Raquel es la hija por la que dieron la batalla Ana Leiderman y Verónica Botero para poder criarla abiertamente como cualquier pareja heterosexual que decida conformar una familia. Se conocieron a los nueve años en el colegio donde compartieron una amistad hasta graduarse. Se alejaron durante un tiempo cuando Ana partió hacia Estados Unidos y Verónica para Holanda, pero mantuvieron su relación a la distancia. Se reencontraron cuando Verónica decidió viajar a Holanda; viajaron por Europa, se hicieron pareja y resolvieron casarse en el 2006 en Núremberg, Alemania. Después de tres intentos lograron cumplir su sueño y Ana quedó embarazada de Raquel, quien hoy tiene siete años, producto de una fecundación in-vitro. Como en Colombia la legislación hacia la comunidad LGTBI sigue sin desarrollarse, la tutela es el único recurso que tienen las parejas homosexuales para legalizar y hacer respetar sus derechos en situaciones de facto. La Corte Constitucional a través de un fallo les concedió la posibilidad de darle paternidad a la niña, advirtiendo que esto solo procede cuando el menor sea hijo de una de las dos personas que busquen la adopción. La ponencia del fallo fue del magistrado Luis Guillermo Guerrero y contó con seis votos a favor y tres en contra. Hace un año, en otro histórico fallo la Corte avaló la adopción de dos hermanos por un periodista estadounidense que había declarado abiertamente su condición homosexual, decisión que abrió el camino para el caso de Ana y Verónica y para que Raquel pudiera tener una familia.