Han sido tantos los cambios en la visita del Presidente Petro a China dese la primera invitación que le cursó el gobierno en septiembre pasado, que esta quedó reducida a tres reuniones protocolarias con el alto gobierno: el Primer Ministro, Li Qiang; el Presidente de la Asamblea Popular Nacional de China Zhao Leji y el Presidente del obierno chino, Xi Jinping.
En tanto son pocas las actividades, la comitiva colombiana terminó bastante reducida. Además del canciller Leyva, viajan Laura Sarabia la Directora del departamento de prosperidad social, el ministro de las TICs, el ministro de Transporte, William Camargo y el equipo de comunicaciones liderado por el subdirector de RTVC, Hollman Morris y la secretaria de prensa, María Paula Fonseca, así como periodistas de cuatro medios.
El Presidente rechazó la oferta del gobierno chino de hospedarlo en la Casa de Huéspedes ilustres e igualmente no quiso que se le organizara una reunión con empresarios chinos con intereses en Colombia, bien en el presente o a futuro.
Respecto del tema de metro, la obsesión del Presidente y principal motivación para su viaje a China, se sabe que insistirá, aunque en dos ocasiones el equipo diplomático ha insistido en que en tanto no es un tema de Estado, no tiene pertinencia incluirlo en la agenda de Xi Jinping y por tanto así sea mencionada no se avanzará.
Petro llega en un mal momento. Acaba de concluir con Xi Jinping como anfitrión el 17 y 18 de octubre de la tercera cumbre de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), a la que asistieron 40 jefes de Estado como Vladimir Putin y en la que el gobierno chino esperó la asistencia del presidente colombiano, ya que estaba invitado como observador. La idea era que, tras concluir la cumbre del BRI, se hubiera dado el encuentro privado entre Petro y Xi Jinping, como sí lo hizo el chileno Gabriel Boric.
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