta batalla está significando ponerle freno a la economía, estudiar a distancia, no reunirnos con los amigos o familiares, no celebrar matrimonios, misas, cumpleaños ni funerales, limitar las salidas de la casa para mercar e intentar ser creativos durante el tiempo del encierro.
Tal vez si hace un mes hubiéramos sido conscientes de la importancia de nuestros comportamientos, la epidemia habría sido menor. Ustedes aun están en tiempo de modificar hábitos para salvaguardar la salud publica y el bien común. Es el tiempo de la responsabilidad.
Con grande afecto.
Hannalucida
