Las emociones son impulsos que nos llevan a actuar (diría Daniel Goleman) y desde Darwin, nos permiten la supervivencia.
Las funciones de las emociones son de orden adaptativo que nos preparan para la acción; motivacional, nos lleva a identificar el tipo de comportamiento y su contexto, como fuentes que generan nuestras motivaciones; y la social, identificación del tipo de comportamiento a materializar (comunicación de sentimientos y su masificación).
La alegría, la sorpresa, el miedo, la tristeza, la rabia, y el asco están determinadas como las emociones básicas.
Viendo estas emociones en forma lineal estaríamos moviéndonos desde unas emociones que permiten la interrelación hasta unas que nos llevan al enfrentamiento. Además, las emociones que cumplen una función social son las que están más cargadas de riesgos, de prejuicio, daño o desgracia.
El odio es un sentimiento negativo y opuesto al amor (enfrentamiento) surge por hechos o causas externas y su objeto, fuente de esa emoción negativa, lo que busca es eliminarla, evitarla (excluirla) o escapar de ella.
Este sentimiento de odio (rechazo) se manifiesta a través del temor, miedo, envidia, dolor, agresividad, que entre más intenso e irracional, se puede tornar destructivo.
El miedo visto desde un algoritmo podríamos representarlo así:
Miedo = (Odio + Riesgo Social + Vulnerabilidad Social) / Preparación
Interpretándolo, nos señala que entre más preparados (prevención, mitigación, capacidades económicas, sociales, culturales, etc.) estemos a las situaciones, como objetos fuente de dolor, desesperanza el miedo se reduce o desaparece.
Por lo contario y en una relación directamente proporcional, entre más peso tenga el odio, el riesgo social (deficiencias en las políticas públicas) y la vulnerabilidad social (conocimiento, formación moral, entorno laboral, hospitalario, alimenticio, conflictos, justicia, etc.) el miedo se incrementará y la reacción puede ser fatal.
Conocer los riesgos, las vulnerabilidades e insatisfacciones sociales de la comunidad, son el caldo de cultivo de los politiqueros, para armar escenarios de miedo - odio.
Estos contextos, armados estratégicamente, buscan una racionalización colectiva, dando a entender que el objeto fuente del dolor, miedo, odio, debe ser eliminado, justificando que su existencia es la fuente del displacer y que perturba nuestra satisfacción.
Esta relación entre la persona y el objeto fuente de dolor, es el vínculo de miedo, que se le quiere dar un significado.
Muchas veces este objeto del displacer lo asocian o correlacionan de manera negativa con otros hechos o fenómenos que nada tiene que ver entre ellos, con el fin de reforzar positivamente lo que quieren imponer. En psicología se podría llamar condicionamiento operante.
El odio, que insertan en nuestras mentes los politiqueros, es tan cruel que no solamente buscan que se odie al opositor por su persona per se, sino lo que ellas han sido o representan (sus ideas, ideologías, estatus social, etc.). No es otra cosa que temerles.
La gente que expresa, odio a “X” persona o grupo, manifestando que, su sentimiento es de desconfianza, que le tiene miedo a lo que pueda hacer, se torna en un predictor por intuición o por manipulación del politiquero de turno.
Las predicciones lo llevan a calificar a la persona, objeto de su miedo, como: fantoche, enredador, mentiroso, vago, salvaje, guerrillero, bandido, populista, enemigo, de izquierda, etc.
Sobre él y su plan de gobierno jamás sustentan argumentos o críticas. El programa de gobierno (pros – contras) es ignorado.
Francisco del Cueto y Dondé en Manipulación emocional, psicópatas y narcisistas, estableciendo limites, señala que los manipuladores emocionales son psicópatas narcisistas, sádicos, cínicos o maltratadores emocionales.
Estos personajes hacen uso de herramientas como la lástima; el miedo, justificado o no; o la dependencia. Es decir, una, dos o todas de una manera combinatoria (no importa el orden), son puestas en marcha.
La oratoria de la cual hacen uso nuestros candidatos a los diferentes cargos estatales, tiene por objetivo seducir, mostrando que ellos se identifican, entienden, que han sido parte de las falencias ciudadanas (necesidades) y sus deseos, por encontrar y poner a disposición, unas mejores condiciones de vida, para ellos y sus familiares, son su lucha social, altruista.
En los contenidos de sus discursos, presentaciones en público; lo imaginario, fantasioso, odios, mentiras, están por encima de las razones, realidades sociales, locales, nacionales e internacionales.
Buscan en la opinión pública, generar sentimientos de culpa, sensaciones displacenteras, amenazantes, sumisión, culpa y represión de sus necesidades.
En otras palabras, quieren que, en la conciencia de cada uno de sus oyentes, auditorio o lectores de sus comunicados, revivan lo expresado, factor que los puede unir, estableciendo un odio y miedo masivo, ocultando o falseando las cualidades, facultades, conocimientos, potencialidades de la persona, fuente de su discordia o competencia.
Para generar lastima, lo que hacen es despertar el sentimiento de tristeza, dolor, desesperanza, por hechos de desgracia externos y el respectivo sufrimiento psicológico.
En otras palabras, es ser víctima real, darse a conocer como víctima o mostrar que son víctimas.
Como en política (deshonesta), se busca es establecer un sistema político personal o grupal, asimétrico, manipulando a los ciudadanos, a quienes se les da a entender que el otro (competidor) esta es en contra de sus esperanzas de vida, y para ello exageran los problemas; que la vida futura, viene con muchas carencias, que ese personaje es peligroso y las va es a establecer.
De forma paralela el candidato, que da a conocer al otro, como mal sujeto, es un sádico, por cuanto disfruta generando lastima y humillación en el ciudadano.
El miedo o temor es un estado emocional negativo, generado por la percepción de un peligro real o ficticio, que viene del pasado, presente o futuro. Cuando este miedo es inconsciente, es un miedo irracional y exagerado, que pueden ser individual como grupales.
Estos miedos pueden ser miedo a los daños físicos (heridas, mutilaciones, muerte), pérdidas a su autonomía (anulación o restricción a sus ideas, criterios, opiniones, deseos), daños económicos (no trabajo, no pensión, falta de alimentación, pérdidas de recursos materiales), miedo al daño de la personalidad, reputación, profesión (prestigio, competencias, imagen pública), psicológicos (temor a todo lo que le rodea, desconfianza, paranoia); sociales (temor a las interacciones sociales y sus juzgamientos) y las fobias (trastornos de ansiedad) entre otras:
FOBIA | Temor (miedo) intenso e irracional a… |
Acrofobia | A las alturas |
Aerofobia | A volar |
Agorafobia | A espacios abiertos |
Apeirofobia | Al infinito |
Aracnofobia | A las arañas |
Brontofobia | A los fenómenos meteorológicos |
Cinofobia | A los perros |
Claustrofobia | A espacios cerrados |
Cristianofobia | A los cristianos |
Dentofobia | A los dentistas |
Enoclofobia o demofobia | A las multitudes |
Entomofobia | A los insectos |
Hematofobia | A la sangre, heridas, jeringas |
Herpetofobia | A las serpientes |
Homofobia | A los homosexuales |
Hoplofobia | A las armas de fuego |
Megalofobia | A objetos de gran tamaño |
Politicofobia | A los políticos |
Xenofobia | A los extranjeros |
En síntesis, dan a entender que los estímulos u objetos del displacer, son peligrosos, para de esta manera, generar pensamientos negativos, terroríficos, amenazantes y hasta ficticios, porque ellos no traerán satisfacción.
Nos contextualizan en escenarios de sufrimiento, pobreza, muerte, ignorancia, etc. donde las condiciones de vida son adversas, desfavorables, de alto riesgo, en general de castigo.
Elaborando una analogía, es como el pecado original, donde la sociedad si cae en manos de equis (x) personaje, se perderán todas, todas las condiciones paradisiacas.
Interpretando a Romanos 5, 12, si los ciudadanos que votaren, por el que ataca su opositor, entraran en pecado de la miseria y la muerte y en ese orden, todo lo anterior alcanzara a todos los seres humanos. Luego se debe votar por él, pues como lo expresa, es nuestro salvador y que cambiara a Colombia.
La manipulación, como última herramienta, es una forma de control, para que las personas reaccionen y materialicen lo que se les impone o direcciona.
Desde la psicología, el manipulador busca ingresar a la mente de la persona para distorsionar sus representaciones, crear dudas, deteriorar su autoestima y sus estados emocionales, vulnerando sus capacidades racionales.
Estos personajes son reconocidos como sociópatas, narcisistas o mentirosos (mitómanos). Detrás de todo esto buscan que se les crea, tengan fe en ellos, que son exitosos, que son valiosos socialmente y políticamente, que son los salvadores, y en consecuencia dependan de sus supuestas y maravillosas, decisiones de vida.
La técnica típica es mostrar lo malo y ocultar todo lo bueno de su opositor y nunca mostrar cómo estamos y cómo podemos llegar a ser con sus propuestas o visión de vida social.
Y para ellos la manipulación se torna, aún más fuerte, cuando es acompañada, con la amenaza, miedos, odios, el castigo y la naturaleza social del individuo, por cuanto las personas tienen la tendencia a reproducir las acciones del resto del grupo y especialmente cuando los medios abiertos y cerrados, se encargan de divulgar sus razonamientos falsos.
En otras palabras, el manipulado deja de ser él mismo y se convierte en un reflejo o proyección del manipulador. Creo es bueno volver a repasar a Kurt Lewin, Sigmund Freud, Herbert Marcuse, Gustave Le Bon, Noam Chomsky, Sylvain Timsit, entre otros.
Por último, no olvidemos que el manipulador, que tergiversa la realidad a su favor, sabe cómo justificar, que sus promesas no se materializaron, expresando que fueron por causas, condiciones o circunstancias, en las cuales él no tenía poder o dominio.
Es la manera más estratégica de ocultar una moral, sin fundamentos racionales. Frente a ello Sócrates dijo: “Una moral que se basa en valores emocionales relativos es una mera ilusión”.
Con ilusiones, como forma de escapatoria de los miedos y odios, se cultiva el pensamiento ciudadano.
Sumando a lo anterior, tomando a Sócrates: “Cuando el debate está perdido, la calumnia es el arma del perdedor”. Lo anterior se liga perfectamente con una de alguna respuesta que Don Quijote le dio a Sancho: “Mira Sancho, donde quiera que está la virtud en eminente grado, es perseguida. Pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser calumniado de la malicia”. Para cerrar, con otra frase de Sócrates: “Las mentiras son las mayores asesinas, pues matan la verdad”.