Quién frena el desempleo juvenil en Valledupar

Quién frena el desempleo juvenil en Valledupar

"Aunque es fácil echarle la culpa a los venezolanos, hay que ver la ineficiencia administrativa y la falta de visión para apropiarse de las potencialidades del territorio"

Por: Oscar Daniel Pérez Navarro
abril 26, 2019
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Quién frena el desempleo juvenil en Valledupar

El estudio que publicó el diario El Pilón, elaborado por Cesore, deja muchas claridades, pero sobre todo muchos retos. En primer lugar, es abrumante que el 53% de los desempleados sean bachilleres. Esto nos indica por un lado que no se formaron siquiera como técnicos, y por otro lado que eso los pone en desventaja en cuanto a los salarios y calidad del empleo al que podrían aspirar. Sin necesidad de investigar mucho, puedo afirmar que esos bachilleres hacen parte de esa gran cantidad de jóvenes excluidos tanto del sistema educativo, como del sistema cultural y deportivo. Personas que debieron hacerse cargo de sus familias para poder sobrevivir.

Pero el porcentaje de profesionales y técnicos y tecnólogos preocupa aún más. Juntos representan el 43% de los desempleados, lo que significa que estar preparados en Valledupar no es garantía para conseguir empleo.

Ahora, el análisis por sectores nos muestra que el comercio es el que más genera empleo y todos sabemos, que en su mayoría es un empleo informal, sin garantías ni seguridad social. La caída de la cantidad de empleo generado por el sector de la construcción es un reflejo de dos cosas: la primera, que la burbuja de construcción de vivienda lujosa en Valledupar se desinfló, y en segundo lugar que las obras civiles del cesar y Valledupar son construidas por empresas foráneas, quienes traen contratados desde Barranquilla, Cartagena y Medellín hasta a los maestros de obra.

Esto es algo desmotiva a jóvenes ingenieros recién graduados como yo. Hablo todo el tiempo con amigos recién egresados y otros que están por terminar y el negativismo se siente en el ambiente. No hay esperanzas. Los salarios como ingenieros residentes o auxiliares escasamente llegan al millón de pesos.

Ojalá se dieran a la tarea de visitar algunas obras de las que se construyen actualmente en Valledupar y notaran puras caras ajenas a nuestra gente. Y esto que les cuento sucede en todos los renglones productivos. El sector salud monopolizado en una familia que fija los salarios a su antojo y que además paga cuando le da la gana. Un sector turístico con bajo desarrollo productivo, con algunas acciones de los mismos empresarios, pero sin apoyo del gobierno, excepción de las camisas naranjas. Un sector agropecuario que no ha recibido inversión por parte de este gobierno municipal y que por los lados de la gobernación se ha quedado en estudios.

Así las cosas, es más fácil echarle la culpa a los venezolanos de la ineficiencia administrativa, de la falta de visión para apropiarse de las potencialidades del territorio. Millones y millones en parques que no son seguros, millones y millones en la remodelación de una plaza que amábamos como era, que era nuestro símbolo. Un gobierno que desconoce nuestra riqueza cultural y la tapa con pintura blanca, porque no puede soportar en medio de su fanatismo religioso que el diablo es simplemente un símbolo, y les hablo del mural del maestro Piedrahíta, que fue borrado sin pudor alguno.

Desde nuestro proyecto social, cultural y político le apuntamos a reivindicar la dignidad del ser humano mediante propuestas que ayuden a atraer la inversión, no solo la externa, sino de las personas de Valledupar quienes teniendo como invertir no lo hacen. Debemos activar programas de ángeles inversionistas, debemos impulsar la asociatividad como mecanismo de creación de empresas, debemos ayudar a crear y aprobar un estatuto tributario que premie la creación de empleos formales, que premie el ubicarse en nuestro municipio. Debemos descentralizar los trámites de creación de empresas, facilitarle a la gente volverse legal y formal. Debemos impulsar la banca comunal, el microcrédito. No solo enviar los recursos a convocatoria del fondo Emprender, pues ahí se aprueban proyectos con ciertas características que el emprendedor de a pie o el micro emprendedor no puede cumplir. En otras palabras, nuestra tarea es ayudar a democratizar el sistema capitalista.

Sí señores, democratizar el sistema capitalista significa que eso que nos dicen de la libre empresa sea accesible a todos. Necesitamos formar a nuestros jóvenes, niños, adultos, ancianos en educación financiera, cosas tan sencillas como hacer un presupuesto de gasto o ingresos no están al alcance de todos.

Mi lucha y compromiso en el concejo de Valledupar es y será por los jóvenes, los excluidos del sistema, por los artistas, los ambientalistas y por todas esas personas que crean que podemos construir un municipio mejor desde el territorio. Porque un concejal es un oído y una voz por los que no son escuchados y por los que no tienen cómo hablar.

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