FE DE ERRATAS.
Debo agradecer a los lectores y especialmente al ingeniero D. Felipe Araújo de la Torre, genealogista colombiano, discípulo de don Miguel Wenceslao Quintero y miembro de Gencauca, por sus ampliaciones a la genealogía Burgos Antolínez. D. Felipe amablemente me compartió el testamento completo de D. Agustín de Burgos Antolínez, con lo que debo decir que mis pruebas tomadas de los tratados de Arango Mejía y de la Revista Hidalguía # 261 (punto 10 de la columna anterior , son erróneas. Así, debo decir a los lectores que esta familia no goza de la herencia sefardita de los Zapata de Cárdenas como previamente se afirmó:
Los griegos decían que cuando uno creía en algo en razón al prestigio de su fuente podía presentarse un tipo de falacia o “argumentum ad verecundiam” llamada “magíster dixit” o “el maestro lo dice”. Las pruebas, en este caso -fuentes primarias suministradas por Araújo-, superan las fuentes secundarias de la Revista Hidalguía, y resultan irrefutables: Burgos Antolínez no desciende de los Zapata de Cárdenas.
Los griegos decían que cuando uno creía en algo en razón al prestigio de su fuente podía presentarse un tipo de falacia o “argumentum ad verecundiam” llamada “magíster dixit” o “el maestro lo dice”. Las pruebas, en este caso -fuentes primarias suministradas por Araújo-, superan las fuentes secundarias de la Revista Hidalguía, y resultan irrefutables: Burgos Antolínez no desciende de los Zapata de Cárdenas.
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#POPAYANCHALLENGE
Los próceres popayanejos sí descienden de afros
De otra columna anterior donde propuse el reto o challenge a los raizales a Popayán para que se hagan pruebas genéticas demostrando su origen negro en el año 1500, me han llegado tres respuestas confirmatorias de los trabajos de D. Miguel Wenceslao Quintero. Las pruebas genéticas dieron positivo en el siglo XVI para orígenes africanos. Esto podría confirmar que el capitán conquistador D. Francisco de Mosquera y Figueroa no era hijo de don Pedro Suárez de Figueroa “el ronco” (hermano del primer conde de Feria, don Lorenzo), sino del deán (cura) de Badajoz -su primo-, con una esclava morisca de origen posiblemente africano.
El cura parece que le entregó el niño a su primo el noble don Pedro para que lo criara como hijo suyo y quitarse el problema; y así fue, pero lo mandó a probar nobleza a las Indias. De aquí descienden todos los próceres de Popayán y las familias raizales más notables de Colombia. En el paso de los siglos, su descendencia a su vez recoge la de Paloma del Guadalcanal (amante judía del infante don Fadrique Alfonso de Castilla, hijo bastardo del rey Alfonso XI, procedente de Guadalajara, España); de don Diego Ordóñez de Lara, judío Sevillano que pasó a Popayán; de don Alonso Hurtado del Águila, sefardita toledano que llegó también a esta provincia y de otros, mencionados en las diferentes columnas a propósito de “¿Quiénes pueden migrar a Portugal?”. Esperamos más pruebas genéticas que seguro ofrecerán una comprensión más amplia sobre la estructura de nuestras primeras sociedades colombianas.
William Faulkner dijo: “La vieja sangre que no le había sido dado elegir por sí misma, que le había sido legada sin contar con su voluntad, que tanto había corrido, cualquiera sabe por dónde y latiendo por qué afrentas, por qué ferocidades, por qué carnales apetitos, hasta llegar a sus venas”, es la sangre que nos corre a todos. Hace 400 años, cada una de las ciudades hoy principales, tenía 11 o 12 familias de las cuales 1 o 2 conquistadores eran de origen sefardita. ¡Y de ahí venimos todos! Creería que el 80% de los colombianos, tienen esa condición de sangre que la ley 30a de 2015 de Portugal reconoce como una condición cultural, digna de reparación jurídica y material.
La genealogía creería yo que en lugar de dividirnos, nos iguala. Y como vemos, hasta los regentes de España, pero también los reyes, tenían sus bastardías y entronques moriscos y judíos. Basta ver los Libros Verdes de España.
Daniel Ucrós García solía decir, de una forma más coloquial a la de Faulkner: “Es mejor no agitar mucho el árbol familiar, porque de pronto le cae encima a uno un tataracura o una tataraputa”.
SUICIDIO POR CAUSAS GENEALÓGICAS
Daniel era jocoso y solía contar esta historia en los años 60 que se popularizó ampliamente. Decía que había un pariente que se había autoinflingido la muerte tras investigar su genealogía… He aquí el motivo, contado en su carta de suicida:
"No culpo a nadie de mi muerte. Me quito la vida porque dos días más que viviese sería un gran sin sentido:
"Me casé con una viuda que tenía una hija. Y de haberlo sabido, nunca lo hubiese hecho.
"Mi padre para mayor desgracia, era viudo, se enamoró y se casó con la hija de mi esposa. De manera que mi mujer era suegra de su suegro.
"Mi hijastra se convirtió en mi madrastra y mi padre al mismo tiempo ¡era mi yerno!
"Al poco tiempo de casados, mi madrastra trajo al mundo una niña que era mi hermana y a la vez nieta de mi mujer, por lo que yo era ¡abuelo de mi hermana!
"Después, mi mujer trajo al mundo un niño que, como era hermano de mi madrastra, era cuñado de mi padre, nieto de su hermana ¡y mi tío!
"Mi mujer era nuera de su hija. Yo en cambio resulté padrastro de mi madrastra;
y mi padre y su mujer son mis hijastros;
mi hijo es mi bisnieto y tío de su tía.
"Creo pues que soy, ¡mi propio abuelo!
"Me despido de este mundo porque no sé quién demonios soy”.
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COLOFÓN
Pronto liberaré mis obras genealógicas de derechos de reproducción para que puedan ser descargadas gratuitamente por los lectores avezados de genealogías a través de la Biblioteca Nacional de Colombia, FamilySearch y el Archivo General de la Nación. También preparo un libro sobre el origen sefardita de ciento treinta y nueve próceres de la Independencia de Colombia (sí, ¡139!, incluyendo los Mosquera, López, Arboleda, Ordóñez, Quijano, Valencia, Obando, Pombo, Arroyo de Popayán; los Caicedo y Cuero, los Garcés, Herrera y Vergara del Valle; los Diazgranados del Caribe; los Restrepo Vélez, Gómez Londoño de Antioquia; los Durán y Borrero del Huila; los París, Ricaurte, Zaldúa, Portocarrero, Barriga y Espinosa de Bogotá; Reyes Patria de Boyacá y al mismo general Santander de Cúcuta), proyecto doctoral que fue bien acogido por D. Jaime Borja, Ph.D. de la Universidad de los Andes, en el que pienso persistir. La tesis ofrece una explicación alternativa sobre la Independencia, que no fue producto de un sentimiento popular justiciero (inexistente) o un proyecto de Estado Moderno (incipiente), sino y en un grado superlativo, el miedo a la confiscación de los bienes, la remoción de títulos y cargos públicos por delitos de fe que podía levantar la Inquisición. Espero que les guste.
Les dejo el abrebocas, que es el álbum de la Independencia