Quizá porque su deporte no es de los más populares, un exalcalde le dijo a Raúl Morán Chamorro, deportista de alto rendimiento de Pupiales, en Nariño, que lo que practicaba no era una disciplina deportiva y se negó apoyarle. Posteriormente, y después de coronarse campeón nacional de street workout en la ciudad de Medellín, la misma persona no tuvo ningún problema para imponerle una condecoración a nombre de una institución educativa.
Anécdotas y simplezas que ocurren en los pueblos de Colombia; lo cierto es que Raúl Morán es un joven nariñense que, desde hace seis años, practica un deporte de elevada exigencia física y mental, el street workout, práctica en la cual el deportista hace uso de parques y espacios abiertos en una combinación de otras disciplinas como el atletismo y la calistenia.
Inició sus rutinas inspirado en imágenes de internet, en compañía de un amigo, mejorando muy pronto sus condiciones físicas y participando en torneos regionales y departamentales promovidos, entre otros, por Comfamiliar de Nariño, en uno de cuyos eventos se coronó campeón en la categoría novatos.
Luego participó en un torneo para seleccionar a un representante del departamento con el objeto de que dispute un campeonato nacional en Antioquia. Fue cuando logró imponerse en su tierra para, finalmente, coronarse campeón nacional en Medellín.
Raúl Morán Chamorro es un joven de cabello rubio, un tanto tímido, pero de una disciplina excepcional para desarrollar su vocación deportiva. Se lamenta de que sigue siendo muy escaso el apoyo que recibe, actualmente supera una lesión con la meta de lograr, una vez recuperado, no solamente figuraciones nacionales, sino también representar al país a nivel internacional.
Como ocurre con muchos deportistas de otras regiones y disciplinas, proviene de un hogar con dificultades económicas, lo cual hace todavía más valiosos cada uno de sus logros convirtiéndose en ejemplo para los jóvenes de su generación. A pesar de la pandemia, Raúl Morán practica de manera permanente, mientras espera que las condiciones de salud mejoren en todo el país y aparezcan los torneos donde, seguramente, continuará brillando con luz propia.
Cuenta con carácter y determinación, se sigue preparando con voluntad de acero y quienes lo conocen con callada admiración desean un futuro de éxito para el deportista, pero, sobre todo, de permanente superación personal en la idea de que lo que más cuesta y resulta complejo es lo que verdaderamente vale y se debe destacar.
Por ahora, el departamento de Nariño tiene un campeón nacional al que pocos conocen, escasamente apoyan y, sin embargo, es un deportista de primera línea en el ya tradicional talento que caracteriza a los habitantes del sur en la competición deportiva y de otros campos.