Parece que en Colombia se ha convertido en costumbre obligar a los periodistas a retractarse de las opiniones que emiten respecto a temas de interés público, lo que de manera inexplicable es aprobado por la justicia, caso de María Jimena Duzán, asunto que podríamos considerar a todas luces como una presión y un ataque a la libertad de prensa.
Sin embargo, personajes como el expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, quien dedicó gran parte de su tiempo durante la pasada campaña electoral a difamar y atentar contra el Magisterio Colombiano, poniendo en peligro la seguridad de esta fuerza de transformación social y llevándolo al escarnio público ante el menosprecio que demostró por los maestros del país, a la fecha no ha tenido que rectificar ni corregir esta afrenta.
Así como Uribe Vélez ha exigido que Gustavo Petro se retracte de las afirmaciones emitidas durante una entrevista, los colombianos con dignidad deberíamos exigir a este personaje que se retracte de las afirmaciones hechas en contra de los educadores colombianos y a su vez a que dé muestras de respeto por quienes desde las aulas construyen país.