Piense en un país caribeño y centroamericano azotado por los criminales, en este caso se trata de Haití. A inicios de marzo bandas criminales se tomaron la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe y facilitaron una fuga masiva de presos. Y en plena capital de Haití se enfrentaron este viernes 15 de marzo bandas criminales lideradas por Jimmy Cherizier, alias Barbecue y La Policía Nacional de Haití.
La policía también intentó el 16 de marzo recuperar el control del Puerto Internacional de Puerto Príncipe; donde se saqueó uno de contenedores de la ONU con suministros médicos para recién nacidos y según lo expuesto en un comunicado de la UNICEF los grupos armados tienen retenidos más de 260 contenedores.
Las pandillas tienen varias victorias frente a la institucionalidad, impidieron la entrada al país del presidente interino Ariel Henry y tras ese hecho renunció a su cargo. La ironía está en que, por la ola de inseguridad en Haití, dimitió un primer ministro que se había mantenido en el cargo más de lo establecido, bajo el pretexto de priorizar la seguridad y mantener la democracia.
Como es constante, Haití se encuentra en un momento de transición e incertidumbre política, el legislativo tiene que definir a los miembros del consejo presidencial de transición y al nuevo primer ministro interino. La CARICOM- Comunidad del Caribe ha propuesto los candidatos.
¿Qué o Quién puede salvar a Haití de Haití? ¿Occidente? Sus excolonos muy probablemente no sean sus salvadores, ¿La cooperación Internacional? Haití tiene una institucionalidad débil, esto se refleja hasta en la gestión de recursos financieros provenientes de cooperación internacional, un claro ejemplo de ello fue PETROCARIBE y es de recordar que Haití tiene un largo historial de ayuda humanitaria y la situación con las bandas y la UNICEF escaló a tal punto en que las primeras impiden el suministro de recursos de cooperación Internacional ¿La intervención militar? Ya el país ha tenido en el pasado intervenciones militares extranjeras.
Kenia se ha comprometido desde el año pasado con la intención de enviar de una misión de seguridad en Haití, que a su vez está aprobada por el Consejo de Seguridad de La ONU, en términos ideales esto supone una cooperación Sur-Sur en materia de seguridad donde también quieren apoyar Bahamas, Jamaica, Antigua y Barbuda en el que se desplieguen policiales para reestablecer el orden en la isla caribeña. Esto le daría a Kenia una imagen de un actor capaz de liderar misiones militares sin importar las distancias. Pero, se puede cuestionar la capacidad de Kenia para llevar a cabo esta acción. El Tribunal superior de Kenia impidió en enero del 2024 el despliegue policial en Haití, y ahora en marzo dada la dimisión del primer ministro haitiano, Kenia sufre un nuevo revés en el despliegue.
Tanto las acciones de CARICOM y de Kenia ponen en relevancia a la cooperación sur-sur, como una propuesta de soluciones internacionales a problemas internos, propuestas distintas a las clásicamente conocidas y aplicadas. Lo que sí es claro es que Haití por sí mismo no puede luchar en contra de la criminalidad, y simultáneamente a ello debe fortalecerse institucionalmente.