El breve escándalo mediático que ha suscitado la visita de Quintero al Metropolitano, custodiado por cerca de 4.000 policías y mientras los manifestantes eran gaseados a las afueras, no solo ha generado indignación y mucha decepción entre sus seguidores, también sigue dando cuenta de su nivel de incoherencia, del manejo amañado de los recursos públicos (a título de viáticos y así no sean muy altos) y el “lugar de privilegio” en el que se ha venido asumiendo quien llegó a la alcaldía esgrimiendo un discurso excesivamente emocional y lastimero. Sin embargo, la vena del Quintero incoherente no es nueva, forma parte de su naturaleza personal y su forma de hacer política.
Algo importante de no olvidar en un dirigente que se buscará proyectar en otros espacios de poder y que pronto volverá a las calles a buscar votos bajo el falso mote de ser un “independiente sin jefes o partidos políticos”.
A continuación, presentó otras perlas del Quintero incoherente.
“Sin partidos o jefes políticos”
Falso. Ese fue su caballito en los meses de campaña. Con él buscó deslindarse de parte de la politiquería tradicional que progresivamente fue rodeando a Ramos y activar una estrategia de opinión desde dos dimensiones cognitivas. La primera consistió en reducir al elector a la decisión emocional de apoyar a un miembro de la élite antioqueña nacido en cuna de oro o al hijo de un mecánico oriundo del “Trince” y que se hizo a pulso pasando por muchas penurias (desde solo chupar mangos como alimento primario a trabajar como ventero ambulante). Una excesiva comunicación emocional que fue efectiva y en lo que contribuyó la actitud elitista y poco empática de Ramos (un candidato terrible).
El segundo leitmotiv era el de convertirse en el más independiente entre los independientes, poco importaban sus vasos comunicantes con la clase política tradicional; el padrinazgo de César Gaviria o el apoyo de políticos cuestionados como los liberales Oscar Hurtado (actual secretario de Hacienda) e Iván Agudelo (con cuotas burocráticas en la secretaria de Movilidad y la Gerencia de Terminales).
Nada de eso se vio en Twitter y de ese “trabajo sucio” o poco visible (para no empañar el discurso de redes), se encargó el coordinador político Juan Pablo Ramírez (actual secretario de Inclusión y una de sus fichas de “sucesión”).
Ya en el piso 12 de La Alpujarra y con la orientación de Esteban Restrepo (actual secretario de Gobierno y otra de sus fichas de “sucesión”), se dedicó a buscar gobernabilidad en el Concejo y cederle participación burocrática a concejales y aliados. Así, se le han entregado porciones de la administración a un conjunto variopinto de sectores políticos y “caciques alternativos”. Entre ellos, al liberalismo tradicional, a una facción del conservatismo, el partido de la U y no se puede olvidar al representante verde León Freddy Muñoz (quien buscará dar el salto al Senado).
Quintero solo fue independiente del gran empresariado antioqueño o el empresariado integrado al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). De ahí que haya tenido la libertad de desmontar el esquema fajardista de cooptación empresarial y cazar una pelea inédita con esa élite.
Nunca fue ajeno a las movidas de la politiquería (con la cual está gobernando) y de los partidos. Es su primera y más evidente muestra de incoherencia.
Indulgencias con padrenuestros ajenos
Ya lo reseñé la semana pasada cuando di cuenta del procedimiento del acto legislativo que convirtió a Medellín en Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación. Algo en lo que Quintero no tuvo nada que ver, pues el mérito exclusivo es de la bancada uribista. Muchos salieron a felicitarlo y él lo asumió como un logro de su Medellín Futuro. No aclaró quienes fueron los autores, ponentes o promotores del proyecto, no tenía como porque ninguno de sus amigos congresistas tuvo siquiera un papel destacado.
Asimismo, en relación con el Metrocable Picacho, una de las obras de infraestructura más importante de la última década, poco ha tenido que ver. Obvio que su administración la continuó y concluyó, algo que tenía que hacer pues su avance para el 2020 era irreversible. Así no lo diga públicamente y asuma esa obra como parte de su Medellín Futuro, para que ese Metrocable sea una realidad resultó importante su “origen” en la alcaldía de Aníbal y su mayor avance en la de Federico Gutiérrez. Quintero solo va a cortar el listón y a figurar en una placa de inauguración.
Al alcalde sí se le debe reconocer su capacidad de gestión para la aprobación de un conpes que viabilizó el Metro de la 80. Algo que muchos dieron por perdido y que él sí pudo lograr.
“Commebol arrogante” y nada de Copa América
Al parecer, Quintero se montó en la cruzada nacional para que Colombia no fuera sede de la Copa América, un golazo del paro nacional y un duro golpe a Duque. Solo fue eso. Porque a las pocas semanas de afirmar que la organización del certamen era “arrogante” sale promoviendo dizque un “partido de la reactivación” y según algunos de sus seguidores, su presencia en el Metropolitano se debió a que estaba inspeccionando los protocolos para un aforo limitado. Hasta donde cae la gente (contratistas o funcionarios) para defender lo indefendible.
En realidad, fue una muestra fehaciente de incoherencia. Una reunión con dos personas en una mesa improvisaba (como el que toma una foto para certificar que hizo algo); dizque con los directivos de Atlético Nacional e Independiente Medellín (¿difícil encontrarlos en la ciudad?) y un “diálogo constructivo” con los otros alcaldes en medio del partido. Nos tienen que creer muy “caídos del zarzo” como para creer semejante tontería.
Es claro que solo fue en plan turista (hasta se llevó a un secretario) a costillas de los contribuyentes y viaticando de lo lindo. ¿Dónde quedó el joven humilde que tenía que caminar para llegar a la universidad?
En fin, Quintero va entrando a su tercer año sin mucho para mostrar. Con una narrativa de ciudad que no se ha logrado consolidar y atravesada por la bestia indomable del COVID-19. Además, es un alcalde muy impopular para una ciudad como Medellín, donde tradicionalmente los alcaldes han tenido una favorabilidad superior al 80%. También creería que la está entregando en bandeja de plata a la derecha político-empresarial que derrotó en 2019 y que se anda reacomodando para volver al poder en 2023.
Su proyecto político solo es un personalismo burocrático desconectado de la ciudadanía y muy conectado con la politiquería (solo hay que ver como su secretario de Gobierno maneja los puestos y la contratación). ¿Hacia dónde va el futuro de Medellín o la Medellín futuro?
Adenda. Desde diferentes perfiles en Facebook se me viene atacando con mensajes de odio. Me tildan de “hiena resentida” o “viudo de poder”, responsabilizo al discurso divisorio de Daniel Quintero (a quien apoyé en campaña) de cualquier agresión física a mi integridad.