Con el título “Colombia Federal, Colombia Unida” concluyó en el municipio de Rionegro la más reciente cumbre de gobernadores. Tanto el nombre del evento como la ciudad sede no resultaron siendo incidentales, pues remiten, bajo el peso de la historia y la simbología, a la Constitución de 1863 o Constitución de Rionegro. La Carta que recién cumplió los 160 años de promulgada y que rigió los destinos de los Estados Unidos de Colombia entre 1863 y 1886; es decir, la más prologada experiencia federal en nuestra historia.
Precisamente, esa efeméride histórica fue el motivo para que los gobernadores cuestionaran lo que consideran como un proceso de recentralización y dejaran volar su imaginación con propuesta para alcanzar una auténtica descentralización y autonomía territorial. No faltó el habitual llamado a una Asamblea Constituyente (en esta oportunidad a cargo de Carlos Caicedo), y hasta se propuso, disponer de una “séptima papeleta” en las próximas elecciones para consultarle de frente al ciudadano: ¿Quiere usted que Colombia se establezca con una República federada?
Inicialmente, esa propuesta da pie para revisitar el legado del Movimiento de la Séptima Papeleta y precisar cómo es percibido por las nuevas generaciones. Pues la Séptima Papeleta no solo fue el resultado de un proceso electoral que eventualmente derivó -entre otras causas- en la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, sino que también fue el catalizador de una juventud que se movilizó para rescatar a un país que se despedazada por la violencia y la desesperanza.
Ahora bien, sí la actual situación del país es tan critica que amerita involucrar a toda la ciudadanía en una “renovada” discusión sobre las ventajas sociales, culturales y presupuestaria de avanzar hacia la federalización, no creo que una papeleta adicional en las próximas elecciones regionales arregle la problemática o si acaso movilice a amplias porciones del electorado.
Si la discusión es sobre la recentralización del país -tal como lo viene planteando el gobernador Aníbal Gaviria-, la solución se debe encontrar es en la Constitución Política y en la profundización de sus múltiples instrumentos de descentralización y autonomía territorial; además, también se le debe exigir al Congreso de la República que esté a la altura de la problemática y promueva las reformas que sean necesarias para fortalecer la autónoma técnica y presupuestaria de las entidades territoriales.
Infortunadamente, la cuestión sobre la federalización siempre se termina convirtiendo en el “caballito de batalla” de candidatos que buscan movilizar electores hinchando a más no poder los tradicionales arraigos regionalistas; denunciando injusticias tributarias; y hasta vendiendo la falsa idea de que en Colombia hay departamentos que por sí solos estarían a la altura de los países escandinavos.
Solo hay que ver como se viene moviendo el tema por parte de un candidato a la Gobernación de Antioquia. Vuelve y sale el mismo refrito: Antioquia Federal.
Comprendiendo el llamado de los gobernadores y sin desestimar algunas de sus propuestas, reitero que la repuesta se encuentra en la Constitución Política, y especialmente, en las reformas que se puedan impulsar desde el Congreso de la República, así que el llamado se le debe hacer extensivo a los representantes y Senadores. Son ellos -y algunos ya fueron gobernadores- quienes tienen la llave para profundizar o crear nuevos instrumentos de descentralización y autonomía territorial. ¿Se le medirán?
