La Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla (Triple A) y su accionista mayoritaria Inassa S.A. han entrado en el ojo del huracán por los escándalos suscitados en los últimos días en España, sede de la matriz que las controla, Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid. Todo ocurrió cuando el analista económico, Aurelio Suárez Montoya, alertó sobre el manejo de la transnacional española que presta el servicio de agua a Barranquilla y a 14 municipios del Atlántico, el alcantarillado sanitario a diez municipios, la depuración de aguas residuales a ocho y el aseo a seis más.
Hay dos cosas realmente nuevas que han salido a luz en los últimos días. En primer lugar, Ignacio González, segundo a bordo en la Comunidad de Madrid y presidente de la empresa Canal de Isabel II (hoy detenido en España) aceptó en una grabación de la operación policial denominada Lezo que cuando esa empresa compró a Interamericana de Aguas y Servicios S.A. Inassa en 2001 en Colombia a la familia Gerlein, pagaron casi 100 millones de dólares, cuando en realidad dos meses antes le habían fijado un precio cuatro veces menor (El Heraldo, 24 de abril de 2017); todo con el fin de llevar a paraísos fiscales la cuantiosa diferencia. Edmundo Rodríguez, presidente de Inassa S.A. y de la junta directiva de Triple A en Barranquilla hasta el año 2016, fue destituido fulminantemente en una sesión de la Comunidad de Madrid al saberse de sus inversiones non santas en cuentas de Panamá, Hong Kong e Islas Vírgenes. Por una serie de delitos de corrupción ya han sido detenidos doce altos directivos de estos entes oficiales y semioficiales, como Inassa S.A., cuya naturaleza jurídica de derecho privado les permitía no tener control fiscal del gobierno madrileño, menos del colombiano.
La segunda novedad es que en una visita que Ignacio González, Ildefonso de Miguel y Edmundo Rodríguez (altos directivos del Canal de Isabel II, Inassa S.A. y Triple A) hicieron a Colombia a fines del mes de agosto del año 2008, visitaron primero al otrora presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, y confiesan haberse reunido luego con el alcalde de Barranquilla de la época y actual burgomaestre, Alejandro Char Chaljub, quien, según los hoy encartados, estaba interesado en que el Grupo Nule tuviera una importante participación accionaria en la Triple A, lo que a los españoles no les hacía ninguna gracia, por lo cual al final no se cristalizó el cambio de manos, pero quedaron flotando en el ambiente asuntos turbios que podrían y deberían ser aclarados en las nuevas versiones de los detenidos en España.
Como si fuera poco lo anterior, existen serias inquietudes sobre la truculenta existencia de la Triple A desde sus orígenes en el año 1991, contabilizándose tres despojos a los barranquilleros, documentados por Aurelio Suárez, de una empresa que tuvo su origen en el Acuerdo 023 de junio de 1991 que según el artículo 5°, numeral d) ”La participación accionaria del Municipio en la A.A.A. de B/Q no será, en ningún caso, superior al 89% ni inferior al 85% del capital social y la participación accionaria del sector privado no podrá ser superior al 15% del capital social”; para que, sin mediar, hasta ahora, ningún otro Acuerdo Distrital que modificara el original, por arte de birlibirloque en estos momentos Inassa S.A. y su matriz Canal de Isabel II de España ostenten hoy en día según el último Informe Integrado de Gestión el 82,16% de propiedad de Triple A, a todas luces contrario a la legalidad.
Pero también falta el análisis sobre la prestación de los distintos servicios, que no solo es el del agua que es de buena calidad, también el saneamiento básico relacionado con la evacuación de las aguas servidas que es insatisfactorio a todas luces, ya que según su propio informe la mayor parte de ellas van directo al río Magdalena y al mar Caribe sin tratamiento; las altas tarifas utilizando la metodología del mercado regional aprobado por la Resolución CRA 701 de 2014 que coloca como paradigma lo que hacen en Grecia (y ya sabemos cómo tienen a ese bello país asociado con la OCDE) y el servicio de aseo que fue entregado desde 1993 al empresario William Vélez en concesión que ha sido prorrogada hasta noviembre de 2018 y que es de las más jugosas y rentables. Vivir para ver.
