Reacomodada de Gabriel Boric en la silla presidencial para enfrentar la derrota

El monumental descalabro electoral del domingo ha obligado al presidente de Chile, Gabriel Boric a darle un vuelco a su gobierno. Con la misma serenidad con que habló tras el contundente 62 %, movió las fichas del tablero político horas después. Ha cambiado a jóvenes compañeros de universidad y de protesta, de su círculo más cercano, inexpertos en la política, por figuras de centroizquierda tradicional en los ministerios clave y en el proceso de una nueva constitución, apoyándose en las mujeres que han marcado un contundente 5 - 1.

El gobierno se ha movido hacia el socialismo de la transición democrática de Ricardo Lagos, Eduardo Frei y Michelle Bachelet. Boric ha sido capaz de sacrificar dos piezas clave de sus escasos seis meses de mandato. Ha despedido a su gran compañera de lucha, a su apuesta por la sangre nueva de la protesta, a la ministra del Interior Iskia Siches, quien no ha evitado el adiós entre sollozos; y ha enrocado a Giorgio Jackson, secretario de la Presidencia a un Ministerio de Desarrollo Social, lejano del círculo íntimo del poder, de los que le hablan al oído. Siches, que había llegado en medio de enorme expectativa fue perdiendo brillo entre la crisis de seguridad y el conflicto mapuche que la sacó corriendo de la Araucanía.

Carolina Tohá se ha convertido en la nueva mujer fuerte de La Moneda.

La generación que llegó al poder de la mano de Gabriel Boric ha recibido un fuerte golpe, ha tenido que ceder espacio para salvar no solo el proyecto de otra constitución sino al propio gobierno, ligado, como estaba, al resultado del plebiscito del 4 de septiembre. Ese espacio es el que llena ahora Carolina Tohá, en el ministerio del Interior. Ella es un peso pesado de la política a sus 57 años, cercana a los presidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, de quien fue vocera durante su gobierno. Se mueve como pez en el agua en los círculos parlamentarios, fue alcaldesa de Santiago y tiene fuertes vínculos en la izquierda. Además de un halo muy especial porque su padre socialista, José Tohá, ministro de Interior y Defensa de Allende murió a manos de la dictadura. Cincuenta años después ella ocupa ese mismo puesto en el gabinete. La histórica militante del Partido Por la Democracia (PPD) se ha convertido en la nueva mujer fuerte de La Moneda.

Ana Lya Uriarte, ficha de Bachelet,  armará en el Congreso el camino de la constituyente

Otro peso pesado que ha llegado para un papel fundamental es Ana Lya Uriarte, compañera de clase del presidente Boric y su amiga desde la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Ya se ha posesionado en el cargo que ocupaba Jackson, quien fue el gran perdedor con la derrota del Apruebo. Es la cuota del desdibujado bacheletismo en el gabinete. Su tarea es difícil porque se trata de armar en el Congreso el camino del nuevo proceso constituyente.

Las otras tres mujeres son Ximena Aguilera, médica, en el Ministerio de Salud. La independiente Silvia Díaz Acosta, doctora en Química de la Católica el Ministerio de Ciencia, se convierte en la primera mujer en ocupar este lugar tras su creación el 201. Y la comunista Jeannette, allegada a Boric, en el Ministerio de Trabajo.

El único hombre que llegó en este remezón fue Diego Pardow, quien era un asesor de la presidencia y estará al frente de la cartera de Minas y Energía.

Un capítulo sorprendente se vivió poco antes de que el presidente anunciara el revolcón ministerial. Se suponía que el subsecretario del Interior Manuel Monsalve pasaría a ser el secretario general de la Presidencia, y que a él lo reemplazaría el comunista Nicolás Cataldo. Y se armó el caos. Porque la oposición se opuso rotundamente señalando los trinos de Cataldo contra los policías chilenos. Se habló, entonces, de hasta congelar los diálogos con el gobierno si Cataldo, profesor de Historia, era confirmado en ese cargo.

Puesto en la encrucijada, el gobierno decidió descabezar a Cataldo antes de posesionarlo y regresar a Monsalve a su puesto- La oposición se anotó ese punto, y el oficialismo dio muestras de malestar.

Al final, Boric conserva en su círculo de poder a Camila Vallejo, la vocera y la más cercana desde sus primeras épocas de activismo estudiantil, líder en las manifestaciones del 2011, miembro del Partido Comunista. A la ministra de la Mujer, periodista y feminista Antonia Orellana, y al ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien pertenece a la centroizquierda, pero no está afiliado a partido alguno. Era  el presidente del Banco Central. Marcell es reconocido como el hombre fuerte del gabinete y quien confirmó los cambios en los ministerios después de hablar con la Confederación de la Producción y el Comercio (CPT) y la Central Unitaria e de Trabajadores (CUT).

Este es el primer cambio masivo de gabinete desde que Gabriel Boric asumió el poder, se dice que es el gabinete de la moderación y  con él  se juega el nuevo proceso hacia una nueva constitución. Y la gobernabilidad

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