Uno no necesita ir muy lejos para constatar lo ignorantes y ambientalmente irresponsables que siguen siendo muchas personas en la actual pandemia.
Hemos visto en internet cómo muchos tapabocas están terminando en ríos y mares en diversos puntos del planeta.
Colombia no es la excepción, y sin necesidad de ir a la costa del Pacífico o del Atlántico o a las riberas de los ríos Cauca o Magdalena, aquí nomás en Bogotá se ven lamentables ejemplos por doquier.
No solo tapabocas y guantes usados botados en plena calle, sino hasta en los pocos rincones que la naturaleza aún nos obsequia para darnos un respiro verde en plena urbe.
Quien se diera una vuelta este domingo 5 o lunes 6 de julio por la desembocadura de la quebrada La Vieja, en la calle 72, podía constatar que a alguien se le hizo fácil botar ahí el tapabocas usado.
Y ese gesto aparentemente mínimo refleja, una vez más, lo irresponsable que ha sido el ser humano en general en su relación con la naturaleza y con un planeta que, como única casa, todo nos ha provisto.
¿Por qué le cuesta tanto a la gente tener un poquito de conciencia? ¿Por qué hay tanta gente tan ignorante?
Y ni siquiera es cuestión de educación o de falta de recursos económicos, sino más bien de sentido común (el menos común de los sentidos, bien dicen).
Recordemos que muchas comunidades indígenas marginadas son muy respetuosas de su entorno, de una selva que les provee el alimento y con la cual conviven armónicamente, en equilibrio. De ahí que sean sus guardianes o cuidadores naturales a quienes fanáticos irresponsables, como el seudo-presidente Bolsonaro en Brasil, quieren destruir.
Y en Estados Unidos, país con un alto ingreso per cápita, predomina un consumo desenfrenado y depredador de los recursos naturales, por lo que no fue casualidad que un ignorante y retrógrado como Trump haya llegado a la Casa Blanca.
Hace mucho tiempo que el ser humano perdió de vista lo esencial, lo verdaderamente importante.
Uno podría echar un cuento muy largo sobre todos estos temas… pero para no perder de vista lo esencial y el detonador de esta denuncia, basta solo preguntarse ¿quién botó ese tapabocas a la quebrada La Vieja en Bogotá?