Todos los presidentes del mundo, sin importar lo experimentados que sean, requieren un equipo de asesores del nivel más alto posible. Este equipo que acompaña a los presidentes debe tener una amplia experiencia en temas claves como los que maneja un gobierno. Este requisito es aún mayor en el caso del presidente Duque, teniendo en cuenta que su trayectoria pública es la menor comparada con la de otros presidentes de Colombia en las últimas décadas. Esto último, lleva a la pregunta sobre quién asesora al presidente, porque la cantidad de errores evitables que se están cometiendo en este gobierno, le están costando demasiado a esta Administración. Prueba de ello es la peligrosa reducción del gobierno en su margen de maniobra no solo en el aspecto político, sino en general en su nivel de gobernabilidad.
Para comenzar, por ejemplo, la terna para elegir al fiscal ad hoc para el mayor escándalo de corrupción del país, Odebrecht, siembra dudas sobre lo que sucede al interior del gobierno. En esta decisión tan crucial, lo único que no era negociable era la absoluta independencia de esa terna frente a todo lo que tuviera que ver con el tema en cuestión. Tampoco, era negociable que quienes estuvieran en la terna tuvieran una probada experiencia en temas tan delicados y con tantas connotaciones para el país. Pero cumplir estos requisitos desde un inicio se mostró como un imposible; el Estado colombiano no ha sido independiente, sino por el contrario está absolutamente contaminado. Sumado a esto, el partido de gobierno ha apoyado claramente en el Congreso al fiscal Martínez Neira que ha perdido total credibilidad en el país por sus vínculos con este caso, por su falta de independencia, por su incapacidad de reconocer su responsabilidad como individuo en el manejo del caso, por su falta de ética. El punto de partida, para que estos requisitos se lograran, debía ser la exigencia de la renuncia del actual fiscal.
La terna para elegir al fiscal ad hoc
para el mayor escándalo de corrupción del país, Odebrecht,
siembra dudas sobre lo que sucede al interior del gobierno
A su vez, el presidente Duque cometió el error de salir a justificar una de las salidas del fiscal, cuando el apoyo del gobierno a este cuestionado funcionario era absolutamente inconveniente. Por todo lo anterior, era imprescindible que dicha terna estuviera conformada por personas totalmente desvinculadas del partido de gobierno y del gobierno mismo.
Ha sido tal el error, que en este tema tan sustantivo fracasó el presidente, porque esa terna se desbarató por razones muy claras; su carencia absoluta de independencia y por no cumplir con la excelencia necesaria. En vez de reconocer su error, el presidente se mantuvo en una posición indefendible. ¿Quién lo asesoró? Si fue su jefe político, el expresidente Uribe, con esta decisión demostró que dejó de entender lo que sucede actualmente en Colombia y que aunque todavía tiene importantes apoyos, en general este ya no es el país que el manejaba a su leal saber y entender.
Y, ¿su asesora jurídica que terminó en la terna? Horror, porque era evidente su incapacidad de generar la credibilidad necesaria en el país frente a semejante tema. Por otro lado, el país está cansado de escuchar nombres que no generan la confianza suficiente para manejar temas tan delicados como es este caso. Si algo tiene Colombia son juristas de reconocimiento internacional, que lastimosamente por el hecho de no ser del círculo cercano del uribismo ni siquiera son considerados. Para lograr la asesoría que el presidente Duque requiere es fundamental que él y su equipo reconozcan que quienes no pertenecen al Centro Democrático no son todos sus enemigos, sino que muchos colombianos valiosos no quieren seguir viendo un gobierno y un presidente perdiendo credibilidad ante el país, porque así perdemos todos. Lo peor puede estar por venir porque de nuevo anunció que en dos días comunicaría la nueva terna, sin tomarse el tiempo suficiente para no volverse a equivocar de manera grave.
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