La semana pasada Edward Snowden, perseguido por filtrar a la prensa documentos de la inteligencia de Estados Unidos, viajó desde Hong Kong hasta Moscú con un documento firmado el 22 de junio de 2013 por el cónsul del Ecuador en Londres Fidel Narváez Narváez, en el que se precisaba que “el Cónsul General del Ecuador en Londres, concedía un salvoconducto a favor de Snowden para permitir su traslado directo al territorio de Ecuador con propósito de asilo político”. Dicho documento fue negado por el gobierno ecuatoriano, sin embargo la firma de Narváez quien hace un año refugia en su embajada a Julian Assange fundador de WikiLeaks, aparece en dicho documento.
Fidel Narváez ha sido un activista político que no ha frenado su espíritu rebelde a pesar del cargo burocrático hoy ocupa. Su carrera en la arena política empezó a los dieciséis años al ser nombrado presidente del Consejo de Estudiantes. El mismo día en que apreció por primera vez en los medios quemando una insignia que representaba al entonces presidente de Ecuador, León Febres Cordero como un gesto en contra de la corrupción y el poder que asolaba los derechos humanos.
Narváez se formó políticamente dentro de un período de represión y violación de los derechos humanos por parte de un gobierno de extrema derecha. Su padre, un líder sindical de izquierda le sirvió de modelo mientras se educaba en una universidad con ambiente politizado donde estando se ganó una besa en la Universidad de Economía de Praga y se fue a estudiar Negocios Internacionales.
De vuelta a Ecuador se hizo gerente de una empresa checa y dos años más tarde en 1996 director general de la Fundación JUCONI que atiende a familias, niños y jóvenes afectados por la violencia, pobreza y marginación. Luego fue Secretario Técnico de la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Desarrollo y Democracia en el Ecuador y miembro del Comité Ejecutivo de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos.
En 2007 su trabajo fue reconocido al ser seleccionado entre 250 activistas de todo el mundo para participar en el Centro Internacional de Educación de la Tolerancia en Nueva York, y ese mismo año se radicó en Inglaterra donde se unió al Movimiento Ecuador en el Reino Unido.
Hoy es el Cónsul de Ecuador en Inglaterra sin haber hecho una carrera diplomática en Ecuador y sin importar que viene de un sector beligerante de los inmigrantes. A pesar de su cargo sigue manteniendo su espíritu revolucionario y eso lo prueba la actitud protectora que ha tomado con los prófugos Julian Assange y Edward Snowden.
Como manifestó Fidel alguna vez en una entrevista a Mónica del Pilar Uribe para The Prisma "Los jóvenes son rebeldes por naturaleza. Yo no soy tan joven, pero espero que el espíritu rebelde nunca se agota en mí”. Esto fue lo que contó Narváez el 15 de Febrero de este año cuando le preguntaron por la relación que hoy aún mantiene con Julian Assange desde su consulado en Londres.
¿Qué ha sido lo más difícil de su trabajo como Cónsul?
Acostumbrarme a las trabas burocráticas y administrativas que a menudo empeoran las cosas en vez de hacerlas mejor.
Usted estabas allí en un momento muy importante: la petición de asilo de Julian Assange . ¿Que ha significado esto para usted?
Ha sido una experiencia única y un reto apasionante a la vez. Es la solicitud de asilo político más importante del mundo, y él acudió a Ecuador en busca de protección.
Algunos dicen que usted es una de las razones por la que Assange está en la Embajada.
Yo no diría eso. Tuvimos cierta relación con Julian Assange y Wikileaks antes de su solicitud de asilo. Todo ha estado en el ojo público desde 2011, cuando Ecuador le pidió a Wikileaks que publicara todos los cables diplomáticos relativos a nuestro país. Tiempo después, Assange solicitó una entrevista con el presidente Correa por su programa de televisión lo que significó una serie de reuniones con él y su equipo, en las cuales se hizo evidente una especie de empatía por el hecho de que no me veían sólo como diplomático sino como un activista social. Me imagino que esto fue lo que encendió un mayor interés hacia Ecuador.
¿Cuándo fue su primer contacto directo con Assange?
En abril de 2011, cuando pedimos que se publicaran los cables.
¿Cuál fue la impresión que tuvo de él?
Julian es una especie de celebridad, una gran cantidad de mitos y enigmas se han cultivado alrededor de él. Estar cerca suyo y conocerlo, ha sido una experiencia interesante.
¿Dónde tuvo lugar esta reunión?
En Inglaterra, donde ha estado viviendo en contra de su voluntad durante más de dos años, bajo arresto domiciliario.
¿Qué opinión ha construido de Assange?
Es una persona de trato agradable, muy estudiada, sobre todo cuando se trata de asuntos internacionales. Creo que siempre ha estado muy involucrado en el trabajo de Wikileaks y las causas que defiende.
¿Usted apoya estas causas?
Si asumimos que su causa principal es defender la máxima transparencia exigiendo que los poderes políticos y económicos asuman responsabilidad, y buscando retribución a los abusos de los derechos humanos que restringen la libertad de expresión y de información en la práctica, entonces, por supuesto, apoyo eso.
¿Por qué Assange eligió Ecuador?
Eso es algo que tendría que preguntarle a Julian Assange. Es la pregunta que se hacen muchos: ¿por qué, con más de 150 embajadas diferentes en Londres, Assange eligió Ecuador?
Tal vez porque ha visto cómo este pequeño país ha dado demostraciones convincentes de su soberanía, su determinación y compromiso con los derechos humanos. Ecuador tiene el mejor récord en protección de solicitantes de asilo en la región; en su constitución ha consagrado el concepto de ciudadanía universal que reconoce el derecho a migrar.
Éste y otros factores hacen de Ecuador un país más visible internacionalmente. Es prácticamente el único que le ha pedido a Wikileaks publicar todos los cables sin excepción, a riesgo de que la información pudiera perjudicar al gobierno. Me imagino que Wikileaks y Julian Assange apreciaron esa demostración de transparencia.
¿Qué efecto ha tenido la presencia de Assange en la embajada?
Refugiar a alguien considerado enemigo público número uno es un paso valiente, no sólo diplomáticamente, sino también políticamente. La reacción de las fuerzas progresistas de la sociedad civil, sobre todo a nivel internacional, ha sido un apoyo abrumador para Ecuador.
¿Ecuador se ha vuelto más visible a raíz de esto?
Sí, como país soberano comprometido con la defensa de los derechos humanos y las demandas del movimiento internacional de derechos civiles para la transparencia y la libertad de expresión.
¿Qué efectos negativos que ha tenido la presencia de Assange?
Yo diría que los que quieren ver a Julian Assange y Wikileaks destruidos han aumentado la presión sobre el país que lo está protegiendo. La evidencia de esto es que los poderes de los medios de comunicación están tratando de empañar la imagen del Ecuador en el ámbito internacional.
¿De dónde vienen los ataques más grandes?
Desde un cierto sector de la prensa. Esta ha sido la principal consecuencia que ha dejado su presencia aquí. No he notado ningún efecto concreto en negocios o colaboración económica.
¿Esta situación lo hace sentir incómodo?
Cuando una embajada de vuelve asilo diplomático como recurso para salvar una vida, se convierte en una situación incómoda para todos los involucrados. Incómodo para él, confinado a un entorno limitado (vivir en un espacio cerrado y sin luz natural, sin poder hacer ejercicio o tomar aire fresco). Incómodo para Ecuador, que se siente responsable de encontrarle una solución que garantice su bienestar físico y sus derechos, y ciertamente incómodo para el resto de los países involucrados.
¿La situación de Assange le hará ganar o perder votos a Correa en las elecciones?
El alto número de votos registrados para el presidente Correa es un reflejo de su liderazgo eficaz, y sin duda habrían sido los mismos con o sin la solicitud de asilo de Assange. Sin embargo, yo diría que la imagen de Ecuador y su presidente ha mejorado ante la comunidad internacional.
Usted estuvo cerca de Assange. Entiendo que durmió en la Embajada.
Por supuesto.
¿Por cuánto tiempo?
Dos meses.
¿Por qué usted y no otra persona de la Embajada?
Porque no podíamos dejar sólo a Assange en la Embajada ya que estaba siendo sitiada por la policía. Una persona con estatus diplomático tenía que estar allí "protegiendo" el lugar en todo momento. Y ese trabajo me fue asignado a mi.
Me imagino que debió conocer mejor a Assange en lo personal.
Ciertamente hablamos mucho en estos meses, sobre todo cuando estuvimos solos en la noche.
¿De qué hablan?
De todo. Con Julian Assange se puede hablar de todo tipo de temas.
Me imagino que Assange también ha llegado a conocer más sobre Ecuador.
América Latina es probablemente la parte del mundo de la que Julian Assange sabe menos. Me imagino que nos está estudiando con mayor interés ahora. Él tiene un aprecio profundo por Ecuador. Las palabras que se le han atribuido a describir Ecuador como insignificante ha sido tomadas fuera de contexto y de manera maliciosa.
¿Cuánto cambió la vida cotidiana en la Embajada?
Significativamente. Con él alrededor hay más movimiento en el edificio. Siempre tiene visitantes, miembros de su equipo, también celebridades y personas de todo el mundo que vienen a demostrarle su solidaridad.
¿Quiénes forman el equipo de Assange?
Activistas muy comprometidos, dedicados totalmente a su trabajo.
¿Cuánto de lo que se dice de él es cierto?
Mucho de lo que se dice de él está bastante distorsionado.
¿Es fácil llevarse bien con él? Un buen inquilino?
Hmmm. No sé si fácil es la mejor descripción. Me imagino que es muy exigente con las personas que trabajan para él. En cualquier caso, es un buen "inquilino" si se refiere a ser respetuoso con el personal de la Embajada.
¿Cómo lo describiría?
Es un poco introvertido, completamente dedicado a su campaña, genuinamente comprometido con sus ideales y muy agradecido con los que le apoyan.
¿Qué impacto ha tenido en su vida el conocer a Assange?
Sin duda ha sido una experiencia única y una enorme responsabilidad saber que no sólo es testigo de, sino también parte de, un evento histórico e importante en la lucha por las libertades civiles y la libertad de expresión en todo el mundo.
¿Cree que Assange es inocente?
Si se refiere a las alegaciones sobre las que lo quieren interrogar otra vez en Suecia, en lo personal, por supuesto, yo creo que es inocente. Pero el sistema de justicia tiene la última palabra en la determinación de su inocencia. Ecuador ha sido muy claro en este punto desde el principio. No estamos protegiendo a Julian Assange de la justicia sueca. Lo que es de nuestro interés es que este proceso avance, y hemos sugerido varias alternativas que le permitan a Suecia interrogarlo. Ecuador está protegiendo a Assange de la amenaza de que sea extraditado a Estados Unidos, donde sus derechos básicos estarían en riesgo.
Parece que esta situación va a prolongarse durante un tiempo.
Creemos que habrá una solución política y diplomática será posible más temprano que tarde.
Pero si resulta ser muy tarde ¿cree que Assange podría aguantar tanto tiempo?
Esperamos que no tenga que hacerlo. Pero si lo hace, estoy seguro de que tanto Julian Assange y Ecuador serán capaces de aguantar todo el tiempo que sea necesario.