Teniendo en cuenta que la carrera por la Alcaldía de Bogotá está llegando a su final, estando caracterizada por ser una de las más sucias de la historia, tuve la fortuna (o el infortunio) de dialogar con algunas personas acerca de los candidatos o la candidata por la cual iban a votar; pero aparte de los nombres de Enrique Peñalosa, Rafael Pardo o Clara López, que se perfilan como los futuros alcaldes o la futura alcaldesa de la ciudad, surgió el nombre de Daniel Raisbeck. Haciendo un ejercicio de honestidad conmigo (y con el lector o lectora) el señor era un total desconocido para mí hasta hace un mes que vi su publicidad con la palabra "libertario" incluida. Como soy un sujeto que ve la mayoría de los proyectos anarquistas con muy buenos ojos (más adelante quedará claro por qué me refiero a la mayoría y no a todos), me puse en la tarea de averiguar qué proponía y de dónde venía este candidato, del que se decía era independiente y una alternativa necesaria para la ciudad. A continuación expondré las razones de la decepción y el chasco que me lleve, al darme cuenta que de libertario y alternativo, el señor Raisbeck no tiene nada:
En primera medida, Daniel Raisbeck es un señor de 33 años que ha pasado la mayor parte de su vida (si no es que toda) estudiando. Es historiador y se ha especializado en estudios clásicos e historia romana, lo cual traduce que tiene grandes afinidades con el pensamiento eurocéntrico y occidental. Se dedicó a la academia, hasta que se le antojó moverse en la arena política electoral, y se lanzó el año pasado como candidato a la Cámara de Representantes por el partido Conservador, la cual resultó en un fracaso absoluto, recogiendo un poco más de tres mil votos. Y ahora se lanza, desde el Movimiento "Libertario" a la Alcaldía de Bogotá.
¿Pero qué lo hace ser la decepción con la que me encontré? En el pasado, al imaginar la primera vez que algún candidato o candidata usaría la palabra libertario, debido a mis afectos al anarquismo, me imaginaba a alguien que, esencialmente, pensaría en sacrificar los intereses singulares y/o privados en favor de los de una colectividad mayor. Pues la sorpresa fue aún mayor cuando vi que Raisbeck, ese dizque "libertario", no era más que un neoliberal disfrazado de alternativo. Me tomé el trabajo (y confieso que fue una pérdida de tiempo) de leer el plan de gobierno que plantea este señor, y mi sorpresa fue tal, al darme cuenta que este señor confunde las palabras privatizar y privado con libertad y libre, que en realidad implican dos cosas muy distintas.
Sus propuestas (si es que así se le pueden llamar) parecen más una licitación que una propuesta de gobierno (estas últimas palabras no son mías, sino de un amigo), no sé si es la ignorancia que lo atraviesa con respecto al tema, debido los estudios a los que enfocó su vida, o si en verdad considera que la libertad es cambiar el ejercicio de opresión del Estado por el del libre mercado. Resultar ser que el prometedor candidato, independiente, alternativo y libertario, no es más que un remedo de anarco-capitalista que cree que el mercado debe funcionar libre y autónomamente sin ningún tipo de intervención y control por escenarios políticos de poder. No se necesita ser un economista para saber que esto tiene infinidad de problemas teóricos, pero eso es un debate que va más allá de las pretensiones de este artículo, aunque si a alguien le interesa saber más de anarcocapitalismo, puede leer las tesis de Robert Nozick.
Y es que desde el comienzo, su "trayectoria" política no tenía sentido para mí, ya que no era una persona de izquierda que se había cansado de la politiquería electoral (como yo) y había terminado en las orillas del anarquismo colectivista y radical, de la democracia directa o de otras utopías igualitarias...¿Cómo alguien que tenía afinidad con el partido conservador podía ser anarquista? Pues claro, este señor había radicalizado su conservadurismo hasta el lugar más oscuro de la economía neoliberal, estrategia desde la cual se negó la democracia en algunos países de América Latina (tal vez su enfoque eurocentrado lo haya hecho omitir este detalle histórico en su proyecto político) y se consiguió profundizar la desigualdad y empobrecer economías locales y nacionales.
Sus fórmulas de gobierno son las mismas que destruyeron y empobrecieron a países enteros, que se reducen en la siguiente palabra: privatización. Para Raisbeck hay que destruir todo lo que tenga el apellido público (educación, salud, transporte, entretenimiento) y dárselo a cuanta empresa esté dispuesta a manejarlo y a cobrar por eso. Solo hay un problema, y es que se le olvida que dicho experimento ya fracasó en Colombia, sino revisen el caso de la educación, la movilidad, la salud y el ambiente, además que fundamenta muchas de sus propuestas en indicadores económicos que son realizados desde lugares que defienden el libre comercio del capital. Por lo tanto, la propuesta de Raisbeck, autodenominada alternativa, resulta siendo en lo material, un antónimo, y más bien debería llamarse ultraconservadora.
Otro de los puntos más preocupantes con respecto a sus estrategias de gobierno radica en cómo piensa la relación campo-ciudad, ya que para el susodicho, el campo que llega a la ciudad lo único que traslada son problemas y han afectado las tranquilas dinámicas citadinas. Pues hay que informarle a Daniel que, por si no sabe, este país se está pensando el posconflicto y la construcción de una sociedad en paz, en la cual Bogotá debe ser una parte central en ese proceso, ya que, gústele o no, muchas personas a las que la guerra afectó de las formas más sádicas y violentas, terminaron obligatoriamente habitando esta ciudad que usted ingenuamente pretende gobernar. Sí, señor Raisbeck, mientras usted estaba por allá en Estados Unidos o Alemania adelantando sus estudios, los grupos armados (en sus células urbanas) trataban de tomarse Bogotá. ¿O es que no ha escuchado que hay un Bloque Capital de las Águilas Negras en la ciudad (o sea paramilitares), o tal vez, usted no sepa que hace escasos años, esas mismas familias que llegaron al sur de la ciudad, tuvieron que volver a experimentar el conflicto, ya que unos militares perezosos prefirieron asesinar a sus hijos y mostrarlos como guerrilleros para ganarse cinco días más de descanso?. Sí, eso paso acá, no en ese campo que usted tanto desprecia. Además, recuerde, la soberanía alimentaria de las ciudades depende simbióticamente de ese campo que ve con tan malos ojos. Puede que el campo y la ciudad sean diferentes, pero las ciudades necesitan mucho más de lo que usted parece imaginarse. ¿Qué esperanza les queda a las víctimas radicadas en Bogotá ante la presencia de tan particular sujeto en la Alcaldía?
Finalmente, este señor planea que la ciudad no pague impuestos, y sumado a eso, que los mismos no sean progresivos, ¿Y entonces cómo se va a financiar toda la infraestructura que van a necesitar los operadores privados? ¿De dónde va a sacar esa platica si el señor Estado va ser reducido a la nada? Ya sé, que las calles, los hospitales, los estadios y todo en la ciudad sea propiedad del 10 % más rico del planeta, y que el resto nos debamos rendir a los precios de sus oligopolios. ¡Pero qué brillante es usted, señor Raisbeck! Ese Ph.D. en Historia Romana es justo lo que necesitamos en la administración de la ciudad.
En suma, Raisbeck (si tuviera oportunidad de ser Alcalde) es el lobo mentiroso que se disfraza de oveja para tratar de ser alcalde. Lo de independiente no se le cuestiona, pero las personas han tendido a caer en el error de pensar que todo lo independiente implica bueno, y eso es una falacia ¿O no recuerdan cómo comenzó Hitler en Alemania? Pero para las personas que sabemos que ser libertario es una estrategia de vida a través de la cual tratas de deshacerte de tus prácticas de vida que te oprimen y oprimen a las demás personas de la sociedad (incluyendo el libre mercado capitalista) para mostrarse como un candidato libertario es, cuando menos, un insulto. Por lo tanto, al tumbar las mentiras con las que presenta su campaña, se cae el disfraz de oveja y solo queda el lobo, ese ultraconservador, privatizador y capitalista, que al final terminaría dejando a Bogotá con la distribución de la riqueza más desigual de su historia con los ricos no solo controlando los espacios de toma de decisiones, sino también los precios de cada espacio que solía ser público en la ciudad. Cuando eso pase dudo mucho que el lobo responda por los huesos de oveja que va entregar cuatro años después.