No solo las disidencias de las Farc, ELN, el Clan del Golfo, los Caparros, los Pelusos y otros grupos armados ilegales hacen reclutamiento forzado en el país y no solo campesinos y jóvenes de estratos 1 y 2 son blancos de esta agresión.
El uribismo, también conocido como Centro Democrático, que ni es de centro ni es democrático, se especializa en el reclutamiento forzado de las mentes de las clases media y media-alta y, con un énfasis fríamente calculado, de una clase alta privilegiada a la que ha hecho sentir asustada, amenazada, vulnerada y hacia la que ha extendido toda una fuerza cómplice en redes sociales para diseminar amenazas, miedo, mentiras, fake news, logrando nublar inteligencias y anular criterios con el fin de que lleguen a un punto de enajenación que no les permita reconocer las verdaderas fuentes del desastre y las reales intenciones de esa nueva modalidad de aspersión de veneno.
Hoy el gobierno no secuestra jóvenes para falsos positivos; secuestra y adoctrina mentes para poder continuar en el poder y lograr sus propósitos non sanctos.
¡Todos se rasgan las vestiduras! Empresarios e industriales que ven en Petro una posible amenaza al trabajo de muchos años de un momento a otro aparecen con soluciones mágicas y de aplicación inmediata para la creación de nuevos empleos para la juventud. Si estas propuestas son sostenibles, ¿por qué no las ofrecieron antes? La agalla mata.
Aún estamos a tiempo de reflexionar. Lo que está sucediendo en Colombia hoy no es culpa de Petro ni de la izquierda, que, por cierto, jamás ha tenido poder político. La culpa del deterioro del país en todos los campos es nuestra, de los colombianos, que no votamos, y también de los que votamos por candidatos ineptos y corruptos.
Durante muchos años los corruptos se han consolidado en el poder ante la mirada indiferente de los mismos industriales y empresarios que se han hecho de la vista gorda ante la creciente crisis económica para el resto de ciudadanos, ante el aumento del nivel de pobreza y ante el descarado abuso de los recursos naturales. Y las concesiones mineras se siguen adjudicando.
Si continuamos en el mismo canal, en la misma emisora y con la misma gente, paradójicamente, tarde o temprano vamos a caer en manos de esa izquierda que tanto tememos. Todo tiene un límite y la olla estalla si no se libera la presión.
Ojo que con la derecha vamos derechito hacia la izquierda, ¡en un estallido social sin precedentes! Los que más defienden el gobierno de Uribe son quienes más tienen qué perder, y no olviden que el 43 % de la población no tiene nada y le puede creer a cualquier demagogo.