Sebastián Díaz López: Piedad, usted como vocera de los organizadores del paro agrario, ¿qué es exactamente lo que están pidiendo?
Piedad Córdoba: “Lo más importante tiene que ver con el TLC. Es decir, el gobierno tiene que tener la posibilidad de revisar los tratados que ha venido firmando. Los impactos han sido espantosos en el sector agrícola de este país, no solamente por el desempleo de campesinos y campesinas, sino lo que ha sido el arrasamiento para imponer proyectos de minería en cielo abierto, el tema de la palma de aceite y de azúcar, los precios de los combustibles, además, que han disparado los precios de la canasta familiar y el precio de la gasolina en un país como este que es exportador de hidrocarburos, cuando lo que debería hacer es nacionalizarlos para ponerlo al servicio del país. Todo esto hace parte de un pliego de peticiones que estamos articulando con las demás organizaciones para hacer un pliego común y que significa que, más allá de la declaratoria de un pliego, incorporar más gente a la movilización en el campo. Colombia es un país productor de arroz, de maíz, de panela y de todos eso otros productos del campo que ahora los está importando. El desbalance de pagos tiene que ver con lo que se importa y lo poco que se exporta del país”.
S.D.L: Entonces, ¿el gobierno está manejando mal esa situación?
P.C: El gobierno la está manejando mal porque primero está tratando de dividir el paro al hablar única y exclusivamente con los paperos, cosa que nos parece muy importante, pero el paro va más allá. Es decir, de muchos sectores de campesinos y campesinas de este país que desde todo lo que significa la Orinoquía, el centro andino de este país, la costa atlántica, toda esta gente está movilizada a través del paro. Y creo que ahora, cuando planea una Mesa Nacional Agraria en Bogotá, pues ahí se va a poder discutir la agenda real de paro agrario nacional”.
S.D.L: ¿Y la Marcha Patriótica son los violentos en el paro agrario? Porque eso dijo el presidente Santos.
P.C: “A mí me parece un acto de suprema irresponsabilidad por parte del presidente esa declaración. Y creo que esa declaración lo que estaba tratando era aislar el movimiento campesino real, que él sabe que lo moviliza la Marcha Patriótica. Otra cosa era aislar a sus dirigentes sometiéndolos en una situación muy delicada de colocarlos en sectores que son los verdaderos asesinos de este país, que fueron los que orquestaron los actos de vandalismo en las manifestaciones. Nosotros movilizamos el pasado 9 de abril un poco más de un millón de personas y no hubo una sola gota de sangre, no se quebró una sola vitrina. ¿Por qué nosotros de la noche a la mañana, que ya hemos movilizado varias veces a campesinos, jóvenes, estudiantes, íbamos a pasar de la movilización pacífica al vandalismo? Yo creo que el presidente sabe quiénes son y debe actuar contra ellos”.
S.D.L: ¿No cree que esa cercanía con las FARC ha golpeado su credibilidad?
P.C: “Yo tengo una relación con la paz. Yo creo que lo que hoy el país tiene de sentar a la insurgencia tanto del ELN como de las FARC se debe al trabajo que hicimos en Colombianos y Colombianas por la Paz. Un trabajo que todavía seguimos haciendo. La política de este país se ha utilizado es para los cocteles y para los negocios. Aquí los que hacen política no son capaces de meterse en realidad donde están los problemas. Y meterse donde están los problemas y enfrentarlos significa cambiar el estado de cosas, voltear el status quo y plantear el discurso real de la paz que no es simplemente que se siente la insurgencia allá; eso va más allá de eso, es toda la sociedad civil de este país que es la que está movilizada en las calles. Los cacerolazos no son de las FARC ni del ELN, sino de esa la gente que siente fatiga. Y obviamente es mucho más fácil que el gobierno diga que todos los que estábamos movilizándonos somos terroristas, aunque yo ni siquiera estaba en el país, que abrir el debate sincero de lo que pasa en Colombia y más fácil seguir dando bala que implantarle al país la paz y, por supuesto, a él (presidente) le queda más fácil señalarme como miembro de las FARC. Si eso fuera cierto ya estuviera en la cárcel. Yo soy la única persona en el mundo como parlamentaria que le han quitado su curul sin haber si siquiera un proceso penal de por medio”.
S.D.L: El punto es ¿por qué no llamar terroristas a las FARC?
P.C: “Porque hay que apelar a una carta muy bella que es su momento López Pumarejo le envió a Mariano Ospina Pérez, cuando es su momento estaba en una situación similar a esta, donde le dijo que había que acabar con el lenguaje de la guerra y que si el hecho de llamarlos en ese momento de criminales, bandidos fuera a acabar las condiciones objetivas que generaba la guerra en ese momento en el país, pues que a lo mejor él también lo haría, pero que el hecho de enmascarar los problemas con las palabras y con las exclusiones desde el lenguaje, eso no se iba a acabar. Eso yo te digo exactamente igual. Terroristas en el mundo son muchos aquellos que están luchando por un respeto a los derechos humanos. Las FARC son personas alzadas en armas, que la manera como se ha permitido la guerra en este país, ha caído tanto el estado como la insurgencia en condiciones que los pacifistas rechazamos. Ellos (las FARC) son actores armados políticos y que el hecho de que en muchas de las situaciones se caigan en actitudes que se puedan tomar como terrorismo, no significa que estemos hablando con terroristas. Terroristas fue lo que se acuñó después del 11 de septiembre y eso todo el mundo se lo metió en la cabeza. Esas mismas cosas son las que no le permiten al presidente ser creíble en la paz. Hay cosas muy clara. Por ejemplo, los delitos de lesa humanidad no se pueden perdonar, el tema de víctimas y de la memoria”.
S.D.L: Usted ahora habló de no utilizar el lenguaje de la guerra, pero eso no es muy coherente porque ustedes se viven atacando constantemente.
P.C: “Sí, pero los que estamos convencidos de que esa no es la forma de acabar la guerra creemos que hemos ido avanzando. La conciencia que tiene el pueblo colombiano de movilizarse, de salir a las calles, de estar en contra de lo que está pasando en el país se debe, precisamente, a que la gente está por fuera no solamente de lo que muchos actores le quieren imponer”.
S.D.L: ¿Quién la ha perseguido?
P.C: El establecimiento claramente.
S.D.L: ¿Pero quiénes?
P.C: “El expresidente anterior, el presidente actual, quienes están en los sectores de poder como el procurador. Yo estoy convencida de que Pacific Rubiales está detrás de mí permanentemente porque yo considero que ese tipo de empresas en el país va en contra del país así de sencillo. Y quienes están muy interesados de que aquí no cambie nada, de que el Congreso siga igual, de que aquí los recursos naturales se puedan malgastar, de que aquí la riqueza del país se vaya y no se quede generando desarrollo. Eso no significa que no puedan tener iniciativa, pero no del tamaño de los bolsillos de ellos que no se sacian. Tienen que ser del tamaño de las posibilidades para que este país pueda crecer”.
S.D.L: ¿Y si le ha valido a usted la pena la defensa de esos derechos?
P.C: “Sí, porque yo creo que estamos ad portas de un proceso definitivo de paz en este país. Creo que más de lo que puedan pensar los que no van sino cocteles o los que hacen leyes al tamaño de sus intereses y de sus bolsillos, es pensar cómo se hace la historia de este país y cómo se construye una posibilidad ética que es la paz y por encima de eso no va a pasar nadie. Para mí no es ningún obstáculo no tener derechos políticos porque política se sigue haciendo, política es lo que estamos haciendo ahora. Otra cosa muy distinta es que quienes pensamos distintos solo merecemos el patíbulo porque no tienen la capacidad de demostrarnos absolutamente nada. A mí me ataca desde el pensamiento, pero en los 35 años que yo llevo en la política no pueden que me beneficié de la política, ni que me robé un peso, ni que jamás me beneficié de un contrato, ni que uno solo de mis hijos o de mis hermanos se benefició de este país. Eso lo pueden verificar. Lo otro es que no me preocupan quienes tienen las manos manchadas de sangre y hacen parte del corredor oscuro de este país”.
S.D.L: Finalizo con esta pregunta. ¿Le gustaría llegar a la Presidencia por la Marcha Patriótica?
P.C: “La Marcha Patriótica por sí sola no es. Y le voy a decir una cosa. No soy de las personas que salgo corriendo cuando los problemas están más altos. Yo quiero mucho la Marcha Patriótica y en ella es donde están los campesinos de este país. Es donde están los estudiantes, las mujeres, los trabajadores. Nosotros somos una amenaza, por eso nos están señalando. A mí me persiguen porque soy una amenaza. Si usted me dice a mí que mi patrimonio personal se incrementó con negocios de este país yo le accedo a lo que me están diciendo, pero no acepto que nadie me irrespete porque pienso distinto y a favor de este país. Yo pienso llegar a la Presidencia de Colombia más allá de la Marcha Patriótica. Aquí en este país hay mucha gente que piensa como yo y que tiene miedo de expresarse. Yo me expreso por los que tienen miedo de hacerlo. El país que yo quiero es el que quiere mucha gente de Colombia. Soy una amenaza para quienes se quedan con los servicios públicos, los negociados que hacen aquí en Medellín. Es más uno no tiene que robar, uno no puede coger los recursos públicos y ponerlos en un banco para que luego le den beneficios a uno cuando es, precisamente, Antioquia la más educada”.
S.D.L: ¿Por qué dice lo de Antioquia la más educada?
P.C: “No, averigua sobre el tema. Pregúntale a él (Sergio Fajardo) por los escándalos que hay en la Asamblea de los recursos del departamento metidos en un banco. No puede ser Antioquia la más educada".
@sebastiandiazlo
Foto Portada: Cable Noticias T.V