Calathea no es una heladería común y corriente entre sus sabores se resalta la mezcla de chocolate y jengibre o el sorbete de fresas y vino tinto. Un mundo de sabores únicos, hechos con amor, esmero y dedicación por su dueña María del Pilar Agudelo, una caleña que aprendió de repostería y helados en Nueva York.
Esta heladería está ubicada en un pequeño local en la Calle de los Sentidos dentro del barrio de El Peñón al oeste de Cali.
Apenas entras, estas obligado a ver un tablero verde escrito con tiza blanca que muestra las opciones que hay. Al mirar al interior del mostrador, el cual verdaderamente te muestra cuales son los helados del momento, debido a su fama hay varios sabores que se acaban rapidito. Observas el menú de colores mientras te van comentando cuales son hechos a base de agua y cuáles son los cremosos.
Entre los más exóticos están por ejemplo el helado de queso con bocadillo, el de lima y Albahaca, el de dulce de brevas y sorbete de cerveza. La encargada de la heladería te insiste que aceptes una muestra o una pruebita de cualquier sabor que te llame la atención. Tienes la opción de escoger entre un vasito pequeño o grande, o también un cucurucho o cono. Puedes también ponerle un topping a tu helado como nueces, milo o frutos secos. Sus precios son asequibles para ser un postre de alta calidad pues en otros lados cobrarían una millonada por este manjar de los dioses. Cada vasito trae una galleta dulce y crocante. La galleta y el cucurucho también son creación de la heladería. Todos los dulces vienen acompañados de una copa de agua.
Son helados naturales, sin colorantes ni bases extra, hechos con frutas frescas en agua o en leche. Un concepto original totalmente artesanal, demostrado con el proceso que es practicado por las abuelitas desde hace mucho tiempo.
La maestra de este lugar después de haber estudiado en la gran manzana trabajó en un restaurante en Manhattan y estuvo de paso por Barcelona trabajó en un restaurante con varias certificaciones de estrellas Michelin. Para los que desconocen la famosa estrella Michelin, es un premio en la gastronomía basado en la calidad, el sabor y el talento. Es como una medalla olímpica o un premio Oscar, absolutamente fascinante!
Luego de varios años en concluir sus viajes decidió volver a su Cali y abrir una pequeña heladería que pudiera brindarle al cliente una nueva experiencia gustativa basadas en distintas mezclas frutales. Para María del Pilar, el nombre de su negocio proviene de una planta llamada Calatea, ella simplemente le añadió la H para darle un toque personal.
Así que en tu próxima pasada por el barrio El Peñón, no dudes en arrimar un momentico por Calathea y refrescarte del calor caleño con un delicioso helado que rompe todos los esquemas. Un verdadero encanto caleño.
