Los casos en donde los perros de raza pitbull se ven involucrados con ataques a las personas no paran. Uno de los más recientes, en el que lastimosamente la víctima fue un bebé de 14 meses en Medellín, consternó al país y puso alerta a la sociedad.
Sin embargo, es triste que hasta el día de hoy todavía se generalice con una raza cuyo apodo acomodaron a una personalidad inventada, que reforzaron con las tres P’s: perros potencialmente peligrosos. Como amante de los perros, y defensor de los animales, me indigna saber que algunos canales tradicionales del país se encarguen de manchar a pasos agigantados la imagen de los pitbull donde no son mascotas domésticas, sino bestias asesinas.
Pareciera que las personas, que no conocen a fondo esta raza, cada día se dejaran llevar de las imágenes fuertes y los comentarios sin sentido, denigrando a estos caninos por su apariencia y sus antecedentes.
Ahora bien, aunque existan unas normas mínimas de cuidado, como el bozal, la respuesta de las autoridades para controlar los ataques ha generado un debate que hasta el día de hoy sigue abierto: póliza de responsabilidad social civil.
Un salvo conducto, aparentemente, serviría para intervenir y contrarrestar el abuso de los dueños irresponsables que solo ven a los pitbull como perros de pelea; sin embargo, con todo lo anterior, siento que aún estamos “meando fuera del tiesto”.
Las cosas no irán por el camino correcto mientras que de este lado inventen y apliquen normas para poder sacar a un “perro potencialmente peligroso” a la calle, y del otro los verdaderos asesinos y delincuentes, que así queden grabados con cámara, cada vez más disfrutan de la flácida ley que, lastimosamente, hay en Colombia.
Con todo lo que exijan y peleen, primero deberían empezar con poner un control a los delincuentes y asesinos que, aun siendo más peligrosos, no se les pide bozal, actúan sin piedad y andan campantes por la calle, y, segundo, dejar de una vez por todas la denigración a estas razas por el mal cuidado que les dan. Un buen hijo se cría en casa, y un buen perro también.