Queridos candidatos: plantar árboles no siempre es la panacea ambiental

Queridos candidatos: plantar árboles no siempre es la panacea ambiental

Les hago un llamado: garantizar que las nuevas metas de plantación de árboles no causen un detrimento en el patrimonio público del distrito

Por: Leonardo Aya Segura
septiembre 14, 2023
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Queridos candidatos: plantar árboles no siempre es la panacea ambiental

Bogotá, en estas fechas, tiende a adquirir una paleta de colores más variada de la que suele ser impulsada por la bipolaridad climática. Se empiezan a apreciar con mayor frecuencia tonalidades azules, rojas y verdes, las cuales, son un augurio de cambios en el clima político de Bogotá.

Irremediablemente, en esta época compartir con personas desconocidas es más sencillo, incluso para aquellos que no están dotados de la gracia verbal. Digo esto, ya que es mucho más sencillo en estas épocas electorales traspasar la barrera idiomática del "hola, ¿cómo estás?" al permitirnos contar con un léxico más amplio en nuestro vocabulario, gracias a nuevos conocimientos que, ya sea por inercia, nos permiten aprender nuevos apellidos, como Oviedo, Lara, Bolívar y Molano, los cuales actúan como trampolines para preguntar: "¿Y por quién piensas votar?".

Sin duda, este escenario de bonanza social me ha motivado a prestar más atención a los debates relacionados con la alcaldía, lo cual me ha llevado a una conclusión que va más allá de mi sorprendente falta de conocimiento sobre el himno de Bogotá. Lo que realmente me ha inquietado ha sido la miopía de las propuestas en lo que se refiere a lo ambiental, especialmente en lo que respecta a la ampliación de la cobertura vegetal.

Al discutir con mis conocidos sobre la idea de aumentar la plantación de árboles en Bogotá para mejorar la cobertura vegetal de la ciudad, todos ellos expresan su apoyo unánime. Sin embargo, cuando menciono que no siempre plantar más árboles es mejor, de inmediato me cuestionan.

Entonces, se preguntarán: ¿Por qué no siempre plantar más árboles es mejor? Esta pregunta, si bien es compleja y depende del contexto, me centraré solo en un punto que considero el más apremiante dialogar sobre las plantaciones como estrategia de aumento de la cobertura vegetal en la ciudad en esta época de transición administrativa.

De acuerdo con Carolina Urrutia, la actual Secretaria de Ambiente, el distrito se enfrenta a un gran desafío para el año 2023. Ella menciona que, con el fin de cumplir la meta de plantación del cuatrienio, que asciende a 802,000 árboles, deben plantarse 400,000 árboles en el transcurso del año. Esto representa el 49.9% de la meta total. Si dividimos el número de árboles a plantar entre los días del año, se requeriría la plantación de aproximadamente 1,096 árboles al día.

Ahora bien, dejando de lado si cumplen o no la meta, es importante mencionar que ningún candidato está hablando sobre el mantenimiento de los árboles que se plantarán en 2023. Parece que, dentro de la lógica de los candidatos, los árboles plantados en administraciones anteriores son únicamente un problema de esas administraciones, especialmente en lo relacionado con las actividades necesarias para su mantenimiento.

Es importante mencionar que no existe una fórmula mágica para determinar cuánto tiempo requiere de mantenimiento una plántula para que no necesite más cuidados, ya que esto dependerá del tamaño de la plántula, las condiciones ambientales, tanto climáticas como biológicas, y el contexto social en el que se encuentren.

Sin embargo, quiero hacer especial mención a los árboles plantados en el área periurbana y rural de Bogotá, ya que son los que más contribuyen a las metas de plantación. Se dice esto, ya que usualmente son plantaciones que al hacer parte de estratégias de recuperación, rehabilitación y restauración ecológica, se realizan en áreas extensas y de manera más densificada. Por ejemplo, en una hectárea de plantación, si se siembra a una distancia de 3 metros entre individuos vegetales, podrían plantarse aproximadamente 1.111 individuos vegetales, lo cual es significativamente mayor que lo que se puede lograr en el área urbana, debido principalmente a las limitaciones de espacio disponibles.

En los contextos de plantación para la recuperación, rehabilitación y restauración ecológica, a menudo se encuentran especies vegetales catalogadas como invasoras según el Catálogo de Especies Invasoras del Territorio CAR. Ejemplos de estas especies son el pasto Kikuyo (Cenchrus clandestinus), el pasto lanudo (Holcus lanatus), la acacia negra (Acacia decurrens), el retamo espinoso (Ulex europaeus), entre otros.

La presencia de estas especies invasoras en las áreas de plantación, o en áreas adyacentes, implica que las condiciones de mantenimiento de las plantaciones tengan que ser más frecuentes. Esto incluye el plateo, la fertilización del suelo y foliares para que las plántulas puedan desarrollarse, ya que de no realizarse, estas especies invasoras, debido a sus características ecológicas, competirán con las plantadas por espacio, nutrientes y luz, las cuales en la mayoría de veces salen victoriosas.

En este tipo de contexto, las plantaciones deben tener un mantenimiento periódico, es decir, varias veces al año durante más de un año, para que las plántulas puedan fortalecerse y competir con éxito contra las especies invasoras.

Sin embargo, estas plantaciones suelen tener un destino desafortunado cuando se realizan en los últimos años de un periodo administrativo. En la mayoría de los casos, la nueva administración comienza desde cero y se enfoca en plantar árboles a gran escala, sin reconocer la importancia de cuidar las plantaciones establecidas por la administración anterior. Esto resulta en una alta tasa de mortalidad de los árboles que fueron plantados previamente.

En otras palabras, las nuevas administraciones invierten grandes cantidades de dinero en plantar árboles sin preocuparse por el mantenimiento de las plantaciones anteriores. Y lo que es peor, luego de que las plantaciones de la administración anterior mueren, las administraciones nuevas vuelven a plantar en el mismo lugar.

Por esta razón, en el presente texto, hago un llamado a los candidatos que tengan estrategias de continuidad, no necesariamente en términos de ideas, pero sí en cuanto a garantizar que las nuevas metas de plantación de árboles no causen un detrimento en el patrimonio público del distrito. Además, de reconocer que no siempre una mayor cantidad de plantaciones es mejor, ya que el tamaño no siempre es relevante, y que el populismo ambiental también existe.

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