Tres poderosos grupos tienen el control de la producción y comercialización de energía eléctrica en el país. El que manda de lejos en el sector es la paisa Empresas Públicas de Medellín, que con los dos embalses que maneja, El Peñol y La Esmeralda genera el 32,5% de la energía eléctrica que necesita el consume el país.
El embalse EL Peñol es el que más produce energía eléctrica en Colombia. Con la hidroeléctrica de Guatapé, que tardó 9 años en formarse, mientras inundaba el viejo pueblo de El peñol (1970-1979), en Antioquia, EPM, con sus ocho unidades generadoras de energía que tiene allí, logra generar 4.120 gigavatios cada hora, una producción que hoy está amenazada por el fenómeno del niño que tiene los embalses un poco más vacíos.
Lea también: Un minero boyacense le da pelea a las dos extranjeras que mandan en el negocio del carbón
Aún con los embalses bajos, el poderoso grupo EPM, gerenciado en esta alcaldía de Federico Gutiérrez por John Alberto Maya, se convirtió en la segunda empresa que más factura en el país. En 2023 EPM tuvo ingresos por 37,5 billones de pesos, muy por debajo de Ecopetrol, que $143 billones es la reina del país en facturación. EPM desbancando al grupo Sura del Grupo Empresarial Antioqueño, que pasó al tercer lugar con 35,5 billones de ingresos en 2023.
Con el embalse de Guatapé, la empresa antioqueña genera y vende el 25% de la energía eléctrica que consume el país. Pero el grupo EPM no solo tiene el control de ese embalse. Los paisas también controlan el embalse y la hidroeléctrica La Esmeralda, ubicada en la zona de Chinchiná, Caldas, a unos 50 kilómetros de Manizales, una hidroeléctrica que surte energía en 40 municipios, 27 de ellos en Caldas y 13 en Risaralda.
Este embalse, que EPM controla con su la empresa Chec, que compró en 2013, tiene una capacidad de almacenar 178 millones de metros cúbicos de agua con los que EPM produce otro 7% de la energía que se consume a diario y que está en cuarto puesto de la empresa que más energía produce. Con sus dos embalses, Guatapé y La Esmeralda, EPM, la empresa pública más importante de Antioquia, es dueña del 32% de la producción y comercialización diaria de energía de Colombia y controla el comercio de energía en el Valle de Aburrá, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Nordeste Antioqueño, parte de la Costa Atlántica, Urabá, Caldas y Risaralda.
Lea también: El revolcón de Federico Gutiérrez en EPM empezaría con las dos fichas de Quintero en la Junta de Tigo Une
El segundo gran protagonista en el mercado energético en el país —también público— es la unión entre la Grupo de Energía de Bogotá y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), llamada Agregado Bogotá. Esta sociedad maneja los embalses Chuza, San Rafael, La regadera, Chisacá, Aposentos y Neusa, y también algunas lagunas de los municipios de la sabana bogotana con las que genera el 12% de la energía con la que se mueve el país, la cual se produce en cuatro plantas de tratamiento: Francisco Wiesner, Vitelma, Yomasa y Tibitó. Con los ingresos del portafolio energético, sumados a su principal negocio que es el abastecimiento y cobro del servicio de agua para Bogotá y otros municipios cercanos, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, factura 2,3 billones al año.
En la actualidad, Agregado Bogotá tiene un vació en sus hidroeléctricas superior del 30%. Debido a las intensas sequías, por el fenómeno del niño, el nivel de capacidad de esta empresa bogotana está casi al 70%, con lo que está generando casi 4 mil gigavatios cada hora, cifra cercana cercana a lo que hace EPM en Guatapé con su gigante represa.
La multinacional italiana Enel, lleva ya 27 años en el país. La extrajera, tercera empresa en Importancia en materia energética en mundo, aterrizó en 1997, en la presidencia de Ernesto Samper, capitalizado la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), que por estaba en crisis financiera. La puerta a la italiana se la abrió la ola privatizadora de las empresas públicas que dio con la Constitución del 91 que impulsó César Gaviria y que arrancó con la venta del Banco de Bogotá, hoy en manos del grupo Aval.
Después de casi tres décadas y de haber absorbido compañías socias en el negocio de la generación y comercialización de energía como la española Endesa, que también tenía participación en la EEB, Enel se hizo la más fuerte Bogotá y Cundinamarca.
En 2009 junto al GEB y a Codensa empezaron a operar la Empresa de Energía de Cundinamarca y en 2010 construyó la represa de El Quimbo en el departamento del Huila, con la que hoy, junto a la producción de la represa El Guavio, genera 2500 gigavatios cada hora, el 11% de la energía que consume el país, principalmente para Bogotá y Cundinamarca, donde llega a unos 4 millones de hogares.
Enel Colombia, gerenciada hoy por Luciano Tommasi, nace en 2020 con la sociedad entre Enel América S.A., que tiene la mayoría accionaria con el 57,3%; el Grupo de Energía de Bogotá, que cuenta con el 42,5%. El casi 1% restante está en manos de minoritarios donde se encuentran la española Emgesa y Codensa, empresas que quedaron absorbidas en medio de la creación de Ennel Colombia, que también tiene negocios energéticos en Panamá, Costa Rica y Guatemala, donde el Grupo de Energía de Bogotá también quedaría con participación.
