Quien no supiera o conociera los intereses de la “gran” prensa colombiana, pensaría que su interés en Venezuela es “basado en la libertad de expresión y los derechos humanos” y no un movimiento de carácter político y económico, un proyecto de derecha internacional, que maximiza los errores de procesos socialistas o cómo ellos llaman “populistas” y oculta los crímenes de la derecha. La libertad de expresión, efectivamente si pudo ser afectada en Venezuela, De cierto Nicolás Maduro afectó la libertad de empresarios cómo el industrial Ardila a marcarle agenda y a promover la confrontación en un país claramente polarizado. Ardila Lulle a través de sus periodistas, muestra a los venezolanos que es mejor vivir en un país dónde se ha derramado sangre durante 65 años, aún más sangre que en las dictaduras del cono sur juntas, y que el modelo económico que sume a su población en pobreza extrema es el ideal, silenciando que los niños indígenas mueren de física hambre, y dónde el feminicidio y la trata de personas es el pan diario de las mujeres colombianas.
Quien no supiera quienes son y quién los financia, pensaría que los medios colombianos informan sobre Venezuela con imparcialidad y por solidaridad, mientras llenan las casas de información parcializada, de otro lado, cómo debería hacerlo no informan los acontecimientos de Colombia, por ejemplo NTN24 justamente, dice ser un canal internacional pero el 90% de sus noticias son de Venezuela , nunca abrió sus cámaras a quienes defienden la revolución bolivariana, un canal que parece más un panfleto político de la derecha regional, o del partido republicano yanke, que de cierto debería en su sede tener un letrero que indique a qué partido político pertenece, o para quienes trabajan, porque es claro, que hacen política escondidos detrás de la inmunidad que les brinda “la libertad de prensa” ,libertad de expresión a su acomodo, desde sus trincheras informativas, disparan balas simbólicas que incitan a la violencia y el odio.
Hago prensa ciudadana hace algunos años, y prensa digital desde hace 3 , no soy imparcial y siempre lo he dicho, soy chavista, creo en las revoluciones pacíficas, y en la unidad latinoamericana, pero mi ética personal y profesional no me permite ni me admite mentir, difamar o marcar una falsa agenda de las personas o partidos de los cuales soy contradictora, descontextualizar o hacer “amarillismo” es manipulación, y el derecho a estar bien informados, es “un derecho humano”
Señores periodistas no le violen al pueblo, el derecho humano a estar informado de lo que realmente le va a afectar en su vida.
Como dice mi madre…quien nos los conoce…que los compre…..!
Gina Escheback – (Claudia Quintero)
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