La idea vino del mismo Ejército que buscaba una manera de acercarse a la población en una forma más participativa para combatir la guerrilla. Sin embargo, fue el propio César Gaviria Trujillo quien en 1994 diseñó el decreto ley 356 para crear unas cooperativas de vigilancia y seguridad privada para la defensa agraria. De esta manera, se dotaba a los hacendados de una herramienta para defender sus tierras de los grupos guerrilleros. No obstante, finalmente, le correspondió a Ernesto Samper Pizano reglamentarlas.
En diciembre de 1994, el entonces ministro de defensa, Fernando Botero, comunicó por diversos medios el objetivo de los nuevos servicios de vigilancia privada y además estableció que a estos no podrían unirse personas con antecedentes penales.
Luego, el 27 de abril de 1995, una resolución de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad decidió que dichas instituciones se llamarían Convivir. Sus miembros podrían llevar armas y equipos de comunicación de uso privativo de las fuerzas militares. Su función básica era colaborar con las fuerzas del orden en la lucha contra la insurgencia.
Ver: ¿Cómo las autodefensas evolucionaron a Convivir y a paramilitares?
De esta forma, se implementaron a nivel nacional, con cierto desorden, pues nunca se supo el número exacto de grupos, ni de colaboradores, aunque, Carlos Alberto Díaz, el presidente de la Federación Nacional de las Federaciones Convivir, estimaba que existían 414 grupos con unos 120.000 miembros.
Su implementación estuvo llena de tropiezos y quejas por excesos, repitiéndose así los mismos problemas que presentó el estatuto de seguridad del Julio César Turbay en el pasado.
Existió también una demanda, pero finalmente la Corte Constitucional en 1997 ratificó su constitucionalidad, aunque les pidió devolver las armas de uso privativo del Ejército.
Después aparecieron varios grupos autodenominados con el mismo nombre, hasta el punto que Human Rights Watch denunció en 1998 que tenía evidencia de que algunas Convivir, dirigidas por paramilitares, eran responsables de la muerte de simpatizantes de la guerrilla en el Magdalena medio y el Cesar.
Finalmente, las Convivir tuvieron entierro de pobre, cuando el presidente de la Federación Nacional de las Convivir ordenó desmantelar unilateralmente la mayoría de dichos grupos por medio de su desarme y desmovilización organizada.
¿Cómo fue su implementación? Operaba así: la autoridades militares presentaban el plan al respectivo gobernador. El primero en aceptarlas fue el entonces gobernador de Antioquia Álvaro Uribe, quien siempre ha reconocido que él fue responsable de las 60 Convivir que autorizó (lo hizo en diciembre del 2006 en una entrevista radial). Desde un comienzo en Antioquia quedó establecido por el vicegobernador Pedro Juan Moreno que todas la quejas deberían tramitarse directamente con los comandantes locales del Ejército.
Sin embargo, gracias al fragor de la pasada campaña electoral y a la magia de los discursos veintejuleros, los términos autodefensas, convivir y paramilitares quedaron convertidos en un sancocho demagógico que supuestamente cocinó el sanguinario Álvaro Uribe Vélez.
Tal es la razón por la cual el público tiene una confusión asombrosa sobre el tema, alentada por el discurso mentiroso y el bullying mediático. Para rematar, cuando se buscan responsables sobre su fundación, los expresidentes Samper y Gaviria miran para otro lado y sufren de amnesia temporal.
Ahora bien, el segundo mandatario departamental en recibir a los militares fue Germán Villegas a la sazón gobernador del Valle del Cauca, entonces ellos le hicieron una maravillosa presentación de tres horas del proyecto, con mapas, cuadros y diapositivas, y como era su costumbre, escuchó en silencio y después respondió.
Era imposible decir no, pues el principal argumento para aceptar el plan era que Antioquia ya lo estaba implementando. Para sorpresa de todos, Germán Villegas lo rechazó con un argumento muy simple: "mientras yo sea gobernador no crearé las Convivir, porque existe un peligro en el desbordamiento de sus acciones y porque creo firmemente que el monopolio de las amas, debe estar en manos del Estado".
El tiempo le dio la razón al hoy fallecido gobernador y sus palabras resultaron proféticas y algunas Convivir con el tiempo se le salieron de las manos al Ejército.
De aquella reunión de los militares y el gobernador del Valle hubo testigos: Germán Patiño (q. e. p. d.), el secretario de gobierno Miguel Motoa Kuri (q. e. p. d), Luis Guillermo Restrepo (entonces asesor y hoy director de Opinión de El País) y Ricardo Andrés Giraldo (por la época director de Planeación).
En nuestra próxima entrega: ¿Desde cuándo existen paramilitares en Colombia?