Desde que David Barguil vivía en su natal Cereté en Córdoba y era el personero del colegio Liceo León de Greiff, sus dotes de liderazgo prematuro comenzaron brotar. A pesar de ser uno de los peores jugadores de fútbol del plantel, logró que lo nombraran director técnico del equipo que conquistó unos cuantos torneos intercolegiados. En la Universidad Externado lo recuerdan como un estudiante sobresaliente en la facultad de Gobierno, Finanzas y Relaciones Internacionales a donde entró a estudiar en el 98 cuando se vino a vivir a Bogotá. Allí conoció al también monteriano Marcos Daniel Pineda a través de su novia Natalia Ariza, quien se convertiría en su mejor amigo mientras Barguil ya era un miembro más de la familia de la parlamentaria conservadora: Nora García de Pineda.
No fue difícil para Nora García descubrirle el talante a Barguil y prácticamente lo adoptó. Se convirtió en una suerte de ahijado político. Le identificó, con intuición femenina quizás, una garra que Barguil ha puesto a prueba en decisiones como la de acompañar la candidatura de Marta Lucia Ramírez en contravía de los grandes cacaos del partido que podría haber aprovechado como aliados en coyuntura electoral. Y en retos como el de haber logrado en solo un mes después de ocupar la presidencia del partido, juntar dirigentes conservadores activos y en la reserva de todas las corrientes políticas, que estuvieron enfrentados durante la contienda electoral, sin miedo a las discusiones en una gran cumbre como la que acaba de convocar en San Andrés.
La relación de Barguil con Marcos Daniel Pinedo, el hijo de Nora García, está en la base de su ascenso político. Juntos crearon, unidos por el interés en los asuntos públicos e inspirados en la fundación FAES del expresidente de España José María Aznar, la versión cordobesa de esa fundación, para prestarle servicio social a las comunidades cordobeses. Esta fue su iniciación en la política: Mientras Marcos viajó a España, Barguil entró a formar parte del equipo de David Luna en su aspiración al Concejo de Bogotá en el año 2000 convirtiéndose rápidamente en su hombre de confianza.
De regreso de España y con su madre Nora García, aliada del gobierno de Álvaro Uribe, Marcos Pineda fue nombrado director de asuntos políticos del Ministerio del Interior. No dudó en llevarse a Barguil como asesor, cargo en el que se mantuvo durante los ministerios de Sabas Pretelt de la Vega y Fernando Londoño, hasta cuando juntos deciden regresar a su tierra a disputarse la alcaldía de Montería en las elecciones de octubre de 2007. Con Pineda para la alcaldía y Barguil de jefe de campaña, lograron su primer triunfo electoral llegando a derrotar a Juan Carlos Lengua, el candidato apoyado por el excongresista condenado por parapolítica Juan Manuel López Cabrales, y de su esposa, la Senadora Arleth Casado. Un triunfo que significó un punto de quiebre en la política cordobesa y que a los 25 años le reafirmó su capacidad política. En su ejercicio de aprendizaje en el sector público prefirió acompañar a su amigo como asesor del despacho para estar al corriente de todos los temas y seguir trabajando como coequipero.
El éxito de su amigo Marcos, que fue considerado en varias encuestas el mejor alcalde del país en varias ocasiones, catapultó también a Barguil que se postuló en las elecciones 2010 como fórmula para Cámara con Norha García. Al final obtuvieron una votación importante de 48.000 votos un año más adelante, tres alcaldías claves, la de Planeta Rica y la de San Marcos y la de Montería así como seis asientos en el Concejo departamental
Con curul propia empezó a proyectarse con independencia, poniendo distancia de la línea tradicional del Partido conservador que además formaba parte de la coalición de gobierno. Asumió, en alianza con su colega Simón Gaviria desde el liberalismo, la defensa de los derechos de los usuarios y la lucha contra el abuso de las empresas de telecomunicaciones, los bancos y las cementeras, a través de debates de control político y de proyectos de ley con los que se atrevió a pisar callos en el poderoso sector financiero.
Barguil se metió con las urgencias cotidianas de la gente. Creo un sitio en la web www.defensordetubolsiillo.com, mediante la cual se puede consultar las tarifas bancarias de varios servicios financieros y recibir asesoría. Logró poner en cintura a las empresas de comunicaciones con las cláusulas de permanencia que amarraban a los usuarios, regular el tope de las tarifas bancarias y desmontar el cobro de los intereses para los estudiantes endeudados con ICETEX. La sintonía y la habilidad para moverse con el poder en Bogotá le dieron sus créditos y en las elecciones de marzo de 2014, en la misma fórmula con Norha García, multiplicó sus votos, llegando a la Cámara con 91 mil votos, en los que sin duda, pesó la mermelada de Palacio.
En el computador de Palacio aparecen registradas partidas por siete mil millones para el joven Barguil: Un cupo indicativo de $ 2.200 millones para obras de prosperidad social; $2.000 millones para la construcción de vías terciarias en Cerete y Montería y junto con el representante liberal Fabio Amín, hoy presidente de la Cámara, lograron un cupo por $10 mil millones para la construcción del acueducto regional del Golfo de Morrosquillo, en los municipios Tolú y Coveñas mientras su madrina, a la Senadora Nora García le asignaron recursos para la construcción de las carreteras o vías terciarias en Montería y en los municipios de Planeta Rica y San Carlos donde hoy mandan políticamente.
Sin embargo los favores del presidente Santos no le condicionaron su convicción de apartarse de los grandes electores tradicionales conservadores, Gerlein, Cepeda, Andrade, e impulsar una candidatura conservadora propia en cabeza de Marta Lucía Ramírez. La apuesta fue riesgosa, pero finalmente fue esta movida la que le abrió el camino para lograr su mayor aspiración: la presidencia del Partido Conservador. Los votos de Ramírez en el directorio azul le dieron a Barguil la mayoría que le permitió avanzar con más claridad una vez Roberto Gerlein, por problemas de salud, se hizo a un lado y él y su grupo entendió que había llegado la hora de la renovación. Una renovación de prácticas porque detrás de su juventud hay un hombre con cimientos en el conservatismo fundacional que se opone a la adopción por parte de parejas del mismo sexo, cree en el orden, la justicia social, equidad, principios de moral cristiana, tanto así que quiere que el trabajo del partido bajo su dirección gire alrededor de la familia y los temas que la golpean.
Se estrenó en los medios de comunicación con ímpetu, decidido a abrirle camino a un nuevo mando conservador después de doce años de subordinación total de los conservadores al Palacio de Nariño, práctica que inauguró Carlos Holguín con Álvaro Uribe y llevó al culmen Efraín Cepeda. Claramente Barguil prefiere no ser borrego y quiere marcar distancia con el pasado con una independencia que él sabe termina valorándose. Una independencia que le ha dado hasta para terminar más cerca que nadie de los Gaviria, los jefes del Partido Liberal. David Barguil se casa en marzo de 2015 con la hija del expresidente Cesar Gaviria a quien conoció hace tres años. Será una boda al estilo, como dicen en confianza, del ‘’Frente Nacional’’, en San Andrés en el hotel Azul de la Tierra, de su amigo Carlos Londoño, en la que habrá brindis de liberales y conservadores en una ceremonia que lo terminará de coronar como el rey político de los conservadores y el dueño del corazón de la hija del jefe de los liberales, con quien viajará al Asia de luna de miel.