Algunos aspirantes a la presidencia de república plantean que no van a caer en la polarización, situación que podría ser provechosa para no fanatizar a las diferentes huestes; sin embargo, en las últimas décadas es indiscutible que en Colombia la madre de la polarización ha sido la dogmática marxista, que usa la violencia para hacer política, tomándola como la partera de la historia, debido a que seguidores de esa doctrina en su manifestación más lunática son responsables de la génesis del conflicto político-militar que se ha vivido en el país. Así que, de manera diáfana, es necesario establecer responsabilidades acerca de la polarización para que el electorado no sea víctima de tramoyas.
Frente a la polarización, para que la controversia sea fructuosa, es importante preguntar: ¿cuándo hay polarización y cuándo surge el debate civilizado?, pues en estos dos aspectos no puede haber confusión, máxime encontrándose en dicho escenario personas que pretenden dirigir los destinos de Colombia, aunque algunos se han quedado en el pasado y otros en lugares comunes.
La polarización en Colombia es una realidad promovida por fuerzas extremistas que hoy aparentan una mesura ideológica, la cual no se les conoció durante los 57 años de conflicto, debido a que sublimaron la violencia para la toma del poder y la lucha de clases como el motor de la historia, que en su aplicación práctica no es más que un ajuste de cuentas. A ello se agrega la búsqueda del poder hegemónico instruido por Antonio Gramsci a los comunistas, para que con métodos maquiavélicos se consolide la dictadura del partido. Por ello hay que asegurar, sin temor a ser desmentido, que existe la polarización en el país promovida por la ideología marxista leninista.
Hay polarización cuando se utilizan las dicotomías y las simplificaciones, entre socialismo y capitalismo, izquierda y derecha o burguesía y proletariado. Además de que los seguidores de la estafa comunista siempre han dicho con toda claridad: “El régimen y el sistema no está hecho para nosotros”, o sea que la polarización sigue inmutable, pero el debate sobre el asunto no es trascedente y se queda en la superficialidad.
Por ello, hay que ser reiterativos en asuntos que ignoran, no se sabe el porqué, los grandes medios de comunicación, como sucede con la membresía de movimientos políticos colombianos que forman parte de la internacional marxista del Foro de São Paulo, teniendo en primer lugar a facciones del Pacto Histórico de Gustavo Petro y desde luego al Partido Verde, siendo esas colectividades parte activa de la arcada marxista leninista fundada en 1990 por Lula da Silva y el sátrapa de Fidel Castro.
Pero además los candidatos y precandidatos considerados dentro de la democracia liberal no hacen casi alusión al tema, salvo contadas excepciones, sabiendo que indudablemente el Foro de São Paulo es un factor de polarización en Latinoamérica, subrayando que Hugo Chávez, como nostálgico de la Guerra Fría, con ese instrumento quería construir en nuestra región a la Unión Soviética Latinoamericana.
En una discusión sobre la polarización con tan distinguidos personajes de la política, como sucede con los que buscan llegar al Solio de Bolívar, no se puede ir por las ramas, resaltando que debido al conflicto político-militar provocado por el marxismo leninismo con las guerrillas que fueron creadas en la década de los sesenta a instancia de la dictadura cubana de Fidel Castro, y con el patrocinio de la URSS, está presente el discurso comunista del odio que llega hasta nuestros días, pues no se puede olvidar que una proclama guerrillera planteaba que para ser un verdadero revolucionario había solamente dos condiciones: “Un gran amor por el pueblo y un gran odio por el enemigo”. Y lo que llaman disidencia de las Farc siguen con la misma consigna: “Hemos jurado vencer y venceremos”. Así, queda ratificado quiénes son los que han promovido la polarización y el odio en las últimas décadas.
Sin hilar muy fino, hay que decir con toda claridad que la polarización es inherente al marxismo leninismo, el cual considera la universalidad de las contradicciones como un todo. Luego, es poco razonable creer que la polarización que actualmente existe en Colombia es producto de intereses personales o de partidos tradicionales, cuando de por medio se encuentra una doctrina como la del comunismo totalitario, que no solo ha generado el conflicto, sino que además cree que las contradicciones son una ley en donde inevitablemente una clase destruye a la otra.
Gustavo Petro culpa al Frente Nacional de 1958 a 1974 como factor absoluto de la polarización en el país, cuando sabemos en dónde se origina el odio que, mediante el uso de las armas, quería imponer un régimen de dolor y muerte en contra de los colombianos. Además, retrotrayéndonos a las guerras que hubo en Colombia en el siglo XIX y parte de XX, tampoco justifican la polarización, debido a que en un buen número de países de Latinoamérica hubo conflictos internos hasta bien entrado el siglo pasado y no se encuentra en la actualidad en la mayoría de ellos una confrontación de ribetes como la nuestra, quedando completamente demostrado que la polarización es el resultado del accionar terrorista del marxismo leninismo por medio de sus bandas armadas en Colombia.