Las reformas que propone realizar el actual gobierno, las ha necesitado Colombia, desde siempre. Son las que debieron realizar los 118 anteriores gobiernos, desde 1810.
Durante más de dos siglos, nunca quisieron estructurar una institucionalidad, una organización política y un marco legal, capaces alcanzar niveles de desarrollo socioeconómico e institucional integrales. Nunca hicieron algo para desarrollar consciencia social constructiva y visión de futuro que estimulara la conversión de Colombia una nación próspera.
La actitud política y social irresponsable de anteriores gobernantes, de la derecha y extrema derecha, la mezquindad perversa de representantes, y socios empresariales y dueños del poder económico, contra todo lo que signifique desarrollo socioeconómico equitativo, son la prueba plena que, son los genuinos enemigos del progreso, del desarrollo y de la justicia social nacional.
Son los responsables del aberrante atraso del desarrollo intelectual, investigativo, tecnológico y científicos colombiano y la pésima calidad de la educación, como piedra angular del desarrollo de las naciones.
No ha habido voluntad política ni responsabilidad social del poder ejecutivo, el Congreso y dirigencia política, para gobernar con sentido social y para beneficiar razonablemente a todos los ciudadanos.
Los propósitos y objetivos de las reformas institucionales presentadas por el actual gobierno, rechazadas sistemáticamente por los representantes de los usufructuarios del poder público, están fundamentados en lo mínimo que necesita la nación, para alcanzar equidad socioeconómica y aceptable justicia social, derrotar el clientelismo y la corrupción.
El desgobierno que ha padecido la nación, desde siempre, la convirtió en una nación inviable y estado fallido.
¿Quienes se oponen a las reformas, no saben de los altos niveles de pobreza, desempleo, subempleo, informalidad, criminalidad, corrupción e inmoralidad que padecen las mayorías nacionales? ¿No pueden entender cuáles son las reales causas?
¿Dónde residen, Cesar Gaviria y sus secuaces, Uribe Vélez y su ejercito de secuaces, Vargas Lleras y sus secuaces, los dignatarios de los gremios económicos Acopi, Acoplásticos, Afidro, Analdex, Andi, Anif, Asobancaria, Camacol, Confecámaras, Fasecolda, Fedemetal, Fenalco y SAC, VANIF, Colfondos y sus beneficiarios y defensores? ¿No leen ni escuchan noticias?
¿No logran entender que el modelo económico, con su dios, el mercado, son los responsables del desastre humanitario que crece a escala global, por la concentración de la riqueza en sectores exclusivos de la sociedad y que, en ese sentido, Colombia supera a Estados Unidos, en concentración de la riqueza?
La Reforma al Sistema Nacional de Salud y al Sistema colombiano de educación, son un imperativo moral, porque el imperialismo con su Neo Liberalismo Salvaje los convirtió en mercancía para producir ganancias y acumulación de capital para los dueños del poder económico.
El Neo Liberalismo con todas sus recetas antisociales, ha conducido a las naciones que lo padecen, a niveles de descomposición social, la laxitud de las instituciones y la incapacidad manifiesta, para respetar la dignidad humana y reconocer sus derechos.
Pero lo que observamos y comprobamos, por las actitudes y acciones contra las reformas propuestas, de parte de los tradicionales usufructuarios del poder público colombiano, es la negativa ciega e irracional. Tal como lo esta demostrando el diabólico uribismos y sus secuaces.
Esas huestes opositoras, en consonancia con gremios económicos, empresariales y usufructuarios del poder, con sofismas perversos, pregonan la defensa de la nación y se convierten en punta de lanza, de la extrema derecha, para boicotear el desarrollo de la nacional y someter el marco legal e institucional, para asegurar la defensa de sus mezquinos intereses.
Evadidos de la condición socioeconómica y fiscal nacional, sin racionalidad y ética, presionan para que prevalezca en Colombia, la inequidad socioeconómica, la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la criminalidad y la impunidad.
Eso es lo que defiende la extrema derecha, utilizando todas las formas de lucha, fundamentados en que el falaz criterio de que fin (de ellos) justifica los medios.
La pobreza, la miseria, el desempleo, la informalidad, la inseguridad y la violencia de todos los orígenes, cada día son más graves y destructivos.
Las finanzas públicas, la balanza comercial, el endeudamiento público, cada día son más caóticos y amenazantes, socioeconómicamente. La inversión social, cada día más precaria, mientras que la criminalidad, la impunidad y la corrupción se generalizan.
La corrupción y la anarquía institucionalizadas ya, se catapultaron en los últimos treinta años de la vigencia de la actual Constitución.
Sin profundas, radicales e integrales reformas institucionales y de toda la normatividad legal vigente, incluidas drásticas normas legales y procedimentales, para contener y erradicar la corrupción, el declive ético y moral del poder en Colombia, alcanzarán niveles apocalípticos y de anarquía total.
Bajo esas perspectivas nacionales sombrías, los ciudadanos debemos reaccionar.
Debemos buscar e identificar las causas y la solución del desastre nacional.
Las mayorías nacionales, que son los que escasamente sobreviven (más del 80%), sin esperanza de un futuro mejor, a través del ejercicio del poder del COSNTITUYENTE PRIMARIO Y LA INSTITUCIÓN DEL REFERENDO, puedemos lograr las transformaciones y ordenamientos que requiere el marco legal, para la reconstrucción nacional de Colombia.
Colombia requiere con urgencia, entre otras, Reforma de la Contratación pública, reforma Judicial racional integral, no como la del despistado e irresponsable actual Ministro de justicia y parche del gabinete, reforma integral de la educación para dotarla de calidad, pertinencia y formación humana, reforma salarial y pensional racional, etc.
Las reformas salariales y pensionales son calve para construir equidad socioeconómica. Esas reformas, deben hacerse a través del constituyente primario. Es la única vía que garantizas alcanzar el objetivo.
Un referendo puede poner fin a la inequidad salarial y pensional presente y erradicar el carácter y sentido de mercancía, de los organismos creados para responder por derechos fundamentales, como la salud, la educación y demás derechos sociales.
El constituyente primario, mediante el uso de recursos constitucionales, puede salvar todas las Reformas que requiere la nación.
[email protected] 22-04-2023