La empresa Rappi, conocida por la entrega a domicilios, evitó el registro del nombre RapiCuenta. Aunque la organización quería entrar al negocio de los servicios financieros, los abogados de la multinacional de pedidos, fundada por Simón Borrero, veían con preocupación una firma con un nombre parecido. Por la diferencia de opiniones la Superintendencia de Industria y Comercio de Cielo (SIC) Rusinque terminó involucrada.
El origen de la disputa
Todo comenzó cuando Credimax LLC intentó registrar el nombre Rapicuenta Rapicredit en la SIC. El nuevo negocio sería enfocado en servicios financieros. Pronto la información llegó a Rappi S.A.S. El unicornio creado por Simón Borrero, Sebastián Mejía y Felipe Villamarín con utilidades en 2023 cercanas a los US $ 800 millones comenzó a presentar problemas legales por una posible aprobación.
Los abogados de Rappi utilizaron la protección dada por tener una marca notoria. Cuando una sociedad comercial adquiere esa fama alcanza una protección especial. En otras palabras, el cliente tiene una garantía y la organización logra un estatus diferente. No fue el único argumento que utilizaron. Los juristas de Rappi mencionaron la posibilidad de una confusión entre los clientes por existir similitud entre las palabras.
En respuesta a las razones de la multinacional de domicilios, los trabajadores de Credimax LLC mostraron que los signos característicos de Rappi, dos muestras, la doble PP y el bigote del logo hacían absurdo un posible malentendido entre los usuarios, más si observa lo diferente de los mercados. Rappi principalmente se enfoca en domicilios y Rapicuenta estaría enfocada en productos financieros. En últimas cada negocio tendría un lugar diferente en el mercado.
Una vez los empleados de la Superindustria escucharon los motivos de las partes podían dar un veredicto.
La decisión de la Super
La entidad gubernamental decidió negar la aprobación de Rapicuenta por existir riesgos graves de confusión. Una victoria de la empresa de pedidos.
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