Una jueza trabajadora y de bajo perfil tiene a su cargo el caso más sonado de los últimos años. Se trata de Carmen Helena Ortiz Rassa, jueza 28 de conocimiento de Bogotá, quien inició este martes la audiencia para decidir si el argumento del fiscal Gabriel Jaimes es suficiente para ordenar la preclusión del proceso contra Álvaro Uribe por manipulación de testigos.
La jueza nacida en Pasto ha generado una muy buena percepción entre sus compañeros. Siempre es vista con un Código Penal y un Código de Procedimiento Penal bajo el brazo. También es reconocida como la jueza cuyo despacho es uno con muy pocos casos acumulados. Normalmente ha trabajado con procesos de bajo impacto como hurtos o investigaciones de corrupción en contratos.
La jueza que decidirá el caso lleva un largo período en el que ha trabajado en los juzgados de Paloquemao. El pasado 8 de marzo, al despacho de Ortiz llegó el estudio de la solicitud del fiscal Gabriel Jaimes de precluir la investigación contra Uribe. La primera audiencia empezó hoy y continuará este viernes, donde se decidirá si se incluye como víctimas al periodista Gonzalo Guillén y a Deyanira Gómez, la exesposa del principal testigo, Juan Guillermo Monsalve.
En medio del proceso, el periodista Richard Maok aseguró que la jueza Carmen Helena Ortiz es una mujer corrupta. Maok citó un testimonio de un hombre que afirmó estar en Canadá por una decisión en su contra de la custodia de su hija. Según el testigo, la jueza recibió un soborno del abogado con el que se enfrentaba, y añadió que fue amenazado de muerte por la jueza. Añadió, sin pruebas, que la jueza es militante del Centro Democrático e hizo campaña por Álvaro Uribe.