La respuesta es sencilla. Es el rey porque sirve para todo. Este jabón de color azul oscuro y de olor fuerte es usado hasta por los chamanes, brujos y espiritistas para limpiar las malas energías del cuerpo, las casas y los negocios. El jabón Rey lleva más de 60 años en el mercado y ningún otro jabón en barra ha logrado acercarse a su popularidad e importancia.
Fue creado a mediados de los años 50. El inventor fue Otoniel Rey Ladino, un fusagasugueño que llegó a Bogotá en los años 40 con la esperanza de hacer futuro. Para entonces tenía 17 años. Otoniel, con pinta de forastero y enmarcado en unas gafas de vidrio y marco grueso, que le daban un aire de inteligente, consiguió trabajo en una de las empresas más importantes de Bogotá para la fecha: Jabonerías Unidas, la fábrica de jabones de propiedad del empresario Moris Gutt, dueño y fundador de Dersa, Indupalma, Grasco, entre otras compañías.
Otoniel entró como un operario cualquiera. Un par de años después se fue metiendo en el laboratorio donde los químicos farmacéuticos jugaban con las materias primas para crear nuevos productos. Así, fue aprendiendo de mezclas químicas y luego de haber sido gran auxiliar, sin credencial alguna se hizo químico empírico. Fue una ficha importante en la empresa que quedaba ubicada en el barrio Ricaurte, en el centro de Bogotá.
En una entrevista para el programa los Puros Criollos del canal Institucional, unos de sus hijos, Luis Enrique Rey, contó que por aquellas fechas Otoniel poco descansaba y todo su tiempo se lo dedicaba al laboratorio. Los primeros en probar su jabón cuadrado de intenso azul fueron su propia esposa y otras amas de casa de su familia. Todas las mujeres le dieron la bendición al novedoso jabón. Lavaba fácilmente, hacía espuma, despercudía y no se desbarataba. Desde el primer día, en honor al apellido de su creador lo llamaron jabón Rey. El nombre funcionó.
El producto de Otoniel, que hoy se vende en las tiendas de barrio y también en las grandes cadenas por $1.500, se empezó a comercializar al finalizar los años 50. En poco tiempo se convirtió en líder del mercado de jabones en barra en los estratos medios y bajos donde sus amas de casa lavaban principalmente a mano.
El jabón Rey, hecho a base de grasas animales y vegetales, nunca necesitó de publicidad ni mercadeo. Se popularizó rápidamente y el voz a voz fue lo que lo hizo grande y lo ha mantenido entre la canasta del aseo capitalino.
No pasaron muchos años para que los mismos usuarios del jabón le encontraran más usos. Fueron las mismas amas de casa quienes empezaron a usarlo para lavar las ollas de acero, para lavar la loza y para lavar los pisos. El tener un producto que les ayudaba con toda la limpieza en la casa era de gran ayuda económica.
Aunque científicamente no se ha corroborado ni tampoco desmentido, desde hace décadas el jabón Rey es utilizado dentro de la cultura colombiana para combatir los piojos, garrapatas y pulgas; hacer crecer el cabello, mantenerlo brillante y quitar la caspa; curar el acné, reduce las tonalidades de las tinturas del cabello y para lavar a las mascotas sean perros o caballos. Hasta los brujos lo usan y le recomiendan a sus clientes limpiar las malas energías con jabón Rey partido en cuatro pedazos.
Este producto, que ya es símbolo nacional, es vendido también en Estados Unidos. El mismo Otoniel Rey, se trajo desde Miami una caja de jabones Rey, luego de haberlo visto exhibido en el estante de un supermercado gringo. En Amazon el trío de jabones se consigue por USD$12
Dersa es la empresa que hoy fabrica y distribuye el jabón de Otoniel Rey. Esta compañía colombiana fue creada en 1964, una década después de que Moris Gutt fundara Jabonerías Unidas. Dersa comercializaba el producto. Luego el jefe de Olimpo unió las dos empresas bajo el nombre de Dersa, que sigue estando en manos de la familia fundadora. El hombre a la cabeza del grupo empresarial de la familia es Daniel Haime Gutt, nieto del fundador.
No hay una sola tienda ni almacén de barrio que no venda el invento de Otoniel Rey. Es el producto estrella de la marca Dersa para hogares de estratos medios y bajos. Con el paso del tiempo muy seguramente le seguirán encontrando más usos que como hasta ahora no necesitarán de avales científicos ni médicos para ser aceptados por el pueblo que ya tiene su Rey indestronable.