En estos días la aspirante presidencial Íngrid Betancourt, que hace parte de la Coalición Centro Esperanza, anunció su retiro de la Coalición Centro, al tiempo que expresó su intención de ser candidata presidencial independiente por su propio partido (Verde Oxígeno).
La razón fue expresada así: “Recibimos una respuesta por parte de la Coalición Centro Esperanza que señala la entrada de apoyo de las maquinarias como un error que se lamenta. Sin embargo, no anuncia acción con respecto a los apoyos ya recibidos de las maquinarias por Alejandro Gaviria”.
Esta tensión entre ella y el precandidato Gaviria se hizo evidente en el debate de candidatos organizado por la revista Semana y el periódico El Tiempo, cuando señaló a Gaviria de hacer lo mismo que Gustavo Petro, pero que en este caso era más delicado, porque él le debía transparencia a la coalición del centro.
“Alejandro, tú y yo hicimos un acuerdo que lo firmamos en el conclave en que no íbamos a traer a la coalición ninguna maquinaria. Tú has aceptado el apoyo de gente que a mí me preocupa muchísimo.”
El reclamo se refería a los apoyos que Alejandro Gaviria recibió de un sector de Cambio Radical y en especial del senador Germán Varón Cotrino y del también senador liberal Miguel Ángel Pinto.
La respuesta de Gaviria no se hizo esperar y procedió a cuestionarla de manera personal: “Íngrid lo suyo es hipocresía y oportunismo. Debería, como dijo Gabriel García Márquez, mirarse en el espejo de sus propias faltas. ¿Por qué no examina la lista de la Alianza Verde, no hay ninguna maquinaría ahí, en su partido?... Es disfrazar de superioridad moral el miedo a competir”.
A lo que Betancourt respondió: “A mí no me ataques de manera personal, yo a ti te estoy planteando nuestro acuerdo”.
Terminado el debate la candidata al Senado por el Nuevo Liberalismo Sandra Borda sostuvo: “El gran problema de una coalición que se ha construido sin mujeres quedó demostrado hoy: cuando llega una no saben argumentar con ella y deciden descalificarla, le suben el tono de la voz y le dan la espalda en plena conversación. Puro patriarcado en acción lo que vimos hoy.”
Después de esto Betancourt planteó una serie de ultimátums para finalmente renunciar a la coalición, al considerar que sus compañeros de alianza no la apoyaron en medio de su protesta por los apoyos recibidos por Alejandro Gaviria.
Según ella, violan el acuerdo del cónclave, en el que se había pactado que no se recibirían apoyos de quienes hayan apoyado al gobierno de Iván Duque.
“Colombia no aguanta más zonas grises con respecto a las maquinarias. Es por esto que decidimos dar un paso al costado de la coalición e iniciamos nuestro camino de manera independiente a la Presidencia de la República.”, concluyó.
Esta crisis estaría demostrando que el cónclave requiere de manera urgente una segunda vuelta, donde se aclaren las reglas de juego; frente a estos grises que podrían ocasionar una nueva crisis, la cual podría desintegrar la coalición.
No obstante, en el caso de Íngrid y Gaviria la gran pregunta es ¿por qué no se activaron los mecanismos expuestos para la solución de conflictos?
Ahora de otro lado es importante analizar ¿quiénes se benefician con esta ruptura? Evidentemente quienes no están dentro de la coalición, en este caso Gustavo Petro y las coaliciones que pueda tener Álvaro Uribe, entre los que se nombra a Fico, Rodolfo Hernández y otros miembros de la coalición Equipo por Colombia, dado el estancamiento del candidato de Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga.
Al respecto Daniel Coronell en su columna del domingo pasado, expresó:
“Lo increíble es que no fue eso lo que los acabó. Fueron ellos mismos con sus equivocaciones garrafales, sus interminables discusiones de mecánica, su relativo purismo de ocasión y sobre todo con sus inmensos egos. El suicidio arrancó hace dos meses, el mismo día del nacimiento formal de la coalición, el día del ingreso de Alejandro Gaviria. Íngrid, importada de París como garante de la unidad, era el árbitro, pero quería jugar el partido. Con un referee interesado en hacer los goles no iban a llegar muy lejos. Ese cónclave del que salieron unas hojitas garrapateadas, ningún manifiesto genial, era al menos la primera señal de unidad. Un pequeño paso en la dirección correcta.”
Por su parte el senador Jorge Robledo, manifestó: "Si llega Pablo Escobar no puede entrar". “Tenemos que parar esta pelotera. No podemos ser ejemplo de unidad para los colombianos, si aquí nosotros adentro estamos en una peleadera permanente”, expuso Juan Fernando Cristo.
De otro lado, Juan Manuel Galán comentó: “tenemos que ser maduros políticamente para poder superar esta crisis y para poder ofrecerle al país la opción responsable. La opción que el país necesita y que está buscando en el centro”.
Al respecto Carlos Fernando Galán tuiteó: “El debate sobre los apoyos políticos en la coalición de la esperanza hay que darlo, pero no estoy de acuerdo en la forma como lo ha planteado. Necesitamos un debate franco, sincero, constructivo. No amenazas. Un debate sin superioridad moral ni doble rasero”.
Humberto de la Calle, cabeza de lista al Senado por la Coalición aseguró: “No puedo estar de acuerdo con tu separación de la @CoaliEsperanza. El problema no somos ni tú ni yo. No podemos dividirnos y repetir el 2018, dejando otra vez a los colombianos presos de los extremismos”.
Se critica el haberse realizado “en medio de un debate y con el propósito de apalancar su aspiración sobre la ruina de un miembro de la coalición”, aseveró Coronell.
Consultados algunos miembros del Centro de Pensamiento Libre, esto fue lo que opinaron:
El precandidato presidencial Cr. (Rva) Carlos Alfonso Velázquez: “La salida de Íngrid le resta ‘brillo’ de honestidad política a dicha coalición, lo cual afecta su potencial electoral. Y por ahora, coloca a Íngrid como la principal competidora de Rodolfo Hernández. A Gaviria lo deja con una imagen de soberbio y de que, una vez más, no tiene claro su norte. Sin embargo, Íngrid no queda en situación privilegiada en la contienda, por ahora”.
El agrónomo Octavio Cruz González, aseguró: “Pienso que Íngrid en el pacto se veía como mosca en leche pues la estaban tratando como relleno, con su propio movimiento político puede estar más libre de opinar y de hacer, aunque implica dividir a un centro muy poco homogéneo”.
Por su parte, el brigadier general Pablo Przychodny planteó: “En el tetris de la política estos candidatos que saben que no tienen mucha opción aparecen para dos propósitos:
- Mantenerse vigentes en el escenario político para que de alguna manera mediante una fuerza electoral que logren acumular, puedan asegurarse algo en el nuevo gobierno con lo que puedan negociar basados precisamente en ese caudal electoral que han logrado.
- Lograr obtener algo de recursos en esa pesca que es la de la reposición se votos. Las coaliciones y pactos son una payasada política. Del Pacto Histórico se sabe que Petro es la opción, de la Esperanza saben que ninguno la tiene, pero igual hacen el juego y así cada grupo ya tiene su ficha montada, pero al final todos ganan, como en la pirinola, todos ponen, todos ganan algo y uno gana todo. En esencia que se salga la señora Íngrid no tiene realmente ninguna consecuencia.”
A su vez el abogado German Arias, sostuvo: “Una palabra la describe a Íngrid: Dignidad, también coherencia y valentía. Ingrid puede que no sume muchos votos, pero sí representa el adalid de la lucha contra la corrupción. Anticorrupción es su esencia, su bandera eterna y su símbolo. Una pérdida irreparable, significa que la Esperanza dejó de ser opción de cambio. Lo que habíamos anticipado: el Centro y su pretendida pureza moral no existe. Los apoyos de Germán Varón y Miguel Ángel Pinto, campeones del clientelismo (…) acabaron con la opción de Centro y la Esperanza”.
Finalmente, el historiador Jorge Enrique Esguerra, explicó: “Situación complicada. Es lamentable su salida, porque es una voz valiosa de centro contra la corrupción. Lo demostró con su posición valiente y sin ambages, aunque pudo ser equivocado el momento y la forma, situación que fue aprovechada por quienes consideran que rechazar la corrupción es ponerse en un pedestal moral, solo para justificarla. La Coalición Centro Esperanza, desde su nacimiento hace más de un año, estableció con claridad el límite fundamental de su propuesta de cambio: el rechazo al continuismo duquista. Cuando recientemente entraron Alejandro Gaviria y ella, el primero violó ese principio al aceptar públicamente el apoyo de un jefe gobiernista.
Consecuencias políticas, se pierde una posición valiosa dentro de la coalición; y en mecánica, quienes recibieron el aval del partido Verde Oxígeno se quedan sin él. Pero la Coalición ganó en reafirmar sus principios éticos. Ahora viene lo crucial, porque Gaviria no va a retirar esos apoyos duquistas, y seguro que vendrán otros, es decir que se empeña en violar los límites éticos. Ahí es donde está el mayor problema. Y el debate continuará, porque ahí sucede lo que no pasa en las otras coaliciones donde no existen límites éticos sino el todo vale”.
Efectivamente el debate debe continuar y con un agravante, el poco tiempo que resta para la consulta que se hará efectiva el próximo 13 de marzo, sin que hasta el momento haya una elemental orientación al elector, como por ejemplo el simple hecho de que, si no se solicita el tarjetón de la consulta, este no será entregado.
La Coalición está llena de matices, en esa diversidad si es bien aprovechada puede estar su fortaleza, Colombia es plural, ¡hay que conectarse con el país nacional!