Escalofriante cada arista de este macroescándalo de la corrupción en Armenia y el Quindío. Ante el país y el mundo estamos quedando como un perverso modelo de despojo y asalto de las rentas públicas que se construyen con el tributo ciudadano, que no es otra cosa que su esfuerzo y ahorro.
Se necesita caer en un abismo sin fondo para alcanzar las cotas de degradación ética en que están incursos los exfuncionarios, funcionarios, intermediarios y contratistas de la administración municipal de Armenia que como fieras carroñeras han despedazado los dineros del programa de valorización hasta alcanzar su destrucción completa.
En Armenia la institucionalidad quedó hecha añicos. Todo su entramado de gestión está hecho una ruina y lo que hay es un mero cascarón que encubre una vulgar maquinaria clientelar al servicio de los directorios de garaje con ropaje seudoliberal y seudoprogresista.
Armenia y su alcaldía bien pueden caracterizarse como un andamiaje premoderno donde se intercambian favores en los términos de una mercado desueto y ventajista en el que saca la mayor partida aquel personaje que maneja los acumulados políticos de las viejas guaridas montadas por los caciques del bipartidismo frentenacionalista de los años 60, extinguidos en la tragedia del conflicto armado y por los territorios selváticos de nuestra geografía chocoana.
Bien. El fenómeno lo tenemos de cuerpo entero con sus principales agentes protagónicos, pero aún falta mucho en la acción del poder judicial. Esto apenas parece ser la punta de un iceberg de gran magnitud.
En ese sentido surgen muchas preguntas al respecto que me permito plantear acá.
¿Quién es el señor o sacerdote Darío Ospina?, ¿cuál su papel en la canalización y monopolio de enormes recursos presupuestales del departamento?, ¿cómo ha sido su acceso a los dineros públicos regionales y en qué condiciones de ventaja frente a otros concursantes?, ¿qué papel tienen en el entramado de corrupción y desvío de dineros públicos fundaciones y corporaciones como Shambala, Asservi Ltda., JVC SAS, Construcciones Lazzo y Conexiones Estrategia publicitaria?, ¿hay un cartel de la contratación funcionando en las esferas de la gobernación del Quindío?, ¿hay pagarés firmados en respaldo de la última elección departamental como el que ahora se conoce para Armenia y ya tiene una víctima de sangre?
Estas son cuestiones que deben ser esclarecidas en el debate público y en la reflexión colectiva cargada de objetividad.
En ese sentido estamos impulsando desde la Corporación y la Veeduría ConTransparencia un gran foro sobre la corrupción en el Quindío en los próximos días para analizar con expertos y conocedores del tema este aberrante problema que azota al Quindío y a su capital.
En Armenia necesitamos una red de gestores por la transparencia y contra la delincuencia perfumada para que estos sujetos de peligrosidad no sigan haciendo de las suyas.
