300 guerrilleros de las Farc atacaron la base militar del Ejército en el cerro de Patascoy, 22 soldados asesinados y 18 secuestrados. En la toma del municipio de El Billar Caquetá mueren 63 soldados y 43 fueron secuestrados por las Farc. Atacada La base militar de Miraflores Guaviare por 600 guerrilleros de las Farc, de la Columna Móvil Teófilo Forero, 9 muertos, 10 heridos y 22 desaparecidos. 1500 guerrilleros de Farc atacaron en Mitú departamento del Vaupés, 40 policías resultaron heridos. En Ataque a la iglesia de Bojayá mueren 79 personas. Eran las noticias con las que los colombianos madrugábamos durante más de 50 años de conflicto armado.
Cese al fuego a evitado al menos 2.500 muertos y heridos”, entre guerrilleros y militares. La firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC ayudará a que disminuyan las cifras de trabajo infantil en las zonas rurales. Cantante de las FARC’ brinda concierto en bar de Bogotá. Las Farc iniciaron su desplazamiento a las zonas veredales para la dejación de las armas. Guerrilleros de las Farc celebraron su primer Año Nuevo en paz. Hospital Militar sigue sin víctimas del conflicto armado, el 2017 arranca con un solo herido del conflicto armado. Misión de Naciones Unidas ya ha recibido el 60 % de las 7.132 armas de los guerrilleros de las Farc. Con la firma de la paz se duplicará el turismo en el país, dice la ANATO. Es la nueva realidad de las noticias con las que amanecemos cada día los colombianos.
Me resisto a creer que tantos años de conflicto armado en nuestro país hayan generado sentimientos tan negativos en los colombianos, que terminan por apoderarse de la persona, imponiendo métodos de odio, resentimiento y sed de venganza, permeando cualquier posibilidad de darnos una oportunidad para alcanzar la paz y la reconciliación.
No podemos desconocer y menos ocultar una realidad, la violencia guerrillera, como del paramilitarismo y el narcotráfico. Son hechos dramáticos que han dejado una secuela de dolor e impunidad, puesto que la justicia no ha podido aclarar el asesinato y desaparición de muchas víctimas del conflicto, pero de igual forma nos deja una gran lección: la vía de la confrontación armada para resolver nuestras diferencias es la más dolorosa y costosa en vidas humanas, que el país puede escoger.
Insistir en la polarización del país, alimentando los odios y señalamientos, no ayuda a construir una sociedad basada en principios humanistas, respeto mutuo, tolerancia, restablecimiento del diálogo perdido, que nos permita salir de esta intemperancia y nos llene de templanza para avanzar por el camino de la reconciliación. Debemos comprometernos con un pacto de inversión social que nos permita satisfacer las necesidades básicas de la población más vulnerable y pobre de nuestro país.
El mejor futuro que le podemos entregar a las nuevas generaciones de colombianos es que al ver, escuchar o leer noticias, el lenguaje de la guerra, la violencia y la desesperanza, haya desaparecido, para darle paso a mensajes llenos de optimismo y de esperanza de un país en paz, respetuoso de los derechos y la dignidad humana.
