En Colombia los temas que tienen que ver con sus enfermedades, males, o como quiera llamarlos, han estado sobrediagnosticados desde hace muchos años. Estudios serios, incluso hechos por Colciencias, así lo han identificado. Aunque como siempre esos estudios terminan engavetados, olvidados, no hay un doliente que los convierta en un proyecto realizable en el corto y mediano plazo.
Si miramos atrás 30 años, los problemas o males se han incrementado, ya que el mismo Estado ha contribuido con su forma de operar, auditar y controlar ha permitido que la corrupción cada vez más tenga mayor radio de acción y los entes que supuestamente están para vigilar y controlar se vuelvan inoperantes, invisibles o sean permeados por la misma corrupción.
Yo creería que son más de 25 los males que afectan a Colombia y que ningún gobierno en los últimos 100 años ha propuesto cambios concretos: en las finanzas, en lo económico, lo político, lo social, lo cultural, la educación integral a todos los niveles. Solo la paz tiene todos los embrollos, problemas y temas pendientes por resolver como las bandas criminales, Eln, disidencias, etc., que aún siguen actuando en el país.
Lógicamente esto impide que los cerca de 48 millones de habitantes pierdan la esperanza de tener una vida tranquila, con salud, educación, trabajo formal, digno, próspero y feliz.
Viendo los “programas” que han estado presentando los candidatos a la presidencia de la República para el período 2018 a 2022, realmente es triste que solo un par de ellos trate de ofrecerle al pueblo colombiano tareas encaminadas a resolver parte de estos 20 males, con la preocupación de muchos ciudadanos del común de estar viendo a otros candidatos con sus discursos populistas, encantadores de serpientes, “caudillos” que no proponen programas serios, alcanzables, planes concretos de como atacar cada problema, definiendo un alcance, un costo, como se hará la financiación, un cronograma, un plan de seguimiento, tal cual como se hace un proyecto. No podemos seguir haciéndole el juego a los discursos populares, la gritería, el ataque, las emociones, el oportunismo de aprovecharse la situación actual para ofrecer soluciones bolcheviques. Eso no suma y no contribuye en nada a la esperanza que tengamos de votar por alguno de esos candidatos que realmente de forma seria y comprometida busque una salida a todos nuestros principales problemas que a continuación voy a enunciar:
1°) Muy mala calidad y falta de cobertura en educación.
2°) Corrupción en todos los estamentos del gobierno y sociedad.
3°) Concentración del poder político en clanes y caciques electoreros.
4°) Falta de una democracia robusta.
5°) Falta de equidad en la distribución de la riqueza.
6°) Inequidad en la política salarial.
7°) Falta de competitividad industrial, muchos impuestos.
8°) Falta de infraestructura en vías, vías férreas, navegación por ríos.
9°) Alto nivel de desempleo.
10°) Falta de políticas para desarrollar las regiones.
11°) Falta de políticas funcionales en la Seguridad social.
12°) Poco funcional y corrupto el sistema de justicia.
13°) Falta de tener sola policía profesionalizada.
14°) Falta de misión, visión como país en el mediano y largo plazo.
15°) Demasiada impunidad estamos de terceros en el mundo después de México y Filipinas.
16°) Falta de programas que impulsen la creatividad, innovación.
17°) Tecnológicamente somos un país muy atrasado.
18°) El sistema financiero requiere de reformas que lo hagan eficiente.
19°) Se requiere revisar el tema fiscal y de impuestos.
20°) Nivel de Pobreza muy alto.
21°) Ineficiencia en el manejo de los recursos naturales.
22°) Balanza de pagos débil y frágil.
23°) Falta de control a la minería ilegal.
24°) Falta de control y políticas claras sobre los temas ambientales.
25°) Manejo de la política exterior con muchos resultados malos y desaciertos.
26°) Futuro incierto para la juventud de hoy.
Y qué decir de la doble moral, el doble discurso, la corrupción legalizada, la institucionalización de la mentira, el desplazamiento, la violencia, el terrorismo, la delincuencia y todo lo demás que hace parte de nuestro diario vivir.
Es claro que en los últimos 15 años la situación ha venido deteriorándose en forma progresiva. Los problemas fundamentales como la corrupción, la impunidad y la violencia se han agravado a tal punto que han hecho mucho daño a nuestro país.
Ha sido muy lamentable que los gobiernos pasados no hayan prestado mucha atención. Y al tratar de trabajar sobre estos problemas lo hayan hecho de forma marginal, no con un concepto de nación, de Estado, al largo plazo.
La corrupción, por ejemplo, cada día crece más, cada día sale un “vomito negro” sobre corrupción. Se manifiesta en forma creciente. En Colombia se realiza con la más aguda inteligencia todo un concierto de actuaciones incorrectas e inmorales, como sobornos, peculados, malversación de fondos, desfalcos, tráfico de influencias, favoritismos, compadrazgos, nepotismo, abusos de autoridad, contratos chimbos y hasta falsos positivos.
El tumbe de los dineros públicos sobrepasa los 360 billones de pesos. Es decir que los saqueos les cuestan a los colombianos diariamente casi 1 billón diario.
Así las cosas a mi manera de ver, debemos el día de votar ser críticos, si no tenemos un candidato que proponga un verdadero cambio con compromiso sería mejor votar en blanco y esperar que Dios nos ponga en el camino un aspirante que sea el redentor de Colombia.
