Nunca se me había muerto un verdadero amigo y hoy sé lo que se siente: duele, duele, y duele. No podría decir en qué parte de mi cuerpo exactamente, pero no se detiene. Pasan las horas, lo recuerdo y sigue doliendo. Me imagino que algún día pasará, pero siempre estará ahí el vacío, un vacío que jamás se podrá comparar con el que deja en el corazón y en la vida de Marcela su esposa, sus hijas Paulina y Florencia, su mamá y Andrés, su hermano. Pero perdón, cuando la gente buena se va, cuando un amigo se muere, duele.
Les reitero la disculpa si este perfil de Alejandro Nieto Molina no comienza como se debe en estos casos. Recuerdo al gran periodista y directivo radial que fue, el colega generoso en opiniones y consejos, el amigo alegre y positivo, el hombre que vivió durante 48 años, más de quince de ellos de forma valiente, con precaución pero sin miedo tras superar día a día una larga enfermedad en la sangre. Como el mejor -gerente periodista- y el mejor -periodista gerente-, viajó y ayudó a crear una mejor radio por todas las emisoras importantes de América Latina y España. Fue el esposo y padre amoroso que le ganó dos pulsos a la muerte en accidentes cardiovasculares previos al que se lo llevó. Fue el visionario de la radio, caza talentos o como a él le gustaba decirlo buscador de “upcoming talents”. Siempre fue un orgulloso ingeniero industrial de la Universidad de los Andes, amigo de la tecnología al servicio de la radio, pero fue primero que todo, buen padre, buen hermano, hijo amado por -cuca- su entrañable mama y el hijo del celebre, Julio Nieto Bernal.
Hoy me siento en la obligación de colaborar con quienes lo conocimos y explicar por qué estamos los periodistas tan consternados con su muerte. En Colombia hemos escuchado todas la referencias a su papel fundacional en la radio musical juvenil en Colombia. Su meritorio paso ha sido ampliamente conmemorado, tal vez porque en su trabajo tenía una magia escasa, lograba sacar lo mejor de las personas, potenció siempre el talento de quienes trabajaron con el, en 88.9, la Mega y Radioactiva, tal vez por está fabulosa destreza, terminó siendo el ejecutivo colombiano más importante de la radiodifusión en nuestra lengua. Quince años después se convirtió en el Director general de la Cadena Ser en España. El cargo más alto al que se puede aspirar en nuestro idioma.
Alejandro, sin ser español, estuvo al mando de una radio que es patrimonio de los españoles, sus ideas de un periodismo serio se vieron reflejadas en la vida de los españoles. Su trabajo influyó sobre la vida de millones de personas allí haciendo democracia, ayudando a resolver desde la información la peor crisis económica de la historia de ese país. Al final el resultado fue una Cadena SER, que fiel a su filosofía y el liderazgo de Alejandro, jugó el papel que debía jugar en la historia, hacer periodismo, hacer ciudadanía en uno de los momentos más difíciles de ese país. Pero allí también vivió momentos muy felices con su familia, viajó mucho con sus hijas y su esposa, disfrutó los amigos, fue querido y admirado por gente sabia e inteligente, y algunos celebres como Florentino Pérez, a quien le decía floro y nunca le falló con su boletas en el palco del Real Madrid para ver a James.
Alejo, lo hizo bien en España y cuando Univisión Radio se dio cuenta que el ejecutivo para transformar sus 90 emisoras era Alejandro, no dudaron en llamarlo y él en aceptar. La ultima vez que lo vi y lo abracé estaba feliz y se le notaba tranquilo, tenía muchos proyectos, muchos sueños.
No éramos familia a pesar de llevar los dos el Molina como segundo apellido, pero la verdad, siempre me sentí parte de su familia. El pasado 28 de enero cuando cumplía sus 48 años, decidió viajar en secreto a ver su madre en Bogotá, le dio la sorpresa a la salida de la clínica donde ella ser preparaba para al día siguiente entrar a cirugía y curarse de un malpaso que le dejó un morado y una fractura en su brazo. En otras palabras, Alejó vino a despedirse de su madre y su hermano Andrés, lo hizo con su familia y tuve la inmensa fortuna de acompañarlo. En otras dolorosas palabras, de despedirme.
Muchos años antes, recuerdo que el talento de Alejandro en la radio hablada, era tan notorio en sus inicios, que sonaba para remplazar a histórico Darío Arizmendi cuando hoy x hoy se llamaba 6am de Caracol. Pero su camino era otro, y sus superiores, lo demostraba día a día, tenía fama de ser el único directivo que al interior de la emisora era capaz de entender la fuerza creadora de Julio Sánchez Cristo. Era un gran director de operaciones en Caracol, y se entretenía haciendo periodismo, en sábado nuestro, pase la tarde, el noticiero del medio día y uno que había antes de 6 am, hacía entrevistas en el Canal Capital con la misma mirada de su padre, Alejo reconocía el talento, se acercaba, lo celebraba y si podía ayudar, ayudaba sin pedir nada a cambio.
Y fue así como, a la llegada de Prisa Radio a Colombia, que en ese momento se llamaba Unión Radio, llegan los españoles a su carrera y a su vida, una ejecutiva mexicana-brasilera lo detecta y lo promociona, cuando ya Rafael Manzano se había convertido en su amigo y cómplice, para llevar lo mejor de la radio española y colombiana a todas las emisoras que compró el grupo prisa en américa latina, más de 500 emisoras. y para darle la proporción debida a su trabajo, sus ideas tuvieron un efecto sobre 26 millones de oyentes en todo el continente. Yo vivía en Colombia, compartíamos horas en el parque con su perro –Capuccino-, con su esposa Marce y sus sueños. Cuando se comenzó a implementar el cambio, me había mudado al Distrito Federal, y allí fui testigo de cómo transformó la radio en México con la W, Argentina con Radio Continental, en Chile con ADN radio y en otras emisoras del continente, por supuesto las dos que tenía prisa en estados unidos y las 60 sindicadas.
Su mejor momento allí y quizá, uno de los hechos que tal vez tuvieron en cuenta en Univisión Radio para traerlo de regreso a Miami después de su exitoso paso por la Cadena Ser, fue el cubrimiento de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en el año 2008. Junto a todos los talentos de la radio en español, los dividió por ciudades e hizo el memorable cubrimiento. Pero ese cambio en su vida, el momento previo en el que salió para Miami y luego a España, no fue fácil. Se dio en el peor momento de su vida. Alejandro aceptó el reto que lo llevó a su primer gran éxito después de una tragedia personal y familiar, la muerte de su primer hijo, un día antes de nacer. Hoy como dice su prima María, sabemos que, Miguel y él ya se encontraron, ojalá su padre y su hijo lo hayan recibido con los brazos abiertos y un inmensa sonrisa.
He experimentado la muerte de un padre a temprana edad, pero la partida de un amigo es descubrir que del otro lado, no solo te encontrarás algún día a la familia que partió primero, también espero que estén los amigos entrañables, esas personas que cambiaron tu vida, con las que te reíste con ganas, aquellas con las que elegiste compartir instantes memorables. Mi compromiso es adoptar tu alegría y capacidad para vivir la vida, no complicarnos y salir adelante apoyados en nuestro talento y confiar en el. Espero poder volver a verte mi querido Alejo, será cuando me toque.
@mamdice
