A pesar de los millones de personas muertas, la parálisis de la economía mundial, el aumento del desempleo hasta proporciones nunca vistas, existen unos indiscutibles ganadores durante la pandemia.
Las gigantescas ganancias de unas cuantas empresas, la concentración del poder económico y la discrecionalidad para inundar el mercado con dólares y euros baratos, sin que haya una reactivación de la economía real ni se haya incrementado la capacidad de compra de la población, pueden desembocar fácilmente en un colapso económico de escala planetaria.
Las ganadoras más obvias fueron las grandes farmacéuticas que en 2020 ganaron un 50 % más que en 2019 y las 18 empresas más grandes obtuvieron un beneficio neto de 89.300 millones de euros, el total de las empresas del sector acumularon una ganancia de 134.700 millones y se espera que durante el 2021 estas ganancias lleguen a 150.000 millones. Igualmente, sus acciones han subido, la alemana BioNTech y Jonhson & Jonhson vieron crecer sus acciones en Wall Street en 88,40 % y 1,03 %, respectivamente. La británica AstraZeneca logró subir un 19,18 % en la bolsa de Londres. En el caso de EE. UU. 15 laboratorios generaron en conjunto en la Bolsa de Nueva York USD 121.224 millones de valor de mercado. Siendo Novavax y Moderna, quienes más elevaron el valor de sus títulos. El precio de sus acciones subió 921,86 % y 233,23 %, respectivamente, logrando ganancias de USD 17. 678 millones de capitalización para Moderna y USD 2.229,33 millones para Novavax. Este auge en las ganancias ha desatado toda clase de maniobras como ofrecer vacunas que no están en capacidad de producir, hacer contratos leoninos con gobiernos débiles, imponiendo toda clase de condiciones e incluso librar una guerra por los mercados la cual incluye una guerra sucia con el fin de desacreditar las vacunas de China y Rusia, que parecen estar bien posicionadas en la disputa.
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Las ganancias de las farmacéuticas ha desatado toda clase de maniobras como ofrecer vacunas que no están en capacidad de producir y hacer contratos leoninos con gobiernos débiles
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Con el nombre de flexibilización cuantitativa, los bancos centrales de EE. UU. y Europa han emitido gigantescas sumas de dinero, comprando bonos y otro tipo de activos financieros que estaban en manos de grandísimas empresas, bancos o fondos de inversión y ellos con estos dineros han realizado toda clase de maniobras especulativas como la recompra de sus propias acciones, lo cual ha mantenido en altos niveles las bolsas, aunque ello no corresponda a la evolución de la economía real que se ha sumido en la parálisis. Solo EE. UU. ha comprado más de 3 billones de dólares en activos y la oferta monetaria en noviembre de 2020 había crecido casi un 24 %. Según datos de la Fed, el volumen de dólares ha pasado de USD 15,33 billones a fines de 2019 a USD 19,1 billones a finales de noviembre, inyectando liquidez a la economía. Se introdujo en la economía en los primeros meses de 2020 más de lo que se había inyectado en los 5 años anteriores, lo cual significa más dólares en circulación, muchos de ellos en manos del sector bancario y con tasas de interés de cero. El dinero gratis que reciben los grandes, teóricamente debería destinarse a una ampliación del crédito, el cual ha crecido, tanto para empresas como para el consumo, pero con la incertidumbre de que el aumento gigantesco de la deuda mundial pueda llevar en un futuro cercano a una crisis de insolvencia. Esta abundancia de dólares está haciendo que los productores de commodities estén recibiendo más dólares por sus materias primas y ha determinado un aumento de precios de ellas. Como EE. UU. es el dueño de la principal moneda de reserva del mundo, la emisión de dinero influirá en todo el entorno económico mundial, en el cual está potencia puede asegurarse de salir beneficiada.
Por otro lado, las empresas de tecnología, han multiplicado sus ganancias. Los 12 billonarios más importantes de Wall Street alcanzaron durante la pandemia una riqueza combinada de más de un billón de dólares, un 40 % más que al comienzo de la crisis, también han crecido las ganancias las industrias del entretenimiento especialmente las que operan de manera digital. Según un informe de Oxfam la riqueza colectiva de los milmillonarios aumentó en unos sorprendentes USD 3,9 billones entre el 18 de marzo y el 31 de diciembre de 2020.