El respeto que merece por ser mujer y casi un adulto mayor, me obliga a no utilizar palabras cargadas con rabia, prepotencia y humillación, como las que tiende a usar ella cuando responde o tuitea. Más, porque nunca la he visto y mucho menos he interactuado con ella. Por eso, mi opinión no pasará más de un pensamiento personal basado en la imagen que ella proyecta y muestra en medios. Tal vez por eso cree que tiene la facultad moral de denigrar a las víctimas del conflicto, y que su estatus político la hace una semidiosa, porque el que se cree Dios es su patrón político, el Doctor Uribe.
En fin, ¿si fuésemos contemporáneos y tuviéramos los mismos títulos académicos, me atrevería a insultarla, escupirla y pisotear su honra? NO. Creo firmemente que las diferencias de opinión se discuten con respeto, dando la palabra y permitiendo que aquel que ha sufrido más que uno descargue toda esa ira y dolor acumulado por sus muertos. Al final no sé si darles la razón, pero sí entender que para restablecer una sociedad que esta manchada con sangre debemos aceptar los errores, bajar la cabeza y pedir perdón por nuestros actos que contribuyeron a esa violencia.
No sé qué alcance mediático tenga esta señora, pero debe ser muchísimo, al punto que los medios en su afán de informar le den espacio para expulsar ese veneno y se lleve por delante la dignidad de las víctimas que solo claman justicia. Por el contrario, a esas víctimas los medios solo les permiten pocas palabras que si no dan rating son editadas y pasan a la historia sin mayor impacto.
En el argot popular cuando alguien es más que otro —o eso cree— se le dice la “ vaca que más caga” y eso señores es por una simple razón. En el potrero es la única que come, pero llegará el día que al acabarse su comida tendrá que buscar otro sitio y es allí donde sin verse que comer bajará su cabeza, prepotencia y orgullo para aceptar lo que le den..
Desafortunadamente, en nuestro país existen muchas vacas sagradas y que cagan odio; pero solo cuando entendamos el poder que como pueblo tenemos, cuando les permitamos cagar a la par con todos nosotros, entenderán que un buen líder nos guía, nunca nos humilla.