Me gustan los sitios donde son muy generosos con las porciones, pero que guardan la calidad en la materia prima que utilizan para elaborarlos; esa es la primera característica con la que describiría a Quile, un sitio del que he hablado hasta ahora poco, pero que siempre visito en mis periplos por la capital del Magdalena.
Hace poco tuve la fortuna de encontrarme con el dueño en la sede del restaurante en el barrio Villa Marbella; Euclides Orejarena, un santandereano (orgullosamente betuliano) que hace más de 20 años decidió emprender, lejos de su tierra, a pesar de haber hecho un primer intento en la patria chica que lo vio nacer.
Pero el municipio era muy pequeño y la economía de sus habitantes no era la mejor, así que lo intentaría más adelante nuevamente en la ciudad de Barranquilla, en donde al frente de la tienda familiar montó su carro de perros calientes callejeros alquilado, en donde se le ocurrió el nombre del negocio que actualmente lleva.
'Quile' le decía su hermano menor cuando eran pequeños, al no poder pronunciar bien el nombre de Euclides; también aprovechó el boom que había en el momento con los colombianos en el Boca Juniors de Carlos Bianchi (Córdoba, Chicho y Bermúdez) para asociar la cerveza Quilmes con el mismo estilo de escritura en su aviso. Con orgullo cuenta que alguna vez tuvo en uno de sus puntos de venta al Chicho en donde departieron y le pudo contar su historia y agradecerle personalmente por todo lo que implicó en su negocio, sin proponérselo.
La cosa iba marchando a medias, medio se solventaba, pero ya con una gran familia los gastos lo abrumaban, hasta que un amigo lo llevó a Santa Marta, y estudiando el mercado se dio cuenta que en esa ciudad los que trabajaban la salchipapa, tal vez lo hacían con producto barato y no de la mejor calidad, entendió que ese tipo de comida rápida requería una mejora, así que poco a poco en su primer local en la 30 se fue dando a conocer, y el voz a voz fue su mejor publicidad, a tal punto que actualmente Quile es toda una institución en comidas rápidas, cortes de carnes maduradas, y sobre todo en su original y muy buena salchipapa.
Es un cocinero empírico, pero a sus más de 50 años le sigue gustando cocinar, le ha bajado un poco al trabajo, pero sigue estando pendiente de sus negocios, llevando la batuta con gran brillo; es un buen jefe, le brinda a sus empleados bienestar laboral, y se siente orgulloso de poder generar alrededor de más de 100 empleos directos en la ciudad.
Inclusive hay un empleado que lleva casi los mismos años que él y que muy seguramente se podrá pensionar pronto gracias a la estabilidad de la marca. Promulga que en sus restaurantes, deben existir las tres B (bueno, bonito y barato), aunque esta última ahora mismo sea más difícil de cumplir, porque después de la pandemia todos los insumos se han encarecido, los impuestos son cada día más, los servicios especialmente la luz en la costa están por las nubes, etc., pero trata siempre que haya un equilibrio y que las porciones abundantes que se sirven en el restaurante tengan equidad entre costo y beneficio.
| También le puede interesar: ¡El helado de yuca y de cayeye sí existe!, y está en Topping Gelato de Santa Marta
Es el responsable de los nombres originales y pintorescos de sus platos; hamburguesas bautizadas como la"mototaxi" (carne, lechuga, cheddar y salsas), "la gomela" (doble carne, tocineta, guacamole, pepinillo y verduras) y "la bichota" (carne de res de 200 gramos, tocineta, pimentón, guacamole, hogao, cheddar y salsas) hacen parte de su carta. Perros calientes de gran tamaño como el "Bin Laden", el perro "mundialista" y el "big bang"; salchipapas como "tronco e salchipapa", la "tipo ballena", "la ferrocarril" o la "salchicholula".
También hay una sección especial que se llama la familia cheta (brochetas) estratificadas por tamaño y que van desde la "baby cheta pork", la brocheta quileña, hasta la "Yerry cheta", bautizada así por el jugador más alto de la selección, el gran Yerry Mina.
Pero don Euclides le guarda especial cariño a los cortes de carne (punta gorda, sobrebarriga, baby beef, punta de anca, sobrebarriga y filet mignon entre otras) porque su pasión es la parrilla, y se precia de hacerlo muy bien, con el punto perfecto de cocción y de sazón.
"El que tiene un restaurante, debe tener buen paladar y buen gusto", no puede hacerlo solo por ganar plata, reza don Euclides, quien todos los días prueba en sus cocinas nuevas fórmulas de salsas, de acompañamientos, de frituras, de insumos, que le permitan mantenerse vigente y seguir llevando el reconocido nombre que ha trabajado dentro del sector gastronómico de Santa Marta.
Le pedí finalizando la entrevista que me diera algunas recomendaciones de todo su gusto en cuanto a platos, especialmente para los que todavía no conocen el restaurante y que se animen a ir la primera vez, y no dudo en decirme que la punta de anca gruesa de libra, la hamburguesa corroncha que lleva como ingredientes pollo, carne, abundante queso costeño, suero, patacón, pepinillos y mix de verduras.
Gran historia de emprendimiento que ha sido un placer conocer y poder contar; don Euclides no pierde la esperanza de ser profeta en su tierra, volver a sus inicios y regresar a su terruño para poner un negocio en su natal Betulia, donde quiere pasar los últimos años de su vida ya un poco más relajado, mirando desde lejos como sus hijos han crecido y algunos han seguido su ejemplo de hombre emprendedor, involucrándose más en el negocio familiar.
Actualmente, Quile tiene cinco restaurantes repartidos en Santa Marta (2), Ciénaga (1) Valledupar (1) y Riohacha (1) y siempre será un infaltable cuando se visite la bahía más linda de América o se coincida en las otras ciudades de la costa en donde hacen presencia.
Instagram: @quilesantamarta @quilecienaga_ @quilevalledupar @quile_parrillariohacha_