En la vida laboral son muchos los factores que influyen tanto en el despido de personal en las empresas como en su renuncia. Si bien en cuanto a esta ultima la gran mayoría de casos son voluntarios, con regularidad ignoramos que en diferentes escenarios laborales los trabajadores no renuncian por voluntad propia sino porque se ven obligados a hacerlo. Tales son los casos de multinacionales como Atento, Telemark, Outsourcing, entre otras.
¿Pero cuáles son los motivos que llevan al empleado a renunciar a su trabajo aun cuando lo necesita? Pues bien, se podría mencionar la remuneración injusta, el mal clima laboral, el desinterés de la empresa por el bienestar del trabajador y la más trascendental los malos jefes.
En ciertas empresas han tomado por costumbre imponer normas que atentan contra los derechos laborales del trabajador, pero que al mismo tiempo son obligatorias y no están sujetas a debate. Esto ocurre por la alta demanda de personas desempleadas que prefieren tener un trabajo en condiciones injustas que no tenerlo. A esto se suman las malas acciones y actitudes de los jefes que impulsan a sus colaboradores a renunciar.
La falta de respeto, la presión psicológica, el exceso de trabajo, la falta de reconocimiento, los ascensos injustos y el menosprecio por la labor realizada son algunas de las razones por las cuales se catalogan como malos jefes a aquellos que no cumplen correctamente el papel de lideres en una empresa.
|Le puede interesar: La última faltoneada de Petro con Francia Márquez profundiza las tensiones
Y es que el líder es el encargado no solo de dar órdenes a su equipo de trabajo sino de mostrarles con su ejemplo como se hacen las cosas, orientando constantemente y corrigiendo de manera asertiva los errores que se presenten en el proceso.
El problema de los malos jefes es que consideran más fácil contratar a un empleado nuevo que tomarse el tiempo de guiar a un equipo hacia el éxito tanto personal como profesional, por esta razón en las multinacionales el personal mes a mes es rotativo siendo pocos los que consiguen permanecer y quienes lo logran por lo general han soportado toda clase de injusticias y sobrecargas de trabajo.
Es necesario evaluar la labor desempeñada por parte de las entidades encargadas de velar por los derechos de los trabajadores, en el caso de Colombia, por ejemplo, multinacionales como Atento S.A. tienen en su contra en las oficinas de trabajo infinidad de denuncias por tratamientos injustos hacia sus empleados, sin embargo, pocas de ellas han sido tenidas en cuenta.
Testimonios de exempleados indican que la respuesta de los “defensores del trabajador” siempre es: “Si desea le tomo la denuncia, pero eso se va a archivar”, el motivo es la alta cantidad de empleos que genera esta empresa en el país.
Después de analizar las consecuencias de las renuncias laborales forzadas, es posible inferir que la responsabilidad de estos acontecimientos recae no solo en los empleadores sino también en los organismos de control laboral que no ejercen su función como es demandado.
Mientras el gobierno vea a las multinacionales como un medio de generación de empleo inagotable, pero cierre su visión a las injusticias y malos tratos hacia los empleados, los problemas de acoso laboral, estrés, desempleo y rotación constante de personal van a ir en aumento, lo único seguro es que la situación económica y la salud física y mental de los trabajadores se verá gravemente afectada.
