En efecto, verifico que, “La Silla Vacía”, importante portal de opinión, reporta un interesante tema denominado “Si las mujeres mandaran en el nuevo gobierno, ¿quiénes serían?”. Natalia Arenas, la autora, dice que “La Silla le pidió a expertos de cada área que postularan candidatas que podrían ser, al margen de si les interese o no, idóneas para el cargo”. El concepto de los expertos, desde lo que leo, definen muy bien a Colombia y a su política: Un país racista y excluyente, en especial con sus mujeres, que cubre esa realidad bajo el mito de la “democracia racial”.
Muchos aspectos habría que analizar pero me limitaré a lo que considero fundamental. Fundamental y claro para quienes somos afrocolombianos y entendemos un poco de este asunto, que la inclusión verdadera no se dará hasta que los afrocolombianos logremos organizarnos políticamente en un proyecto independiente. Cada uno y cada una hacen lo que puede y se arriman a los proyectos políticos de los privilegiados y poderosos o donde creemos nos puede ir mejor y ojala esperando ser bautizado por un padrino bien relacionado. Entonces se han dado coyunturas circunstanciales que nos han permitido una ministra y un viceministro y siendo exagerados al actual ministro de Justicia, quien se sorprendió –y aclaró el asunto-cuando fue llamado por el presidente Santos “cuota afrocolombiana”.
La autocrítica me dice que hasta ahora el pueblo negro ha sido inferior al reto histórico y político independiente y cada uno se sigue prestando al juego de la clase dominante y de quienes nos utilizan. Esto es grave porque no falta el negro-incluso miembros de organizaciones afros- que piensan y dicen que no votan por negros porque cuando ellos llegan se vuelven peor que los otros, es decir, que prefieren ser siervos pero no de un negro. Si quisiera justificarlo también diría que es comprensible: Fuimos violentados y divididos desde el principio y supieron alentaron la cultura de la división y separación y después de más de 500 años están las secuelas. Ojalá que lo entendamos y actuemos como pueblo de manera urgente. Que a futuro cercano no tengamos que pasar la vergüenza de decir que los impostores que se posesionaran como “representantes” nuestros en la Cámara el próximo 20 de Julio (día de la Independencia) ganaron las “curules afro” porque Dios así lo quiso en un país que ni es serio ni es equilibrado y equitativo. Esta fatalidad la permitimos la comunidad negra pero también el país, cómplice de la injusticia y violación de los derechos políticos de los afros, que sólo son incluidos en la Selección Colombiana de fútbol pero excluidos de la política.
El otro aspecto sería analizar la política y lo que necesitaría, por ejemplo, una mujer para ser idónea para el cargo. La Silla reclama que de los 16 ministerios, al menos 5 deberían corresponderle a mujeres por la ley de cuotas. ¿Alguna vez se ha aplicado la famosa ley de cuotas? Yo preguntaría, ¿Cuántas de esas cinco mujeres, de manera proporcional a lo que representa el país deberían ser mujeres pertenecientes al pueblo afrocolombiano?
Obvio, el análisis no se puede iniciar de esa manera, los expertos de La silla, hacen unas listas amplias, en algunos casos de posibles candidatas idóneas y excluyen a las mujeres negras de manera deliberada y/o porque bien saben de pragmatismo político. La única que ponen en el sonajero, más por ser conocida que por otra cosa, es a la ex ministra Paula Marcela Zapata, pero la incluyen como posible candidata al Ministerio de Educación y al mismo tiempo la excluyen diciendo “El problema es que se va para la Universidad de Yale en Estados Unidos”.
Aquellos afrocolombianos que han empezado a poner su inconformismo en Facebook, Twitter ó enviándolo a Chao racismo, es porque creen el discursooficial y siguen teniendo la fantasía de que en verdad Colombia es un país incluyente. Idoneidad no significa tener experiencia y hasta títulos de prestigiosas universidades, en política, significa ser “Cuota” y ser cercana y de la confianza del Presidente. ¿Cuántas mujeres negras son cercanas al presidente? No dije, que a cuantas mujeres negras el presidente se les ha acercado y hasta abrazado y besado en campaña política. Yo no conozco al Presidente y mi apellido es Angulo, no de los Sarmiento Angulo o de los Betancourt-Angulo, no, soy de los Angulo de Tumaco y del Telembí.
Lo anterior nos devuelve al asunto fundamental: en los partidos tradicionales difícilmente será una mujer negra visible que le permita luego ser cuota. Sólo hasta cuando se llena ese requisito mirarán esas brillantes hojas de vida, la mayoría logradas con mucho sacrificio y desafiando el status quo, que ahora por la lucha adelantada, las mujeres jóvenes están aprovechando esas medidas afirmativas para estudiar. La hoja de vida con PhD o la especialización en universidad prestigiosa será exigida a la mujer negra e indígena, la mujer mestiza y la blanca gozará de indulgencia y le bastará la palanca pero, en todo caso, a todas ellas se las acosará y observará, y ojalá que estén bien desde los pechos hasta el trasero, a no ser que sigamos exigiendo respeto y que nos eduquemos y sensibilicemos como país.
Los expertos de La Silla simplemente han reflejado como se actúa en Colombia y no faltará el que diga que aquí no hay racismo y que no es verdad que las mujeres negras soportan doble discriminación. En esas circunstancias de qué me serviría darles algunos nombres. Martha Chaverra, que ahora está en ACDI-VOCA / USAID, Alexandra Córdoba, la funcionaria de planta que más tiempo lleva en la DACN, y a Cidenia Rovira, de CORPIDENCU, y bueno, a Nigeria Rentería, que ahora es Alta Consejera y miembro del equipo negociador en La Habana, y Emiliana Barnard, Secretaria de Gobierno de San Andrés.
Mi experticia me haría ampliarles la lista: Aurora Vergara y Sandra Tapia, Alicia Ríos Hurtado, esta última, Directora encargada de Colciencias, Claudia Patricia Mosquera Rosero-Labbé; Aury del Socorro Guerrero, María Helena Quiñonez y Licenia Salazar y, por supuesto, la tumaquena Sandra de las Lajas Torres Paz. Y hay otras jóvenes, que bien pueden investigar con las organizaciones afrocolombianas después de chequear en la Internet, quizá sin mucha experiencia pero con los PhD incorporados y sobre todo con la creatividad para sacar adelante empresas importantes, a la manera de cómo hacen las cosas las mujeres colombianas.
La temática de género -y la política- son complicadas en un país machista, pero debemos seguir batallando y caminando con dirección a lo fundamental. Mientras tanto no sé por qué los afrocolombianos y colombianos en general, muchos de los cuales aún creen que hablamos de discriminación para sacar ventaja, se hacen la pregunta de si en verdad son discriminadas las mujeres negras en Colombia ¿Por qué ni suenan sus nombres para posibles ministerios? En fin, ya el Presidente elegirá a las cinco ministeriales mientras tanto vayan a la fuente, La Silla, véanlo con sus propios ojos para que hablemos seriamente de política y género, y, de discriminación doble a la mujer negra en Colombia, que algún día jugará para que en verdad Colombia aproveche esa diversidad en la transformación social y política.
Coletilla: ¿Por qué sigue Colombia, en donde usted es muy joven para trabajar a los 20 y muy viejo a los 30-cuando no se tiene palanca, con esa costumbre visigoda de exigir fotografía en una hoja de vida? La fotografía sirve para discriminar (por raza, edad, género, región, etc.) y además ¿Para qué preguntan el estado civil y el número de hijos? De otro lado, las recomendaciones personales-por ejemplo y el número de identificación (en otros países el ID #) es necesario únicamente cuando ya usted ha sido notificado que tendrá el puesto.