"Quiero ser mi propio legado"

"Quiero ser mi propio legado"

Pilar Gómez, pintora santandereana.

Por: Manuel Tiberio Bermúdez
abril 29, 2015
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Desde niña, la pintura estuvo presente en su vida. Viendo trabajar a su padre, comenzó a interesarse por los colores, por los pinceles y por ese mundo fantástico de reproducir lo que los ojos observan.

Aunque su padre no fue un artista consagrado, si tenía por el dibujo un amor especial y lo practicaba haciendo retratos en su tiempo libre”.

“Mi padre hacia muchos dibujos y retratos y me causaba gran curiosidad el manejo que él hacia de las diferentes técnicas para la realización de sus trabajos. Utilizaba el lápiz, carboncillo, tintilla y esto me llamaba mucho la atención desde niña. Me causaba admiración ver lo que el lograba con sus retratos.

Luego empecé a ver que trabajaba mucho la figura humana y los desnudos. Me causaba gran curiosidad ver como lograba los volúmenes.

Luego en mi época de universidad fue donde empecé a interesarme y a practicar el dibujo. Fue por casualidad y debido a un trabajo que nos pidieron hacer que tuve que realizar algunos dibujos, pero en esa época aún no me sentía atraída por la pintura.. Simplemente, en ese momento, me dejé llevar por la habilidad y el talento natural que me permitía hacer el trabajo encomendado en la Universidad.

Con el tiempo fui empezando a gustar de esa forma de expresión con los trazos y comencé a trabajar con niñitos de la calle, un poco al estilo de Omar Gordillo, quien fue un pintor figurativo y que me parecía muy bueno.

¿Su padre tuvo la oportunidad de verla ya pintando? ¿Qué le decía?
“No, nunca tuve una propuesta de él de enseñarme o que me dijera: “quédese a mi lado y me mira dibujar”. Nada. El era un hombre muy hiperactivo en el trabajo, pero yo siempre estaba observando lo que él hacía. Incluso con el tiempo, cuando ya me hice artista, tenía comentarios de él un poco detractores, pero eso sucede casi siempre en casa de los artistas que hay poco apoyo, tanto en alicientes para lo que a uno le gusta como en la parte material. Pero parece ser que en la gran mayoría de las veces es el común denominador.

¿Qué es lo primero que hizo que le dio la oportunidad de recibir una crítica favorable y que por lo mismo la hubiese animado a viajar por los caminos del arte y que le hubiera hecho pensar que ese era su mundo, su religión futura?

“Eso lo vine a descubrir hace realmente poco, aunque llevo más de 20 años pintando. Pero solamente desde hace unos 10 años descubrí la pintura como una forma propia de expresarme.

Al principio, lo hice como una manera de recibir ingresos para mi sustento valiéndome de la habilidad que yo descubrí en mí para el dibujo. Aprovechaba mi talento natural, pero no me proyectaba como artista.

Yo soy tecnóloga en arte y decoración: Me gradué pero no he ejercido la carrera. Luego me hice, por casualidad, diseñadora de modas y en esto trabajé 15 años.

Durante esa etapa de dibujar y diseñar, fue que empecé, otra vez, a sentir el deseo de hacer pintura. Sentí también la necesidad de incursionar en otras técnicas.

Experimentar con pigmentos, con óleos, con acrílicos, con texturas, ya que solo manejaba el pastel.

Yo nunca había hecho exposiciones y una persona me dijo en alguna ocasión: “Pilar, usted lleva mucho tiempo dibujando, pintando por encargo. Usted, nunca ha pensado en hacer una exposición”?
Tenía para esa época unos 22 años y me sentía como muy joven para el arte. Yo creía que para hacer una exposición, eso, estaba muy lejos de mí en ese momento. Creía que se necesitaba ser muy grande en el arte para poder exponer. Hoy no lo pienso igual, lo que se necesita es mostrar el talento para poder exponer. Resulté atendiendo el consejo, hice mi primera exposición y desde ese entonces me empecé a proyectar como artista.

Lo primero que expuse fue figura humana al desnudo, pues siempre he manejado ese tema en claro oscuro. Recibí una motivación muy grande y fue la de Diana Martínez, curadora del Museo de Arte Moderno de Bucaramanga.

Resulta que yo había organizado una exposición en un hotel y no sé por qué motivo, a último momento me cancelaron la exposición. Decidí entonces –(era un pensamiento muy grande)- irme al Museo de Arte Moderno a preguntar, ¿qué requería un artista para exponer en un museo?

Yo creía que no iba a ser el espacio para mí pero en mi interior pensaba: “Por algo se empieza”. Me presenté entonces a Diana, le dije que era artista y que apenas me estaba iniciando y que mi deseo era poder exponer y que quería conocer los requisitos del Museo para hacerlo.
Cuando ella me contó sobre los requisitos, yo quedé “desinflada” pero me dije: “no importa”. Y es que cuando me enteré que había que tener un mínimo de 10 exposiciones en galería, tener reconocimiento, certificados, y otros cuantos etcéteras, reafirmé mentalmente lo que ya suponía: “para mí, no es”.
Ella me dijo: -Para qué me preguntas sobre los requisitos? ¿Es para usted?
Si, le dije, es para mí.
¿Tiene sus obras ahí? –preguntó de nuevo.
Yo llevaba en una carpeta 20 de mis obras de 50 x 70 todas en formato de papel.
No le dije nada, se las presenté, las observó en silencio y cuando terminó me dijo:
María del Pilar, quiero decirle que usted está perdiendo el tiempo. Yo le voy a organizar una exposición. No será aquí pero si en otro sitio, si no le importa.
Yo lo que necesito es empezar a mostrar mi trabajo –le respondí-.

Tiene un trabajo maravilloso, impecable, en fin me hablo de la parte técnica elogiando mi trabajo. Un mes después estaba haciendo mi primera exposición, gracias a Diana quien creyó en mi talento. De ahí en adelante no he parado de exhibir mi trabajo en innumerables exposiciones.

¿Cómo define su obra?
“Mi obra es figurativa, aunque al principio era muy inclinada al realismo. Hoy, quiero dar un giro hacia lo abstracto. Ya lo he hecho al experimentar con pigmentos y pintura. Estoy trabajando con los fondos para que la figura sea parte de la composición en la obra, y obviamente, el tema predominante seguirá siendo la figura humana.

A propósito, en su obra uno encuentra mucha piel expuesta y en especial de mujeres. ¿Por qué esa constante en su trabajo?
“Me gusta destacar la figura femenina en grandes volúmenes, pero con mucho respeto. A la mujer que pinto, la destaco con luces y sombras, sin exponerla, es decir la muestro con recato y con decoro. No me gusta el erotismo en la composición de mi obra, porque en ella muestro parte de lo que yo soy: la parte sensible, la parte sensual, sin llevarla al erotismo. En mi obra muestro respeto y admiración por la mujer”.

¿Cómo percibe Ud. que ven los espectadores su trabajo en un país que todavía es timorato, que perecearía que tiene miedo del cuerpo desnudo y la piel expuesta? ¿Qué le dicen?
“Para gozo mío, como artista, he recibido las mejores observaciones. Ninguna crítica adversa, y creo que eso es debido a la forma como presento a la mujer en mis pinturas. Por el contrario he recibido muy buenos comentarios y mucha propuestas para exponer mi obra. Inclusive, para que sean portadas de libros o ilustraciones de obras de escritores y creo que eso habla bien de la delicadeza y calidad del trabajo que yo realizo”.

¿Cuál es el rol que juega el cuerpo humano en su trabajo?
“Juega un papel preponderante ya que lo que yo presento en mis pinturas es mi ser, mi sentir, mi esencia. Está presente en el color, en los volúmenes, en el respeto con el que muestro la figura humana. El hecho que presente una figura desnuda no rompe con el respeto hacia el cuerpo. Es verdad, muestro mucha piel pero con respeto y admiración por ese cuerpo dibujado. El cuerpo humano, para mí, es muy importante ya que por medio de él muestro respeto por mí que también soy mujer. Eso, estoy segura, lo percibe el observador de mis pinturas”.

Casi siempre pregunto esto, porque me parece que en este mundo de hoy en el que existen tantas herramientas para capturar los entornos en los que vivimos y las imágenes que observamos, por qué es importante la pintura? Parecería que se va volviendo un ejercicio sin utilidad. ¿Cuál es su apreciación al respecto?

“Lamentablemente se podría pensar que para muchos, es una práctica inútil, pero no porque no tenga validez como arte, sino que en numerosas ocasiones se le mira como un objeto decorativo. Es por lo mismo que a muchos artistas se nos está negando la posibilidad de mostrar nuestro talento, por eso también muchas galerías son reacias a recibir nuestro trabajo y eso lo hemos charlado con otros artistas de MAI Colombia y de otros grupos, y es precisamente, porque hoy se le denomina arte a cualquier cuadro. Mucha gente no sabe la diferencia entre una obra de arte, una decorativa o una artesanal”.

“El artista se esmera por su trabajo, estudia para avanzar en sus propuestas, experimenta con técnicas hasta alcanzar una trayectoria y reconocimiento. Lamentablemente a los artistas no se nos reconoce ese valor y esa es la lucha que los artistas tenemos, incluso con el Ministerio de la Cultura”.

Pero si hubiese un culpable, ¿de quién sería la culpa: del artista o del espectador? Porque hay muchas personas que piensan que son artistas sin serlo.
“Yo pienso que de ambos sujetos. A veces el artista o el pintor que no lo es, pinta solo para vender, así no se proyecte como artista. Le gusta que sus obras estén en los sitios en los que se venden muebles, mientras que un verdadero artista no hace esto”.

“Es cierto que a los artistas nos interesa vender nuestra obra, al fin de cuentas nos dedicamos a esto. Además, una forma de que el público nos demuestra la valía de nuestra obra es que ellos adquieran nuestros cuadros. Pero es el mismo artista, en muchas ocasiones, que se encarga de dañar el posicionamiento de la obra ya que nosotros debemos ser selectivos también al momento ver donde mostramos nuestro trabajo. Hay que saber direccionar la parte técnica de la obra: si queremos que sea una obra de calidad, es decir una obra que hable por si sola, o simplemente que se convierta en una obra decorativa. Pienso que por ese lado, el artista tiene culpa de lo que sucede, pero también el público, o las mismas galerías”.

“Porque las galería, por ejemplo en Bogotá, y tengo una muestra clara, uno va a ellas e inmediatamente se da cuenta que estas se casan con tres o cuatro artistas, luego uno ve, las mismas obras en todos los espacios. Galerías de mueble que tienen obra en consignación”.

¿Si alguien le dijera a usted que quiere ser artista, en caso de ser afirmativa su respuesta, por qué le aconsejaría ser artista o mejor, pintor o pintora?

“Lo primero sería, que crea en su talento, porque el arte tiene detractores en todos lados. Hay gente que nos dice: no pinten, ¿para qué pintan?, si no va a vender no pinte; los artistas mueren de hambre, nadie vive del arte. Ese tipo de comentarios están presentes. Lo que yo le diría a la persona es que a pesar de todos esos comentarios, si uno cree en su talento y en su habilidad, desarróllela, llévela hasta donde quiera llegar”.

“Segundo, que defina una identidad como artista para que le reconozcan por su temática, por su estilo, por su técnica. Que tenga un sello personal. Por ejemplo, a mi me reconocen por la figura humana aunque he pintado otras cosas, pero mi temática principal son los desnudos y la gente, donde ve mis obras, ya las reconoce. Eso es lo que más recalco a mis estudiantes crean en lo que hacen y construyan una identidad pictórica que hable por ustedes”.
¿Usted es asociada a MAI Colombia, ¿qué importancia tiene esta asociación para ustedes, los artistas?

“Cuando yo conocí de MAI Colombia, me pareció una excelente oportunidad para los artistas que tenemos dificultades para exponer en algunos espacios y en el exterior. Por cuestiones económicas, por contactos, por trayectoria se nos niegan algunos lugares”.

“En MAI Colombia tenemos una gran oportunidad para compartir como hermanos, como colegas y todos al mismo nivel; aunque Jorge y César, son muy selectivos de los artistas que pertenecemos a MAI. Allí no hay no hay celos, ni competencias desleales, ni envidias, eso no se permite en MAI. Nos apoyamos entre todos, trabajamos por la asociación y por mostrar la obra, y todos estamos buscando donde exponer en nuestras regiones para que todos participemos. Estamos creciendo y ya hemos tenido oportunidad de exponer en varios países”.

¿Qué le gustaría pintar que le haga pensar a usted que con ése trabajo va a provocar sensaciones y miradas diferentes a su quehacer como pintora?

“Me quedo con mi obra, porque ella me está posicionando bien, porque estoy convencida de mi trabajo y creo en el, porque lo que yo trasmito en mi pintura lo está percibiendo el observador. No pintaría otra cosa diferente”.

“Es cierto que los artistas estamos todos los días, investigando técnicas, buscando propuestas nuevas y cambios, pero mi trabajo no lo cambiaria pues me ha puesto en donde yo siempre he querido estar”.
¿Si no tuviera acceso sino a un solo color para seguir trabajando cuál escogería y por qué?

“El monocromático que fue con el que me inicié. Es un contraste que me gusta y expresa fuerza, poder, delicadeza, que es lo que quiero trasmitir”.
¿Cómo se visualiza a futuro como artista?
“Me sueño como una Devora Arango, y aunque mi temática no es la misma, también me veo como una Frida Kalo colombiana”.
“Una periodista argentina me hizo la comparación, incluso me propuso hacer un libro muy diferente al que usualmente se le hace a los artistas que es mostrando la trayectoria y su obra. Normalmente se le hace un libro a los artistas así, es decir una biografía para mostrar su obra. Ella lo que propone es hacer un libro, pero lo que quiere mostrar es mi parte personal, mi parte sensible, mi parte humana y relacionarla con mi obra, y por eso me dijo “quiero mostrar de ti la Frida Kalo, colombiana”.

Hábleme de tu trabajo ¿cómo lo realiza, utiliza modelos?
“No me gusta trabajar con modelo en vivo porque yo pinto en horas de la noche debido a mi trabajo cotidiano. Uso las fotografías como base y algunas veces autorretratos. Me gusta trabajar con base en la fotografía porque si uno trabaja con modelo en el día la luz va variando. Yo manejo mucho el contraste y la técnica del reinvertido y claro oscuro, entonces, para mí es muy difícil trabajar con modelo”.

¿Qué parte de ese universo que es el cuerpo femenino le atrae más cuando lo está pintando?
“La parte de las caderas y el torso, me parece que dicen mucho de la fuerza de la mujer. La cadera porque la parte de la pelvis es símbolo de la concepción, donde damos vida, y al hacerla muy voluminosa muestra mucho la sensualidad de la mujer”.

“También me gusta la espalda porque genera mucha fuerza, la delicadeza, los caminos que recorre generan muchas sensaciones, mucho poderío”.

¿Qué pintor o pintora colombiana, admira y por qué?
“Inicialmente me dejé cautivar por el color y la paleta que tenía el maestro Hernández Prada, un gran pintor de Santander. Mi padre tenía varias pinturas de él ya que fueron muy amigos y siempre me llamó la atención la paleta que él usaba, la pincelada que tenía”.
“Me gusta la delicadeza de Jorge Torres. De casualidad yo había visto las obras de él mucho antes de conocerlo personalmente y luego tuve la fortuna de conocerlo y decirle que su obra es muy delicada, sus colores pastel me fascinan, pero me gusta sobre todo, su pincelada suave. Devora Arango también me gusta, no por el erotismo que manejaba, pero si me encanta la fuerza y el poder de su obra y el convencimiento que de ella tenia, a pesar de que recibió muchas negativas para mostrar su trabajo. Pero por sobre todas esas dificultades ella creció.

¿Vale la pena ser artista?
“Si. El arte lo hace crecer a uno como persona, lo hace crecer en sentimientos, le hace creer en valores, le hace ver la vida de otra manera. El ser artista no es solo pintar una superficie, no es solamente generar arte. Ser artista es ser capaz de crear cultura, sentimientos, corazón, es aprender a ser mejor persona, es aprender a convivir con los otros. Sí vale la pena ser artista.

¿Una mujer que le gustaría que fuese su modelo?
“Me toma por sorpresa ya que nunca había pensado en ello. Pero me escogería yo. Porque como le conté yo uso retratos míos desnuda y en ellos me baso para mis pinturas. Quizá por eso no había pensado nunca en otra mujer pues siempre he pensado en mi, en ser el fiel reflejo para mi obra”.

¿Qué le gustaría destacar de éste mundo maravilloso del arte y lo que ha producido en usted?
“El crecimiento y el cambio que he tenido en la parte técnica, la perseverancia, la insistencia, a pesar de que es criticado el desnudo femenino y por eso destaco la insistencia, porque mi trabajo ha sido meticuloso e insistente. Si se cierra una puerta toco otra, porque creo ciegamente en mi obra y que vale la pena mostrarla”.

¿Por qué a los artistas, cuando no tienen reconocimiento ni una gran trayectoria, pero si buena obra, se les niega la oportunidad de mostrar su trabajo?
“Esa es una incógnita que la mayoría de los artistas tenemos. Hace algunos años, cuando yo no manejaba pigmentos, sino únicamente pastel, y tendría unos 36 años, hubo una convocatoria en la ciudad de Bogotá que se denomino: “Jóvenes talentos”. Creo que la convocatoria la hizo el Ministerio de la Cultura. Envié la obra y simplemente no fui aceptada por la edad ya que quienes participaban era jóvenes artistas, es decir, jóvenes en el arte aunque no jóvenes en edad, hasta los 35 años”.

“Como yo tenía 36 años mi obra fue rechazada. Yo les dije: no me importa que haya sido rechazada, lo que me interesa saber es el concepto sobre mi obra dejando de lado mi edad. Me respondieron que era un trabajo impecable, que era un trabajo en el que la luz estaba muy bien manejada, es decir, me dieron el mejor de los conceptos”.
“Fue entonces cuando me puse a pensar: ¿Por qué la edad, o por no tener una trayectoria en el arte, nuestra obra es rechazada y no se tiene en cuenta la parte técnica de la obra? Pienso que no hay que mirar al artista sino a la obra. A muchos nos sucede esto y por eso nos cuesta trabajo hacer un currículo que en parte se requiere para tener trayectoria. Eso es lo que diferencia a MAI Colombia, que nos abre espacios para empezar a tener ese recorrido. Porque ahí no miran la edad, o el tiempo que se lleve pintando, sino que miran la calidad de la obra y la calidad humana del artista, para hacer parte de MAI Colombia”.

¿Los artistas creen en los curadores? ¿Piensan que reúnen los conocimientos suficientes para calificar la obra, o también hay posiciones sesgadas hacia los amigos, recomendaciones, otros intereses que no tienen que ver con la calidad de las obras?
“Si, eso en algunas ocasiones es un círculo cerrado y en otras uno no entiende algunos criterios de selección. Por ejemplo abren una convocatoria y se presentan 50 artistas. Al momento de hacer la curaduría tienen en cuenta, por ejemplo, que la obra tenga el color amarillo y si no lo tiene, la rechazan, pero al artista no le dicen que haga su obra teniendo en cuenta ése color. Si uno no está entre el grupo de artistas de renombre todo se hace muy difícil”.

Una reflexión que sea para usted, el lazo del cual se aferra cada día para continuar su trabajo

“No quiero fallecer en el intento, quiero seguir siendo una gran artista. Quiero persistir en mostrar lo que soy por medio de mi obra. Que mi obra hable por mí. Quiero ser mi propio legado para expresar siempre mi esencia”.

Foto Archivo personal de la entrevistada.-

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